miércoles, 30 de noviembre de 2011

La Bañera

Cuando éramos pequeñas mi madre nos metía a las 3 hermanas en la bañera a la vez. Cuando nació la cuarta, las demás ya nos duchábamos así que no llegamos a compartir la bañera las 4.
Más mayores, nos preguntábamos cómo habíamos cabido todas en la bañera...y este domingo lo pude comprobar cuando vino mi sobrino Moisés a pasar la tarde con nosotros.  Y qué quereis que os diga, los tres cabían de maravilla.
Os ilustro con una foto y de paso os digo que Sergio, el hermano de Moisés nació hace media hora....



lunes, 28 de noviembre de 2011

Trabajar desde casa cuando los peques están malitos

Tengo tantas cosas en la cabeza que creo que ya no cabe ninguna más.
¿No os ha pasado nunca que tienes un montón de cosas que hacer, que hay como un embudo en tu vida y parece que todo se queda a medias? ¡Mi lista de tareas ocupa un folio A4!
Además, cuando parece que por fin ha llegado el día en el que voy a desatar este nudo, pasa algo. Como hoy, con un montón de llamadas pendientes por el trabajo y se pone mi hija mala- con pota y tener que cambiar y lavar toda la ropa de su cama incluido.
Y es que tener a un peque en casa supuestamente enfermo mientras estás trabajando es agotador. ¡De verdad! Porque por la mañana tienen fiebre, están de verdad malitos, pero a eso de las 10 o las 11 se despiertan totalmente regenerados y no veas si dan la coña.
¿Qué hay de comer? ¿Dónde vamos? ¿Juegas conmigo? ¿Hay pegatinas? ¿Me pintas las uñas?  ¿Le pones el zapato a Trudi? Y todo mientras parpadea el skype porque un compañero está histérico porque no le has mandado a tiempo las estadísticas.
Y es que los mayores, cuando nos ponemos malos, no nos recuperamos así como así, por mucho ibupofreno que tomemos....

lunes, 21 de noviembre de 2011

Yo, yo, yo

A ver si os suena, de cuando erais pequeños o porque teneis hijos:

- Me toca a mí apretar el botón del ascensor
- A mí, a mí, hazme cosquillas a mi
- ¿Y yo? ¿Yo también lo he hecho bien?
- ¿Y a mí también me quieres?
- Yo quiero al lado de mamá
- Yo primero, dámelo a mí primero
- Jo, él siempre es el primero
- Yo, yo quiero abrir el coche
- Yo entro primero
- Me pido primero para el baño (en casa éramos 6 personas, 1 baño y ya íbamos pidiendo turnos en el coche)
- Yo no quiero el de fresa, quiero el de limón
- A mí te ha tocado la sorpresa del kinder más fea
- Empújame a mí en el columpio
-¡Es mío!
- Ayer te tocó a ti
- Ha empezado ella
(...............)

domingo, 20 de noviembre de 2011

Inma Opina: Juguetes mal etiquetados

Ya van dos veces en un mes que voy a comprar un juguete al Hipercor y que al llegar a la caja me cobran más de lo que pone en el precio. Me quejo, hacen  como que comprueban el precio y me dicen que o la caja del juguete estaba mal colocada (sí claro, junto a 300 otras) o que lo he mirado mal (sí claro, tras pasar 10 minutos eligiendo un regalo de cumple para amiguitos de mi hijo que ni conozco). La primera vez lo dejé pasar y además el cumpleaños empezaba en media hora y la segunda pedí que me devolvieran el dinero y me enfadé bastante.
Y es que te cobren 3 euros de más en un producto que inicialmente cuesta 15 euros, es como un 20% de incremento. No he pensado en ningún momento que exista deseo de engaño de parte del comercio, sino que no tiene personal  suficiente y que etiquetan y reponen a la velocidad del rayo y sin prestar atención a lo que hacen.
La segunda vez que me cobraron de más fue por 2 Bakugan. Etiquetados como 15 euros y cobrados como 17,95 euros. Los devuelvo, bajo a la planta de juguetes de El Corte Inglés y compro los mismos a 14,95 euros. ¿Qué por qué no fui yo misma a comprobar el precio? Porque llevaba a mi hija llorosa e impaciente al lado.
Lo dicho, que antes de comprar los juguetes hay que pasarlos por el scanner de los precios que ponen en algunos puntos de la tienda para no quedarte con cara de imbécil en la caja.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Relato: Insomnio

