lunes, 23 de enero de 2017

Mi mamá

Hay veces que la memoria se vuelve selectiva y sólo recuerda lo que quiere.
Y hay veces también, que sólo queremos recordar y rememorar ciertos momentos.

Yo hoy recuerdo egoistamente sólo los momentos en los que fui buena con mi madre. Momentos de ella y míos compartidos.
Recuerdo una vez que se encontró en un cajón un escrito, que yo había hecho años antes y nunca le había enseñado. En él decía cosas bonitas sobre ella, y cuando un día, haciendo limpieza se lo encontró por sorpresa, lloró de la emoción.
Recuerdo cuando le dije que le iba a llevar a conocer Luxemburgo, cuando en realidad le había planeado un viaje a Roma por sorpresa. Al verse en el checkin del aeropuerto, también se emocionó hasta las lágrimas.
Recuerdo cuando le dije que iba a tener a mi primer hijo, su primer nieto.
Recuerdo cuando la hemos llevado a comer albóndigas a Ikea, cuando mi hija le llenaba el pelo de horquillas de lacitos y flores o cuando mi hijo le escribió una carta como redacción del cole.


También recuerdo el día de esta foto. Fue este mes agosto, y ella nos dejó en diciembre. Estábamos las dos solas en Madrid y fui a buscarla para salir a cenar juntas. Me dijo que no quería quedarse por el barrio y que quería ir a la Casa de Campo. Cenamos ensaladilla rusa y chipirones en un kiosko cerca de el Lago. De camino al coche, andando muy despacito, porque ya le costaba respirar, fuimos identificando el perfil de Madrid: La Catedral, el Palacio Real. Fuimos recordando los kioskos que había al lado del metro y ya no estaban. Mi antigua escuela que ahora está en la universidad, y lo guarros que eran los kioskos hace unos años.

Guardo ese recuerdo, porque sería el penúltimo momento en el que estuvimos solas las dos, sin mis hijos, sin otras personas. El último momento juntas ya sería en el hospital, cuando entró en coma.

Recuerdo estos momentos, de forma egoísta, en los que yo me porté bien. Porque mamá, tú siempre fuiste buena conmigo.

14 comentarios :

  1. Yo nunca he perdido un padre o una madre. Solo puedo suponer que a veces su recuerdo todavía te produce dolor pero si tras unas semanas puedes escribir de ello, sólo puedo decir que los momentos malos realmente son irrelevantes. Lo importante es que la vas a recordar toda tu vida, que ha conocido a tus hijos. Y espero que pronto ante sus fotos, sus vídeos, impere siempre el cariño y nunca el dolor. Un fuerte abrazo!

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  2. Qué bonito Inma. A mi no me parece egoísta, me parece bello y sano, porque esos son los momentos importan. Gracias por compartirlo. Abrazo grande!!!

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  3. Lo siento mucho, Inma. Te mando un beso muy grandote y estoy segura de que fuiste una hija estupenda para ella.

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  4. Qué pena Inma, lo siento mucho. Seguro que ella se quedó sólo con lo bueno.
    Un beso fuerte

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  5. Y aunque se la montaras a tu madre, después de un pequeño reproche, estaba un está Inma!

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  6. Lo siento mucho, un super abrazo.

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  7. Un abrazo muy fuerte, no puedo decir mucho más... qué entrada más bonita... pero estoy segura que tu fuiste buena con ella, sin saberlo, en muchas más ocasiones.

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  8. Se me había escapado esta entrada y lamento mucho tú perdida, pero me alegra ver cómo desde el dolor puedes escribir esta bella entrada, creo que solo recordando lo bueno podemos mantener a salvo el amor sin que la tristeza lo tiña todo con su frío.
    Un abrazo

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  9. Jo Inma me has hecho llorar. Yo también soy egoísta y recuerdo solo las cosas buenas con ella, que fueros casi todas, porque teníamos la mejor madre del mundo y nos hacía la vida super fácil. La echo mucho de menos pero lo importante es que os tengo siempre a vosotras, mis tres hermanas mayores, y eso me hace estar tranquila y feliz.
    Gracias por escribir algo tan bonito

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  11. Hola!
    No me parece que sea egoísta recordar los buenos momentos, porque son los que mejor se atesoran, porque son los que más se echan en falta.
    Siento tu pérdida, debe ser muy duro.
    Pero creo que es lo mejor que puedes hacer, porque ahora, si debes ser egoísta y eso creo que te ayudará.
    Un beso enorme

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  12. ¡Madre mía, Inma! Me has emocionado. Una no puede o debe o tal vez si debe llorar por los sentimientos de otra persona... Me da lo mismo lo que se tenga o deba de sentir y hacer (al sentimiento no se le manda). Tus letras me han desbordado, herido, reconfortado, emocionado, disfrutar, sufrir, sonreír, llorar...
    Gracias por este maremágnum de sentimientos.
    Y un fuerte abrazoooo.
    Un escrito precioso. Tu madre también habrá llorado y sonreído, seguro!!!

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  13. Las residencias de ancianos son un refugio de cariño y cuidados, aliviando a las familias y brindando a los residentes un entorno seguro y compañía, donde la edad se vive con dignidad.

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