Para que la reunión familiar se haga leve, para decir otro año que sí, que soy una siesa, pero me da igual, probablemete sea lo que haga más divertidas ciertas partes de estas fiestas. Para pedir de todo corazón que el propósito de año nuevo de mi vecino sea dejar de fumar, al menos en el baño, porque el olor llega a mi baño a través de la ventilación. Para que me decida y en un arranque de valentía deje de currar y me tome unos meses sabáticos (no me lo creo ni yo) y para que el efecto de Aníbal Smith se cierne sobre mi chico y sobre mí y "Que todos los planes nos salgan bien".
Y feliz año nuevo a todos
lunes, 31 de diciembre de 2012
jueves, 27 de diciembre de 2012
Mi primera entrada en el Buscalibros
No es la primera vez que hablo de Fran Rodríguez en este blog, y los que os leeis los comentarios ajenos, seguro que os habeis topado con alguno de Fran, que comenta casi exclusivamente cuando escribo algún relato.
Fran y yo, a pesar de tener edades diferentes, ubicaciones diferentes y vidas diferentes somos grandes amigos virtuales y chateadores ocasionales en facebook.
Aún así, me sorprendió cuando me propuso participar en su proyecto: El Buscalibros.
El Buscalibros nace de la pasión de Fran por la escritura y la lectura. Ha reunido a un grupo de blogueros unidos por ese mismo amor y nos ha puesto a escribir sobre eso mismo: libros, libros, libros...
Con gran orgullo y esperando estar a la altura del resto de los compañeros de El Buscalibros, os presento mi primera entrada en dicho Blog: Claus y Lucas, de Agota Kristoff.
No me gusta ser pedigüeña, pero en estas fiestas me lo permito: por favor, pasaros por El Buscalibros y decidme cuánto os ha gustado. Porque es imposible que no os guste.
Y no os perdais la entrada de inaguración de este gran blog, con nada menos que el vídeo del cortometraje The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore que es simplemente maravilloso...
Fran y yo, a pesar de tener edades diferentes, ubicaciones diferentes y vidas diferentes somos grandes amigos virtuales y chateadores ocasionales en facebook.
Aún así, me sorprendió cuando me propuso participar en su proyecto: El Buscalibros.
El Buscalibros nace de la pasión de Fran por la escritura y la lectura. Ha reunido a un grupo de blogueros unidos por ese mismo amor y nos ha puesto a escribir sobre eso mismo: libros, libros, libros...
Con gran orgullo y esperando estar a la altura del resto de los compañeros de El Buscalibros, os presento mi primera entrada en dicho Blog: Claus y Lucas, de Agota Kristoff.
No me gusta ser pedigüeña, pero en estas fiestas me lo permito: por favor, pasaros por El Buscalibros y decidme cuánto os ha gustado. Porque es imposible que no os guste.
Y no os perdais la entrada de inaguración de este gran blog, con nada menos que el vídeo del cortometraje The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore que es simplemente maravilloso...
lunes, 24 de diciembre de 2012
Relato: Vivir en una Pompa de Jabón
Amigos. Hoy es Nochebuena y os regalo un cuento escrito por mí. Particularmente me encanta. Espero que lo disfruteis. Felices Fiestas.
*******************************************************************************
Al segundo gin-tonic me habló de una chica con la salió en
su adolescencia y a la que tuvo que dejar porque tenía la mala costumbre de
hurgarse la nariz con el dedo. Al tercero, me describió cuánto odiaba su primer
trabajo. Y al cuarto, me contó como pasó 15 días enteros sin salir de casa y
sin ver a casi nadie, tan sólo a los ocasionales repartidores que le traían la
comida a domicilio.
Cristóbal y cuatro amigos más habían planeado pasar por fin
unas vacaciones juntos. Se trataba de amigos con los que había estudiado en la
universidad, ahora todos treintañeros. Habían alquilado un piso en Fuengirola,
y querían revivir su adolescencia de nuevo. Un mes antes, uno de los amigos
tuvo que cancelar porque su mujer le amenazó con divorciarse si la dejaba sola
durante las vacaciones. A partir de allí, todo el plan se vino abajo como un
castillo de naipes. A otro amigo le surgió un viaje de negocios al que no pudo
negarse y al tercero le salió por fin un trabajo. Cristóbal y el cuarto amigo
decidieron no irse solos.