Este es otro relato que escribí el curso pasado para mi clase de escritura creativa y que acabo de arreglar con unos pequeños retoques. La profesora nos dio a cada uno un muñequito recortado en papel charol color rojo. Al poner este muñequito en la palma de tu  mano, este muñeco se mueve hacia todos los lados, da vueltas y es imprevisible. A mí me sugirió una persona con insomnio y que no para de dar vueltas en la cama. De allí conecté con los problemas y las movilizaciones que había en Bruselas hacía unos años porque los aviones de la empresa DHL volaban por la noche y no dejaban dormir a los habitantes de las ciudades de alrededor.

Insomnio
Me despierta en medio de la noche el ruido de un avión de DHL despegando. Otra vez. La habitación está completamente a oscuras, ni un resquicio de luz entra por la ventana o por debajo de la puerta. El terror de mi infancia vuelve y me sobresalto pensando que me he quedado ciego, hasta que miro a mi derecha y los números color verde del despertador me dicen que son las 3.15 y que puedo ver. Odio esta costumbre de mi mujer de dormir completamente a oscuras. Doy una vuelta en la cama, doy otra y me topo con el cuerpo de Rita, que duerme como un tronco gracias a su dosis diaria de somníferos. Cambio de postura. Me pongo boca arriba. Me pongo boca abajo. No consigo dormir. Me entra una mala leche increíble y como siempre que me enfado, empiezo a pensar en el gilipollas de mi cuñado, un belga flamenco que disfruta riéndose de mí. Se burla de mis ojeras, de mi eterno cansancio,  de mi insomnio y de mi acento español cuando hablo neerlandés. Cabrón, si en Bruselas con el francés me vale.
 Intento abrazarme a mi almohada, hacer la respiración elíptica que me enseñó mi maestro de TaiChi. No me puedo dormir y sigo dando vueltas al tema del gilipollas de mi cuñado. Lo peor es cuando se ríe de mí con grandes carcajadas por haberme comprado una casa en Diegem. “Claro”, como dice él, “tan cerca de Zaventem, ¿qué esperabais, que no se oyeran los aviones? ¿Es que no habíais visto en las noticias las movilizaciones ciudadanas? No paran de presionar para que se suspendan los vuelos nocturnos de la empresa DHL?” Y luego corona su discurso con un “¡Normal que tengáis esas ojeras y no podais dormir!”. Y entonces le odio más que nunca, porque tiene razón. Yo tampoco quería mudarme a Diegem, pero no por los aviones o por DHL, sino porque es una comuna flamenca de Bruselas y los flamencos no me gustan. Pero Rita se empeñó, quería llevar al niño a ese colegio de Diegem en el que los chavales salen siendo completamente bilingües francés-neerlandés y que siempre sale el primero en las estadísticas de educación. ¡Y una mierda! Si ahora está olvidando hasta el español.
Me caigo de la cama. Rita, en la profundidad de su sueño, ni se inmuta. Me levanto, me estiro, me miro el careto en el espejo y me doy aún más pena, así que vuelvo a la cama. Intento no pensar en mi cuñado, pero no puedo. Sus carcajadas burlonas aún resuenan en mis oídos. Es un racista, no le gustó nada que su hermana se casara con un español. Es un torturador y yo su víctima preferida. Es un nazi, seguro que vota al Vlaams Blok.
Me abrazo  a  mí mismo, cierro los ojos, me balanceo y empiezo a respirar rítmicamente.  Sé que el sueño no llegará, porque a las 4 pasará otro  avión y a partir de las 6 el espacio aéreo se saturará y no sólo despegarán aviones, también aterrizarán.
Me sumo en pensamientos positivos mientras continúo mi balanceo. Pienso en cómo sería mi vida en una casa lejos del aeropuerto, sin un cuñado gilipollas y con mi hijo hablando en un idioma que no fuera neerlandés. Me pongo boca arriba, extiendo los brazos, abro los ojos, miro hacia el techo y digo en voz alta: Vendo la casa, mato a mi cuñado y me voy a vivir con Rita y nuestro hijo a París. Y a tomar por culo.

