miércoles, 25 de agosto de 2010

Gracias sin pizca de gracia...si eres la víctima y vandalismos varios

En Semana Santa estuve en La Vera, Cáceres con un grupo de amigos. Me llamó la atención lo ingeniosos que eran los visitantes y/o habitantes de la región.
La señal de entrada a Garganta de la Olla, la habían modificado para que dijera "Garganta es la Polla". Estoy segura que a mi tía, oriunda de Garganta de la Olla la pintadita no le haría ninguna gracia. Siguiendo con la misma comarca, hicimos una pequeña ruta de senderismo que era parte de la Ruta de Carlos V. ¡Adivinad como la habían renombrado! Pues aquí lo teneis en una foto:

Pues sí, "la Puta de Carlos V". Haciéndome esta foto me sentí cortesana por un minuto.
Pero nada se iguala a una experiencia de vandalismo de la que fui víctima cuando vivía en Bruselas. Un día, al llegar a casa de trabajar, abro el buzón, meto la mano para coger las cartas.....y resulta que me habían metido un condón usado dentro. Fue asqueroso y tardé meses en poder contar la historia sin que me dieran arcadas.
Otras gracias sin gracia
Una amiga mía una vez se quitó los zapatos en el cine mientras veía la película. Al salir no encontró uno de ellos y tuvo que volver a casa con un zapato sí y otro no.
Mi amiga Isa hace años aparcó de madrugada su coche en una parada de taxis y al día siguiente se encontró las ruedas pinchadas.
Conozco a uno que era jefe. Sus empleados le metieron las páginas amarillas en el equipaje de mano. No se dio cuenta hasta que llegó a su destino de la carga extra que había llevado consigo de viaje.
En COU a un compañero le metimos unas mondas de manzana en su cartera antes de las vacaciones de Navidad...Y resulta que el chaval no abrió la bolsa hasta el día antes de volver a clase...y claro lo que se encontró allí no tenía nombre.
Piticlin piticlin...¿es la pescadería? No ¿entonces quién es el besugo que está hablando?
Que te llamen a ti besugo a ver si te hace gracia,,,,

miércoles, 18 de agosto de 2010

El ordenador me da calor

El ordenador me está dando tanto calor que he decidido no escribir el artículo que tenía preparado en mi cabeza a riesgo de derretirme.
Entre dormir con la ventana abierta y oir los ruidos de la calle y dormir con la ventana cerrada y sudar prefiero sudar, porque últimamente Madrid está muy movidito. Oigo sirenas de la policía a todas horas...y me imagino una persecución tipo película de acción y no me gusta, no vayan a atropellar a algún pobre peatón.
Reflexión: Todo el mundo es bueno. Siempre hay un ser anónimo o desconocido que te ayuda. Hace un par de meses acabé mi día corrigiendo el trabajo de fin de prácticas en español a una chica francesa que no conozco y probablemente no conoceré que me presentó a través de messenger  un chaval que tengo de amigo y que no sé ni quién es...una historia muy rara, cosas de internet, pero el caso es que gracias a mi actuación de Ángel anónimo esa chica sacó una nota tipo notable y está feliz (me mantuvo informada del proceso de corrección). Y yo acabé acostándome a las dos de la mañana. Estuvo bien que me contactara para darme de nuevo las gracias e informarme de su nota. Hay gente que conoces de toda la vida a las que haces un favor y ni te lo agradecen....será despiste.

El domingo en la taquilla de Faunia una señora eligió a mi familia entre todas las que hacíamos cola en frente de las taquillas para obsequiarnos un vale de descuento de 8€ por persona. Señora anónima desde mi blog vuelvo a darle las gracias.

Gracias a la gente que te persigue por la calle corriendo para darte algo que se te ha caído al suelo y no te has dado cuenta, a los que te abren la puerta cuando no tienes las manos libres, a los que ponen me gusta en tu página corporativa de Facebook, a los que en algún momento te han consolado sin conocerte,  a quién te defiende de una ofensa en el metro, al que cede el asiento a los viejitos y las mujeres embarazadas: En definitiva a los que han sido buenos con un desconocido alguna vez,...¿quién no lo ha sido?

jueves, 12 de agosto de 2010

¿Es genético o cultural?

