Hoy es un día muy triste y para el mundo. Otro atentado ha golpeado Europa, y esta vez a Bruselas, mi ciudad de adopción.
Poco puedo añadir al sentimiento general de miedo e impotencia que nos invade a todos en estos momentos, en los que ya no sabemos ni qué decir, porque todo suena banal y repetitivo.
Bruselas es una ciudad en la que he vivido años, y en la que tengo muchos vínculos y amistades. De nuevo las víctimas son personas que iban a trabajar o que volvían a su casas por las vacaciones de Semana Santa y todos sabemos que esto ya no es algo que pasa a los demás, sino que se trata de algo que nos puede pasar a cualquiera.