jueves, 10 de noviembre de 2011

1 minuto en la vida

Para leer este post, emplearás aproximadamente un minuto. Tardarás un minuto en encontrar esta página, abrirla, leer estas frases, reflexionar unos segundos y pasar a otro tema.
Durante ese minuto, pasan muchas cosas a nuestro alrededor.
Cada minuto nacen 253 niños y mueren 105 personas en el mundo con todo el cúmulo de emociones negativas y positivas que esto conlleva.



PS: Para escribir estas líneas me he inspirado en una reflexión mucho más amplia de Paolo Coelho.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Anécdota del AVE

Esta es una anécdota que me sucedió hace unos meses y que tenía muchas ganas de contar.
Por mi trabajo casi todos los meses hago un viaje a Barcelona de ida y vuelta en el día. En un de estos viajes, pusieron una peli un poco aburrida en el AVE, y como me había pegado un madrugón me quedé traspuesta. Al despertarme, para entretenerme, me puse a revisar mi correo electrónico en el blackberry y me encontré con este mail:

Hola Inma
¿Qué tal?
Te escribo porque voy en el AVE de camino a Barcelona y acabo de ver a una chica muy parecida a ti sentada en un vagón próximo a la cafetería, pero como estaba muy dormida no quise molestar por si no eras tú jejejeje bueno guapa, ya me dirás si eras o no :)
Igualmente seguimos en contacto.


Un beso!


Ismael

Un correo de respuesta después, me estaba tomando un café en compañía de Ismael. Es que es leer este mail y aún me da la risa.

martes, 8 de noviembre de 2011

Conciliación Real

Os invito a uniros al Grupo de Facebook Concilación Real, creado por un grupo de mamá blogueras para que aporteis vuestras ideas y opiniones y os beneficieis de la información que podeis obtener en él.
La conciliación no es algo de lo que hablemos las madres trabajadoras. Es un problema que afecta a la sociedad: a los padres, a las personas que aunque aún les parezca lejos, algún día también tendrán hijos, a los abuelos que tienen que cuidar nietos aun cuando no les apetece, a las empresas y empresari@as con trabajadores con hijos, a las mujeres embarazadas que no saben lo que se les avecina....


Y es que este tema no es un tópico, es un problema social. Hasta que no entedamos que para ser felices y poder educar a nuestros hijos, viviendo así en una sociedad mejor, hay que conciliar la famila y el trabajo.
Es difícil trabajar y tener hijos a los que tienes que acompañar al colegio, a los que tienes que llevar al médico, que tienen deberes, actividades extraescolares y una necesidad de compartir tiempo de calidad con sus padres.
Podría estar horas escribiendo sobre el tema....pero os dejo a vosotr@s

lunes, 7 de noviembre de 2011

Observar a la gente

¿Os acordais de cuando teníais tiempo para observar a los demás?
¿Os habeis fijado de que dejamos de prestar atención a los objetos y personas que nos rodean a medida que nos hacemos más mayores y nos rodeamos de obligaciones y ocupaciones?
Yo me acuerdo que me encantaba observar a la gente, tanto a los conocidos como a los desconocidos. Observaba a la gente en el metro, en los bares, a los clientes, a los empleados de los comercios, a los demás estudiantes en clase, a los profesores, a la gente en los parques, a los que paseaban por la calle.
Cuando viví en otros países, seguí observando, comentando, comparando... Con el tiempo poco a poco dejé de observar a la gente porque apenas me quedaba tiempo para observarme a mí misma en el espejo: me metí de lleno en mi vida laboral y creo que a los 26 o 27 años dejé de observar lo que ocurría a mi alrededor.