Como no podía cambiar sus fechas de vacaciones, no sabía muy
bien qué hacer con esos días libres. Se planteó irse a Inglaterra unos días a
mejorar su inglés o gastarse el dinero reservado para su viaje en redecorar su
piso. Me contó que tras pensarlo un poco, hizo creer a su familia, amigos y compañeros de trabajo que se iba de
vacaciones. Sin embargo, decidió encerrarse en casa durante esos 15 días y no
poner ni un pie fuera. No le preocupaba la soledad, ni tampoco el aburrimiento.
“Lo que de verdad me daba miedo”, me dijo, “era caer en la desidia y dejar de
asearme y que se acumulara demasiada basura dentro de casa”.
Solucionó el reto de mantenerse limpio y arreglado con
grandes dosis de fuerza de voluntad y el problema de la basura lo solventó dando
una propina exageradamente alta a cada uno de los repartidores que venían a
traerle la compra para que le tiraran la basura al bajar. “Tengo un problema
con el tobillo”, les mentía, “y apenas puedo andar”.
Cada mañana, se despertaba sin despertador, sencillamente
cuando se lo pedía el cuerpo. Se preparaba un café y se lo bebía en la cama
mientras leía alguna de las novelas de las que se había surtido antes de
encerrarse en casa. Después se duchaba y se vestía como si fuera a salir a
trabajar, siempre conjuntado y con la ropa planchada. “A veces, incluso me puse
la corbata”, me decía con asombro.
Los primeros días pasaba horas delante del ordenador,
inventándose sus vacaciones y colgando fotos de playas en las que no había
estado y de paisajes que nunca había visto en las redes sociales. Comentaba en
blogs, leía las noticias, y buscaba
recetas nuevas para su almuerzo. Cada día se cocinaba algo distinto: spaghetti
con salsas que jamás había probado, postres que no lograba comerse solo, y
platos de todos los estilos.Arroz chino, sopa japonesa, couscous …lo que no
logró fue que le saliera bien el sushi.
El sexto día, su rutina de lectura, ordenador y cocina no
era suficiente para entretenerle, así que la emprendió con su casa y ordenó
todos y cada uno de sus armarios, cajones y estanterías. Al abrir un cajón de
su escritorio, descubrió un fajo de cartas que recibió de diferentes amigos y
novias años atrás. Las releyó todas. Se sintió como si estuviese leyendo la
correspondencia de otra persona. Por su cabeza desfilaron personajes de su
pasado que ya casi había olvidado. Leyendo las cartas, no se reconoció en su yo
de antes. Tan superficial, tan impaciente por agradar a los demás.
Al séptimo día descubrió dos cosas:
-En su afán de ordenar había tirado tanta ropa, que casi no le quedaba qué ponerse en el
armario.
-Había dado tantas propinas a los repartidores para que se deshicieran
de las docenas de bolsas de basura que había acumulado con la limpieza, que se
estaba quedando sin dinero en metálico.
Pasó toda la tarde comprándose ropa nueva en los outlets de
la red. También compró una papelera de capacidad de 50 litros para poder
aguantar hasta el final de sus vacaciones sin tirar la basura.
El octavo día descubrió que hacía mucho tiempo que no se
sentía tan feliz y ese pensamiento le hizo sentirse inquieto.
El noveno día tuvo que esconderse en el armario de su
habitación durante una hora porque vino su hermana a regarle las plantas.
El décimo día, el pensamiento de saber que en breve tendría
que salir de nuevo a la calle, y enfrentarse al mundo empezó a acecharle. Para
mantener su mente ocupada preparó un complicado
plato de hojas de viña rellenas de arroz y carne picada. El relleno era
simple de hacer, pero poner la cantidad justa dentro de cada hoja y enrollarla
sin que se rompieran resultaba todo un reto. El resultado fue un plato
exquisito. Le sobró mucha comida y no se
sintió mal por no poder compartirla con nadie. Se dio cuenta de algo. Se dio
cuenta de que su mundo
era redondo. Redondo y frágil como una burbuja de jabón.
