viernes, 28 de noviembre de 2014
Cosas que me joden 2: No todo tiene un motivo
Otra de las cosas que me joden y mucho es que se intente buscar un motivo para todo.
Con el tiempo me doy cuenta de que actúo de una manera u otra muchas veces sin seguir un patrón. Un día que todo me ha salido como si me hubiera tomado el Felix Felicis de Harry Potter no voy a actuar ni a responder igual que un día en el que me ha atacado un Dementor.
Un día podemos perdonar ofensas que otro día nos harían jurar odio eterno. Unas veces hay comentarios que nos duelen y otras ese mismo comentario nos desata la risa floja.
Por eso, que me pregunten por qué lo hice, por qué no lo hice, por qué no fui más dura, por qué me pasé tanto...creo que a veces no tiene sentido.
¿Y qué es lo que me jode? Que me insistan, que me intenten convencer de que habría hecho mejor reaccionando de otra manera y particularmente ese "yo en tu lugar.."
Lo hecho, hecho está y punto. Y muchas veces las mejores frases se nos ocurren dos horas después. Y eso nos pasa a muchos. Que lo sepa la humanidad.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
Qué bien que el whatsapp me haya pillado de mayor
Los que nacimos en los 70 somos unos privilegiados.
Hemos vivido una infancia y adolescencia totalmente offline. Quedábamos con días de antelación, esperábamos horas a los amigos y ellos nos esperaban a nosotros. Nos pasábamos cadena para quedar y más de una vez hemos hecho una escapadilla para hacer una llamada a hurtadillas desde una cabina. Hemos mantenido conversaciones telefónicas en clave en el salón de nuestra casa, delante de toda la familia. Hemos sabido sobrevivir a interrogatorios sin piedad de nuestros padres y hermanos, intentando averiguar quien nos llamaba, y hemos salido airosos sin soltar prenda...
Nos hemos contado chistes. Sí, contado chistes, no leído. Y mirando hacia atrás, me doy cuenta de que todo nos sorprendía mucho más.
Somos unos privilegiados porque hemos vivido el mundo online desde su nacimiento. Y hemos madurado con él, le hemos seguido en sus agigantados pasos. Comenzamos con el chat de Yahoo! y los chatrooms donde conocimos a gente muy rarita, seguimos con los chistes y power points infernales que se reenviaban sin cesar por mail, y hemos llegado a la sofisticación absoluta y las redes sociales.
Nos creímos dioses al enviar el primer fax...y ahora mira, vamos por la calle con un teléfono por persona y con GPS incorporado, cámara de fotos, correo y mil cosas que nos sabemos ni que tenemos.
También somos unos privilegiados porque creo que ser adolescente hoy en día con whatsapp, debe ser lo más parecido a una tortura china y a un bucle infernal de pensamientos angustiosos.
Si ya los enamoramientos adolescentes fueron obsesivos, no quiero ni pensar lo que deben ser ahora con whatsapp, el doble click y las fotos de perfil.
Se ha conectado y no me ha contestado
Mira, mira el doble click
Ha cambiado su foto de perfil y la he mirado 7 veces en 7 minutos
En la frase del estado, ¿se referirá a mí?
De otra, será de otra, como antes de mis mensajes
Yo le he enviado un whatsapp y no pienso hacer nada hasta que me conteste
Se lo he preguntado y me contesta con evasivas
¡¡¡¿Se puede borrar un whatsapp, se puede? !!!
Si ya en los grupos las amistades se rompen, hay más de un malentendido, y el autocorrector te hace parecer un cateto más de una vez...en cosas del amor...debe ser destructivo, eso del whatsapp.
Hemos vivido una infancia y adolescencia totalmente offline. Quedábamos con días de antelación, esperábamos horas a los amigos y ellos nos esperaban a nosotros. Nos pasábamos cadena para quedar y más de una vez hemos hecho una escapadilla para hacer una llamada a hurtadillas desde una cabina. Hemos mantenido conversaciones telefónicas en clave en el salón de nuestra casa, delante de toda la familia. Hemos sabido sobrevivir a interrogatorios sin piedad de nuestros padres y hermanos, intentando averiguar quien nos llamaba, y hemos salido airosos sin soltar prenda...
Nos hemos contado chistes. Sí, contado chistes, no leído. Y mirando hacia atrás, me doy cuenta de que todo nos sorprendía mucho más.
Somos unos privilegiados porque hemos vivido el mundo online desde su nacimiento. Y hemos madurado con él, le hemos seguido en sus agigantados pasos. Comenzamos con el chat de Yahoo! y los chatrooms donde conocimos a gente muy rarita, seguimos con los chistes y power points infernales que se reenviaban sin cesar por mail, y hemos llegado a la sofisticación absoluta y las redes sociales.
Nos creímos dioses al enviar el primer fax...y ahora mira, vamos por la calle con un teléfono por persona y con GPS incorporado, cámara de fotos, correo y mil cosas que nos sabemos ni que tenemos.
También somos unos privilegiados porque creo que ser adolescente hoy en día con whatsapp, debe ser lo más parecido a una tortura china y a un bucle infernal de pensamientos angustiosos.
Si ya los enamoramientos adolescentes fueron obsesivos, no quiero ni pensar lo que deben ser ahora con whatsapp, el doble click y las fotos de perfil.
Se ha conectado y no me ha contestado
Mira, mira el doble click
Ha cambiado su foto de perfil y la he mirado 7 veces en 7 minutos
En la frase del estado, ¿se referirá a mí?
De otra, será de otra, como antes de mis mensajes
Yo le he enviado un whatsapp y no pienso hacer nada hasta que me conteste
Se lo he preguntado y me contesta con evasivas
¡¡¡¿Se puede borrar un whatsapp, se puede? !!!
Si ya en los grupos las amistades se rompen, hay más de un malentendido, y el autocorrector te hace parecer un cateto más de una vez...en cosas del amor...debe ser destructivo, eso del whatsapp.
miércoles, 5 de noviembre de 2014
Octubre es ya noviembre
Octubre fue genial... hasta el trabajo empezó a ir mejor...
Formación de Google
Trabajo desde la playa
Halloween
Y el concierto de Rosendo a finales de septiembre
A ver q nos depara el mes de noviembre que ha llegado igual de embalado.
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)