jueves, 29 de noviembre de 2012

Como ser kutre en Halloween...y que no esté tan mal

No soy anti-Halloween, pero vamos, que es algo de lo que paso completamente. Ni me va ni me viene. Veo como año tras año vecinos y amigas me hablan de que han hecho fiestas de Halloween, veo sus fotos en Facebook, alguna vez mis hijos han podido ir disfrazados en el cole....pero nunca me ha llegado la vena participativa.
Hasta que este año, Halloween ha llamado a mi puerta. Tal cual. Volvíamos de nuestras vacaciones en Bélgica cuando encontramos un letrero en el portal citándonos a los vecinos a celebrar Halloween. En plan, a partir de las 21.00, a pedir chuches.
Para mí eso fue una encerrona. Además, en cuanto leyeron el cartel, los niños no dejaron de calcular en permanencia la cuenta atrás para el día de Halloween. Y además no teníamos disfraz. Como vivo en Nohaynadalandia, solo un Hipercor, voy dejando lo de los disfraces para el día siguiente. Hasta llegar a D-1. Entonces se me ilumina la bombilla y decido que mi hijo se va poner el disfraz de Diablo que le compré hace dos años y que aún le vale. Aunque más que diablo parece de John Travolta en los 80. Pero con unos cuertnos y un tridente que tengo de manualidad de otro disfraz...va que chuta. Y a mi hija, que le gusta ir de princesa, le propongo ir de híbrido princesa-bruja, es decir, traje de princesa y gorro de bruja y se pone súper féliz. Coste total: 3€ de gorro.
Día D. Cita a las 21.00. A las 19.00 vienen los primeros niños a pedir las chuches.
¿Queeeeee?
Pues eso, empieza a cundir el pánico, se disfrazan en 2 minutos y bajamos abajo para encontrarme que solo hay tres niños, los demás ya estaban por las casas, a los que les intento camelar para que se lleven a mis hijos a la ronda. Evidentemente, sin éxito. Así que yo, con los vaqueros y la chaqueta del chándal, sin pintar y sin peinar me veo recorriéndome las casas de los 6 portales de la urbanización. Quiso la casualidad que en el primer portal me encontrara con una cuidadora que estaba acompañando a dos niños a hacer la ronda. También ya le vale a los padres, encasquetarle el truco o trato a la cuidadora, menuda cara.
Y allí fuimos en comandita, recorriendo y llamando a TODAS y cada una de las puertas de las casas de los vecinos.
Conclusión:
Duración: 2 horas de truco-trato
Niños: felices, deseando que pase de nuevo
Yo: mareada pero muerta de risa, y es que hay cada vecino.....
Cuidadora: encantada de haberse encontrado conmigo y no haber ido sola. Se fue con el comentario " bueno, al final lo hemos pasado muy bien"
Padre de mis hijos: Escaqueado....
Chuches: Demasiados, la mitad de ellos fueron a parar a un escondite secreto conocido solo por mí
Testimonios gráficos:




Chuches con tridente


Mis monstruos (el John Travolta es un disfraz de diablo)

lunes, 26 de noviembre de 2012

El fan número 99, 100, 101...

Increíble pero cierto.
Llevo casi un año con 98 fans en Facebook. Y de repente esta tarde, sin comerlo ni beberlo, estos 98 fans se han convertido en el mítico número 100.
Gracias a Teo desde Rumania y a Mercedes desde Extremadura (Plasencia) por apuntaros y dadme una alegría tras un agotador día de supervivencia con experiencias laborales gruñonas, principio de resfriado, niña que no quiere cenar, marido que ha perdido el ratón del ordenador, y por supuesto no es culpa suya, y un retrovisor del coche roto.
Y si alguien se quiere apuntar a mi grupo para que seamos los 101 Inma-Dálmatas sólo tiene que hacer click aquí

Y no me lo puedo creer. Esto es cierto...He ido a copiar el enlace del grupo a Facebook ...y me he encontrado con mi fan número 101: Laura Porcel. Laura y yo nos conocimos en el 95 cuando trabajábamos en Disneyland Paris. Fuimos con una amiga común a ver el Show de Buffalo Bill. Años después, nos reencontramos trabajando en la misma empresa en Madrid y tardamos un mes en reconocernos. Y no me extraña que el número 101 sea el de Laura. 101 es un número mítico en Disney. Por los Dálmatas. El código "secreto" que se usa cuando se rompe una atracción es el 101 (one o one)...porque todo se torció cuando los Dálmatas fueron 101.