Los últimos cinco días, transcurrieron a una velocidad
vertiginosa, escurriéndose como agua entre los dedos. Sus libros, su cocina, su
ordenador, su tele, su colchoneta azul donde hacía los estiramientos matinales,
constituían un mundo perfecto que no quería cambiar. Se quería más que
nunca, adoraba estar consigo mismo y
mantener diálogos mentalmente. Sin embargo, pensar en su yo laboral, en su yo
como amigo, hermano, hijo y tío no le producía placer alguno. Al pensar en su
vida normal, en su vida anterior a la burbuja, le parecía estar visionando
escenas de la vida de otro…y no siempre le gustaba lo que veía.
Y aquí Cristóbal acabo su cuarto gin-tonic y también paró de
hablar.
“¿Y qué pasó luego?”, le pregunté
“Nada”, me dijo, “tuve que volver a trabajar, a mi vida
cotidiana, a mi día a día”
“Entonces, ¿sufriste simplemente algo así como un síndrome
postvacacional?”, intenté resumir.
“No”, me contestó, “fue como despedirse de un buen amigo.
Aunque seguro que pronto nos volveremos a encontrar”
domingo, 23 de diciembre de 2012
El día que el mundo tuvo que acabarse no se acabó
Decían que el viernes se iba a acabar el mundo. Y eso lo dijeron nada menos que los mayas, que eran muy listos y propietarios de una cultura muy avanzada.
El viernes no se acabó el mundo, pero a mí me cayó un marronazo laboral, que con mis añitos y mi experiencia, supe solventar muy bien, pero cuando por fin pude cerrar el chiringuito, me dolía la cabeza y el estómago de lo vacío que estaba. Lo peor, es que como todo marrón que se precie, me seguirá salpicando el resto de esta semana.
Y es que esta semana pasada, ha sido muy dura, con mi marido de viaje y yo ejerciendo de chófer, madre, ama de casa, cocinera y trabajadora a la vez...Y es que el jueves ya no sentía ni las piernas. En un arranque de súper héroe, el miércoles aproveché que estaba mi madre en casa cuidando de mis hijos y cogí la bolsa de la compra y me fui a comprar la comida para la cena de Nochebuena. Y creo que hice bien, porque estos días hace falta mucha paciencia para hacer cola en la pescadería y en la caja. Así que hoy, en vez de estar en el Hipercor me puedo dedicar a escribir a este post, a contestar a un mail de mamá de una monita que tenía ya 10 días de antigüedad y hacer un puré para mañana.....
Y aprovechando el momento, para las pocas bloguers que leeis mi blog...¡en mayo, con ocasión de la visita de Mami de una Monita a Madrid, hay desvirtualización! Tenemos que organizarle una bienvenida inolvidable. Por fin vamos a verle la cara. Como sabeis, Mami de una Monita, es una gran fotógrafa, pero no practica el autorretrato y estamos deseando verle la cara.
Mientras tanto, iré preparando mi primer post para el Buscalibros, blog del que paso a formar parte por invitación del primer bloguer que siguió mi blog y la primera persona que me dio un premio bloguero, Fran Rodríguez.
El viernes no se acabó el mundo, pero a mí me cayó un marronazo laboral, que con mis añitos y mi experiencia, supe solventar muy bien, pero cuando por fin pude cerrar el chiringuito, me dolía la cabeza y el estómago de lo vacío que estaba. Lo peor, es que como todo marrón que se precie, me seguirá salpicando el resto de esta semana.
Y es que esta semana pasada, ha sido muy dura, con mi marido de viaje y yo ejerciendo de chófer, madre, ama de casa, cocinera y trabajadora a la vez...Y es que el jueves ya no sentía ni las piernas. En un arranque de súper héroe, el miércoles aproveché que estaba mi madre en casa cuidando de mis hijos y cogí la bolsa de la compra y me fui a comprar la comida para la cena de Nochebuena. Y creo que hice bien, porque estos días hace falta mucha paciencia para hacer cola en la pescadería y en la caja. Así que hoy, en vez de estar en el Hipercor me puedo dedicar a escribir a este post, a contestar a un mail de mamá de una monita que tenía ya 10 días de antigüedad y hacer un puré para mañana.....