Me di cuenta de que había dejado esta costumbre cuando empecé a hacer voluntariado para Amnistía Internacional en Bruselas. Antes de Navidad poníamos puestos para vender velas y objetos de AI en la puerta de algunos supermercados.  Me encantaba observar a los clientes que entraban y salían del supermercado y los clasificaba interiormente y comentaba su actitud y gestos con mis compañeros de stand. Me di cuenta de lo mucho que lo echaba de menos....pero era acabar la época prenavideña y volver a lo de siempre.
Durante años he echado de menos este pequeño vicio. De repente, mi vida empezó a pasar muy deprisa y ahora, cuando me siento en un banco del parque ya tengo suficiente con vigilar a mis hijos.
Vamos siempre deprisa, corriendo y ocupándonos solo de nosotros mismos, .... quizás deberíamos pararnos de vez en cuando y mirar a nuestro alrededor, ¿no?

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Vuelta al cole....de nuevo

De nuevo hoy la vuelta al cole, a la M-30, a mi trabajo y a pasar mucho tiempo en casa porque además de mi hogar también es mi oficina.
La semana pasada mis hijos tuvieron vacaciones y aprovechamos que el abuelo no tenía plan para irnos con él unos días de vacaciones a su casa en la costa de Alicante. Al papi lo dejamos de semi Rodríguez, porque estaba de viaje por trabajo. Hemos tenido la suerte de pillar dos días de sol espléndido y nos hemos bañado en el mar en pleno octubre, jugado con la arena y lo más divertido para mis hijos: He estado corriendo por la playa detrás de ellos echándoles cubos de agua encima. Yo casi me quedo varias veces sin respiración. El mayor corre más que yo y no le doy alcance. La costa Alicantina estaba llena de jubilados y algún guiri que otro con hijos que también tenían vacaciones.
Hemos dado un montón de paseos sin prisa distrayéndonos en cualquier detalle que había en la calle, y los días que ha llovido un poco mis hijos han encontrado una nueva pasión: coger caracoles. Lo del efecto baba de caracol es verdad: Hugo nunca había tenido las manos tan suaves. Los caracoles nos han seguido a Madrid y ahora duermen en el tendedero. Por las mañanas están en las paredes, en el suelo, se van de copas, de charleta entre ellos. Mis hijos se emocionan al ver que por las noches se van de marcha, pero a quién le ha tocado limpiar las cacas y cambiar las hojas es a mi. ¡Y cómo cagan los caracoles! Como parece que el clima húmedo les gusta les hago lluvia artificial. Me mojo la mano y les salpico.
Durante las vacaciones, he comprobado que mi padre se ha aficcionado a los culebrones y nos los ponía cada sobremesa sin faltar. No me he quejado porque nos hacía todos los días el desayuno y fregaba los platos. Durante estos días no he hecho ni un solo biberón ni un solo cola-cao. ¡Los ha hecho todos mi padre! Eso sí, ni de coña tocaba los caracoles el hombre....He tenido tiempo para leerme un libro entero y acabar otro. Lo peor es que el abuelo me ha enganchado a una serie de Antena 3 que se llama Gran Hotel, y es que yo procuro no ver mucha tele.....
Ahora ya de nuevo metida en la vida cotidiana, en los proyectos internacionales del trabajo y en parecer madre soltera porque mi hombre está viajando más que Willy Fog. A esperar los festivos de diciembre...