Hace un mes vino a Madrid una antigua compañera holandesa de Expedia que se llama Desirée. La verdad es que es admirable porque a sus escasos 30 años ha hecho un carrerón en la empresa, llegando a ser una directiva a nivel europeo.
Fuimos a cenar juntas con otra amiga, Carolina. Después de hablar inevitablemente de fútbol (sobre todo de los jugadores de rugby holandeses con los que España jugó la final), Desirée me hizo la pregunta del millón. Me preguntó si estaba contenta trabajando de casa como free lance en lugar de seguir progresando en mi carrera, ya que anteriormente tenía un puesto bastante bueno (que perdí por la crisis).
Le comenté que echaba de menos ciertas cosas, como reconocimiento social y corporativo, los viajes,  pero que era más feliz porque ya no sentía estrés ni sentimiento de culpabilidad con respecto a mis hijos a los que veía poquito cuando trabajaba. Además, a pesar de trabajar menos horas, sigo aprendiendo y trabajo en dos proyectos que me aportan mucho. Entonces me preguntó si este sentimiento de culpabilidad por no ver a los hijos, si el que algunas mujeres renuncien a sus carreras por sus hijos es algo genético o cultural.
Yo no lo tuve ni que pensar: es genético. He sentido sentimiento de culpabilidad por dejar a 2 bebés en casa por volver a trabajar en dos momentos diferentes en mi vida. Me he sentido fatal cuando me he tenido que ir 10 días de viajes de trabajo, a pesar del descanso que eso supone. Y mi marido no ha sentido eso en ningún momento. Y he visto este patrón repetirse en otras parejas y en compañeras de trabajo y en mujeres que como yo, hasta el momento de tener hijos habían puesto su carrera por delante de todo.
Mis dos amigas tendían a creer que era cultural, que es la educación y lo que nos rodea lo que nos hace sentirnos así a muchas mujeres. Pero creo que hasta que no eres madre no lo puedes entender.
Al fin y al cabo, esta es sólo es mi opinión, pero me gustaría saber lo que pensais los que leeis este blog.
Gracias


martes, 10 de agosto de 2010

Nuevo look

Le acabo de dar un nuevo look al blog. Le he puesto el fondo morado, los artículos más anchos y suscibirse para seguirlo ahora es más fácil. Hay un par de cosas que todavía no he logrado retocar tal y como quería, pero a mí me gusta más.
Seguro que en los próximos días le añado más artilugios...sobre todo cuando logre averiguar como implementar el traductor de Google de la página.
¿Opiniones?

lunes, 9 de agosto de 2010

Ultimamente casi no salgo de casa


Volvimos la semana pasada de nuestras vacaciones en Menorca. Es un destino ideal para ir con la familia. No hay atascos, es tranquilo, y hay entretenimiento para los niños por doquier. Debe ser además unos de los pocos sitios de costa españoles en los que no tienes que sufrir para plantar la sombrilla.
Vacaciones aparte, ahora he vuelto al mundo real y se me está haciendo surrealista. Con los niños en casa todo el mes de Agosto y yo trabajando desde casa y viviendo en una urbanización con piscina y el supermercado en el mismo edificio, vivo como un americano esos de película que no salen de casa.
Por la mañana trabajo mientras mi madre se lleva a los niños al parque a que llenen sus zapatos de arena para que luego los vacíen en el salón y yo lo barra. La tarde la pasamos en la piscina con los 4 vecinos que quedan y con los que ya nos vamos pareciendo a una familia. Hoy hasta he hechado una carrera a nado y casi me ahogo de la risa. Además, con el rollo piscinero cuando quedo con alguien prefiere venir a verme para darse un chapuzón. El domingo tuve una visita de mañana y otra de tarde. Toma ya....
Total, que al final no salgo de aquí. En 5 días sólo he salido tres veces del edificio: una a la esteticista que está a 3 minutos de casa, otra al supermercado que está en el mismo edificio y la tercera fue toda una excursión porque fui hasta Carabanchel a ver a mi sobrino Moisés y a mi hermana Olga.
Tengo que salir, mañana me pondré los tacones y las perlas y me iré al Hipercor. Igual me da agorafobia. Lo peor de todo es que estoy feliz como una perdiz y no he engordado. Da miedo