Y aprovechando el momento, para las pocas bloguers que leeis mi blog...¡en mayo, con ocasión de la visita de Mami de una Monita a Madrid, hay desvirtualización! Tenemos que organizarle una bienvenida inolvidable. Por fin vamos a verle la cara. Como sabeis, Mami de una Monita, es una gran fotógrafa, pero no practica el autorretrato y estamos deseando verle la cara.
Mientras tanto, iré preparando mi primer post para el Buscalibros, blog del que paso a formar parte por invitación del primer bloguer que siguió mi blog y la primera persona que me dio un premio bloguero, Fran Rodríguez.
miércoles, 12 de diciembre de 2012
Día parisino
Llego a París - Orly con media hora para llegar a la reunión. La cola llega de los taxis es inmensa y se comenta que hay atascos. Así que decido tomar un moto taxi. Me ponen un casco, unos guantes XL y una mega chupa encima del abrigo. Cuando subo a la moto me ponen una manta motera y París, allá voy... Sorteando el atascazo y viviendo la aventura. Alucinante. A ver la cara de mi jefe cuando vea la hoja de gastos.
Después de la reunión me pateo París, sobre todo la zona Place de la Madeleine para empaparme del espíritu gourmet francés. Es mi trabajo. Cuaderno en mano, voy tomando notas en Fauchon, Maille, Hediard, Lafayette Gourmet... Fauchon me encanta pero cuando empiezo a tomar notas me empieza a perseguir un señor con un pinganillo y me voy a escribir fuera. Vuelvo más tarde a Fauchon y se me acelera el corazón, se nubla la vista y tengo que comprar. El monstruo consumista se apodera de mi. En nochebuena cae foie fijo. Ahora estoy en el aeropuerto y me duelen los muslos. Me acorde de los seguidores del blog y os envio un saludo por video.
Inmaysumundo en París
martes, 11 de diciembre de 2012
Aeropuerto
Aquí estoy en la T2 rumbo a París. Ida y vuelta en el día. Reunión con presentación y luego investigación sobre el terreno de lo que hace la compe. y todo a 3 grados. Llevo más ropa que Heidi cuando fue a casa de su abuelo con todo su armario puesto. El madrugón no me lo quito de encima hasta el fin de semana. C'est la vie. Mis hijos, súper envidiosos. Noooo, vas a París sola. Joooo vas a ver la Tour Eiffel. Que bonito creer que en un viaje de trabajo te da tiempo a hacer turismo. Y mientras, me llega un text diciendo que la peque se ha hecho pis en la cama ... !
Si es que una no puede faltar!!
Si es que una no puede faltar!!
lunes, 3 de diciembre de 2012
Este Puente es todo mío
Avanzo una pequeña tragedia laboral. Durante 1 mes me quedo sin becario. Así que seré como Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Como la parte operativa la llevamos entre las dos, pues está cantado que tomarse unos días en Navidad es imposible, no me lo tienen ni que decir.
Por eso, me tomo el puente que lleva mi nombre.
Tengo grandes planes durante este puente que consisten en:
- No pensar en el trabajo. Está prohibido.
- Mobilidad geográfica reducida. Es decir, que toda distancia en coche superior a 15 minutos estará estrictamente prohibida.
- Actividades varias: patinaje sobre hielo, parque, elaboración de bizcochos, brownies, galletas caseras, parque, urbanización, televisión, parque, deberes, ¿biblioteca?....
- La compra solo se podrá efectuar por internet o a través de mi marido, que hace mucho que no va
Y eso, que estos tres días de planificación 2013, estrategia y power point, no van a ser facilillos, pero.......¡oye! Que ya me estoy relamiendo pensando en 4 días en casa con mis fieras.
Por eso, me tomo el puente que lleva mi nombre.
Tengo grandes planes durante este puente que consisten en:
- No pensar en el trabajo. Está prohibido.
- Mobilidad geográfica reducida. Es decir, que toda distancia en coche superior a 15 minutos estará estrictamente prohibida.