Gracias a todos

viernes, 23 de noviembre de 2012

Flash back: Los Hombres nunca tienen la culpa

Desde bien pequeña, observando a los adultos que me rodeaban me di cuenta de una cosa: Los hombres tienen una terrible tendencia a culpar de todo a sus mujeres
En serio.
Se las apañan para dar la vuelta a todo lo que pasa para echar la culpa a una mujer, sobre todo si es su novia, mujer o madre. Lo he visto hacer a mis tíos, a mi padre, a familiares, a vecinos...Y ahora lo sufro en carne propia. Y es que mi marido, a veces, con tal de no aceptar su culpabilidad es capaz de cualquier cosa.
Os voy a contar dos ejemplos, que no son recientes, porque de lo contrario aún tendría desenterrada el hacha de guerra

Las llaves
Año 2005. Yo, todas las noches echaba la llave en la puerta principal y la dejaba puesta. Todos los días.
Un día por la mañana, domingo, salimos marido, bebé en carrito y yo de casa. Primero yo con el carrito y un bebé de un mes y luego mi marido. El abre la puerta con la llave que estaba en la cerradura. Deja la llave dentro de la cerradura, cierra la puerta y ¡ta chán! Estamos encerrados fuera de casa...hay que llamar a un cerrajero.
Veredicto: Yo soy culpable porque durante la noche, como todas las noches, dejé la llave puesta en la cerradura. No es culpable la persona que se ha olvidado de sacar las llaves de la cerradura al abrir la puerta y luego al cerrarla. No os digo, la que se formó. Y como yo estaba en el máximo nivel hormonal, lo que lloré.

Año 2011. Mi marido se lleva un día mi coche al trabajo. Al día siguiente, volvemos a la rutina y se lleva el suyo. Cuando a las 4 de la tarde voy a buscar a los niños (cole inalcanzable sin coche), mis llaves no están colgadas del mueblecito de llaves. No panic. Llamo a mi marido. Oye, ¿te has llevado mis llaves? Contesta: Uy, si, perdona. No pasa nada, dime donde están las de repuesto. Me contesta: uy, están en mi bolso. Vaya, se ha llevado los dos pares de llaves en el bolso.
Bueno, pues le propongo que salga del trabajo y haga la recogida. Me contesta: tengo una reunión importantísima.
Vale, pues me cogeré un taxi.
Para quién me conozca, esto le parecerá increíble, pero yo tenía un día zen y ni me enfadé ni le culpé de nada. Oye, shit happens. Pero entonces, me dice...
"Es que de verdad, que cosas tienes, la culpa es tuya. Como se te ocurre no asegurarte de que las llaves están en su sito"
Veredicto: Yo soy culpable. Por no registrar el bolso de mi marido cada noche.
Han leído bien. Después de esto, sí que hubo un grito de mi parte, más bien una frase entera gritada, con algún taco seguido de mi dedo apretando la tecla roja del teléfono.
Hay que joderse.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Buscando vuestra empatía

A veces me cuesta muuucho contar lo que siento en el blog. Y sé que es una buena terapia escribir como te sientes, y sobre todo sabiendo que otra gente te lee. Pero aún así....
Pero hoy, mientras me comía una deliciosa ciapatta de brie con sobrasada....me he dado cuenta de que necesitaba desahogarme. Y es que no se puede estar rallando continuamente a los que nos rodean con los mismos temas.
Pues no estoy pasando un buen momento laboral. Y lo peor es que me está afectando en el terreno personal, lo que es inaceptable. Lanzamos un nuevo proyecto en la empresa con la que colaboro. El lanzamiento fue largo y extenuante. Pero ahora sacarlo adelante, es un desafío que yo me estoy tomando como una carrera de obstáculos. A pesar de que disfruto con casi todo el día a día del trabajo, me obsesiono con los resultados y con lo que no me ha dado tiempo a hacer y lo peor: sueño con el trabajo. Me despierto varias veces por la noche sobresaltada con pesadillas laborales y estoy agotada y con un careto.....
Sé que el 70% de mi malestar es culpa mía y está en mi solucionarlo. Y que haber dejado de hacer deporte no me ayuda. Pero no sé como hacerlo. Y hacía tiempo que no me sentía así. De hecho, una de las gracias que tenía lo de ser autónoma y trabajar de casa, era la flexibilidad, la libertad, la tranquilidad....Pero ya no.
El otro 30% de mi malestar es ajeno a mí, pero bueno, como trabajadores todos sabemos que el juego del tira y afloja de tener recursos o no y tiempo para completar tu trabajo es inevitable.

Pues ya está. Intento no perder la paciencia, dejar de pensar en el trabajo, pero no puedo, está omnipresente en mi mente. 
Y ya está. Disculpad el chorro de lamentos. Solo soy una bloguera más buscando vuestra empatía

SE ACEPTAN CONSEJOS Y REPROCHES

martes, 20 de noviembre de 2012

Ahora entiendo ciertas cosas

Vuelvo de la Ciudad Condal en un vuelo de Vueling. Ojeo la revista Ling y caigo sobre esta imagen. Con la aplicación escáner de mi iPhone la escaneo pensando en el blog.
La comparto con vosotros. Ahora entiendo muchas cosas.


domingo, 18 de noviembre de 2012

Desaparecida en Combate I

Pues sí, ando desparecida, pero esta vez ha sido en combate...
Llevo una semana en modo pesadilla laboral. De esto que duermes y sueñas con el trabajo, y que te despiertas angustiada dos o tres veces durante la noche. Resumo: una situación que una a esta edad no se puede permitir. No os digo nada...