- Actividades varias: patinaje sobre hielo, parque, elaboración de bizcochos, brownies, galletas caseras, parque, urbanización, televisión, parque, deberes, ¿biblioteca?....
- La compra solo se podrá efectuar por internet o a través de mi marido, que hace mucho que no va
Y eso, que estos tres días de planificación 2013, estrategia y power point, no van a ser facilillos, pero.......¡oye! Que ya me estoy relamiendo pensando en 4 días en casa con mis fieras.
jueves, 29 de noviembre de 2012
Como ser kutre en Halloween...y que no esté tan mal
No soy anti-Halloween, pero vamos, que es algo de lo que paso completamente. Ni me va ni me viene. Veo como año tras año vecinos y amigas me hablan de que han hecho fiestas de Halloween, veo sus fotos en Facebook, alguna vez mis hijos han podido ir disfrazados en el cole....pero nunca me ha llegado la vena participativa.
Hasta que este año, Halloween ha llamado a mi puerta. Tal cual. Volvíamos de nuestras vacaciones en Bélgica cuando encontramos un letrero en el portal citándonos a los vecinos a celebrar Halloween. En plan, a partir de las 21.00, a pedir chuches.
Para mí eso fue una encerrona. Además, en cuanto leyeron el cartel, los niños no dejaron de calcular en permanencia la cuenta atrás para el día de Halloween. Y además no teníamos disfraz. Como vivo en Nohaynadalandia, solo un Hipercor, voy dejando lo de los disfraces para el día siguiente. Hasta llegar a D-1. Entonces se me ilumina la bombilla y decido que mi hijo se va poner el disfraz de Diablo que le compré hace dos años y que aún le vale. Aunque más que diablo parece de John Travolta en los 80. Pero con unos cuertnos y un tridente que tengo de manualidad de otro disfraz...va que chuta. Y a mi hija, que le gusta ir de princesa, le propongo ir de híbrido princesa-bruja, es decir, traje de princesa y gorro de bruja y se pone súper féliz. Coste total: 3€ de gorro.
Día D. Cita a las 21.00. A las 19.00 vienen los primeros niños a pedir las chuches.
¿Queeeeee?
Pues eso, empieza a cundir el pánico, se disfrazan en 2 minutos y bajamos abajo para encontrarme que solo hay tres niños, los demás ya estaban por las casas, a los que les intento camelar para que se lleven a mis hijos a la ronda. Evidentemente, sin éxito. Así que yo, con los vaqueros y la chaqueta del chándal, sin pintar y sin peinar me veo recorriéndome las casas de los 6 portales de la urbanización. Quiso la casualidad que en el primer portal me encontrara con una cuidadora que estaba acompañando a dos niños a hacer la ronda. También ya le vale a los padres, encasquetarle el truco o trato a la cuidadora, menuda cara.
Y allí fuimos en comandita, recorriendo y llamando a TODAS y cada una de las puertas de las casas de los vecinos.
Conclusión:
Duración: 2 horas de truco-trato
Niños: felices, deseando que pase de nuevo
Yo: mareada pero muerta de risa, y es que hay cada vecino.....
Cuidadora: encantada de haberse encontrado conmigo y no haber ido sola. Se fue con el comentario " bueno, al final lo hemos pasado muy bien"
Padre de mis hijos: Escaqueado....
Chuches: Demasiados, la mitad de ellos fueron a parar a un escondite secreto conocido solo por mí
Testimonios gráficos:
Hasta que este año, Halloween ha llamado a mi puerta. Tal cual. Volvíamos de nuestras vacaciones en Bélgica cuando encontramos un letrero en el portal citándonos a los vecinos a celebrar Halloween. En plan, a partir de las 21.00, a pedir chuches.
Para mí eso fue una encerrona. Además, en cuanto leyeron el cartel, los niños no dejaron de calcular en permanencia la cuenta atrás para el día de Halloween. Y además no teníamos disfraz. Como vivo en Nohaynadalandia, solo un Hipercor, voy dejando lo de los disfraces para el día siguiente. Hasta llegar a D-1. Entonces se me ilumina la bombilla y decido que mi hijo se va poner el disfraz de Diablo que le compré hace dos años y que aún le vale. Aunque más que diablo parece de John Travolta en los 80. Pero con unos cuertnos y un tridente que tengo de manualidad de otro disfraz...va que chuta. Y a mi hija, que le gusta ir de princesa, le propongo ir de híbrido princesa-bruja, es decir, traje de princesa y gorro de bruja y se pone súper féliz. Coste total: 3€ de gorro.
Día D. Cita a las 21.00. A las 19.00 vienen los primeros niños a pedir las chuches.
¿Queeeeee?
Pues eso, empieza a cundir el pánico, se disfrazan en 2 minutos y bajamos abajo para encontrarme que solo hay tres niños, los demás ya estaban por las casas, a los que les intento camelar para que se lleven a mis hijos a la ronda. Evidentemente, sin éxito. Así que yo, con los vaqueros y la chaqueta del chándal, sin pintar y sin peinar me veo recorriéndome las casas de los 6 portales de la urbanización. Quiso la casualidad que en el primer portal me encontrara con una cuidadora que estaba acompañando a dos niños a hacer la ronda. También ya le vale a los padres, encasquetarle el truco o trato a la cuidadora, menuda cara.
Y allí fuimos en comandita, recorriendo y llamando a TODAS y cada una de las puertas de las casas de los vecinos.
Conclusión:
Duración: 2 horas de truco-trato
Niños: felices, deseando que pase de nuevo
Yo: mareada pero muerta de risa, y es que hay cada vecino.....
Cuidadora: encantada de haberse encontrado conmigo y no haber ido sola. Se fue con el comentario " bueno, al final lo hemos pasado muy bien"
Padre de mis hijos: Escaqueado....
Chuches: Demasiados, la mitad de ellos fueron a parar a un escondite secreto conocido solo por mí
Testimonios gráficos:
Chuches con tridente
Mis monstruos (el John Travolta es un disfraz de diablo)
lunes, 26 de noviembre de 2012
El fan número 99, 100, 101...
Increíble pero cierto.
Llevo casi un año con 98 fans en Facebook. Y de repente esta tarde, sin comerlo ni beberlo, estos 98 fans se han convertido en el mítico número 100.
Gracias a Teo desde Rumania y a Mercedes desde Extremadura (Plasencia) por apuntaros y dadme una alegría tras un agotador día de supervivencia con experiencias laborales gruñonas, principio de resfriado, niña que no quiere cenar, marido que ha perdido el ratón del ordenador, y por supuesto no es culpa suya, y un retrovisor del coche roto.
Y si alguien se quiere apuntar a mi grupo para que seamos los 101 Inma-Dálmatas sólo tiene que hacer click aquí
Y no me lo puedo creer. Esto es cierto...He ido a copiar el enlace del grupo a Facebook ...y me he encontrado con mi fan número 101: Laura Porcel. Laura y yo nos conocimos en el 95 cuando trabajábamos en Disneyland Paris. Fuimos con una amiga común a ver el Show de Buffalo Bill. Años después, nos reencontramos trabajando en la misma empresa en Madrid y tardamos un mes en reconocernos. Y no me extraña que el número 101 sea el de Laura. 101 es un número mítico en Disney. Por los Dálmatas. El código "secreto" que se usa cuando se rompe una atracción es el 101 (one o one)...porque todo se torció cuando los Dálmatas fueron 101.
Gracias a todos
Llevo casi un año con 98 fans en Facebook. Y de repente esta tarde, sin comerlo ni beberlo, estos 98 fans se han convertido en el mítico número 100.
Gracias a Teo desde Rumania y a Mercedes desde Extremadura (Plasencia) por apuntaros y dadme una alegría tras un agotador día de supervivencia con experiencias laborales gruñonas, principio de resfriado, niña que no quiere cenar, marido que ha perdido el ratón del ordenador, y por supuesto no es culpa suya, y un retrovisor del coche roto.
Y si alguien se quiere apuntar a mi grupo para que seamos los 101 Inma-Dálmatas sólo tiene que hacer click aquí
Y no me lo puedo creer. Esto es cierto...He ido a copiar el enlace del grupo a Facebook ...y me he encontrado con mi fan número 101: Laura Porcel. Laura y yo nos conocimos en el 95 cuando trabajábamos en Disneyland Paris. Fuimos con una amiga común a ver el Show de Buffalo Bill. Años después, nos reencontramos trabajando en la misma empresa en Madrid y tardamos un mes en reconocernos. Y no me extraña que el número 101 sea el de Laura. 101 es un número mítico en Disney. Por los Dálmatas. El código "secreto" que se usa cuando se rompe una atracción es el 101 (one o one)...porque todo se torció cuando los Dálmatas fueron 101.
Gracias a todos
viernes, 23 de noviembre de 2012
Flash back: Los Hombres nunca tienen la culpa
Desde bien pequeña, observando a los adultos que me rodeaban me di cuenta de una cosa: Los hombres tienen una terrible tendencia a culpar de todo a sus mujeres
En serio.
Se las apañan para dar la vuelta a todo lo que pasa para echar la culpa a una mujer, sobre todo si es su novia, mujer o madre. Lo he visto hacer a mis tíos, a mi padre, a familiares, a vecinos...Y ahora lo sufro en carne propia. Y es que mi marido, a veces, con tal de no aceptar su culpabilidad es capaz de cualquier cosa.
Os voy a contar dos ejemplos, que no son recientes, porque de lo contrario aún tendría desenterrada el hacha de guerra
Las llaves
Año 2005. Yo, todas las noches echaba la llave en la puerta principal y la dejaba puesta. Todos los días.
Un día por la mañana, domingo, salimos marido, bebé en carrito y yo de casa. Primero yo con el carrito y un bebé de un mes y luego mi marido. El abre la puerta con la llave que estaba en la cerradura. Deja la llave dentro de la cerradura, cierra la puerta y ¡ta chán! Estamos encerrados fuera de casa...hay que llamar a un cerrajero.
Veredicto: Yo soy culpable porque durante la noche, como todas las noches, dejé la llave puesta en la cerradura. No es culpable la persona que se ha olvidado de sacar las llaves de la cerradura al abrir la puerta y luego al cerrarla. No os digo, la que se formó. Y como yo estaba en el máximo nivel hormonal, lo que lloré.
Año 2011. Mi marido se lleva un día mi coche al trabajo. Al día siguiente, volvemos a la rutina y se lleva el suyo. Cuando a las 4 de la tarde voy a buscar a los niños (cole inalcanzable sin coche), mis llaves no están colgadas del mueblecito de llaves. No panic. Llamo a mi marido. Oye, ¿te has llevado mis llaves? Contesta: Uy, si, perdona. No pasa nada, dime donde están las de repuesto. Me contesta: uy, están en mi bolso. Vaya, se ha llevado los dos pares de llaves en el bolso.
Bueno, pues le propongo que salga del trabajo y haga la recogida. Me contesta: tengo una reunión importantísima.
Vale, pues me cogeré un taxi.
Para quién me conozca, esto le parecerá increíble, pero yo tenía un día zen y ni me enfadé ni le culpé de nada. Oye, shit happens. Pero entonces, me dice...
"Es que de verdad, que cosas tienes, la culpa es tuya. Como se te ocurre no asegurarte de que las llaves están en su sito"
Veredicto: Yo soy culpable. Por no registrar el bolso de mi marido cada noche.
Han leído bien. Después de esto, sí que hubo un grito de mi parte, más bien una frase entera gritada, con algún taco seguido de mi dedo apretando la tecla roja del teléfono.
Hay que joderse.
En serio.
Se las apañan para dar la vuelta a todo lo que pasa para echar la culpa a una mujer, sobre todo si es su novia, mujer o madre. Lo he visto hacer a mis tíos, a mi padre, a familiares, a vecinos...Y ahora lo sufro en carne propia. Y es que mi marido, a veces, con tal de no aceptar su culpabilidad es capaz de cualquier cosa.
Os voy a contar dos ejemplos, que no son recientes, porque de lo contrario aún tendría desenterrada el hacha de guerra
Las llaves
Año 2005. Yo, todas las noches echaba la llave en la puerta principal y la dejaba puesta. Todos los días.
Un día por la mañana, domingo, salimos marido, bebé en carrito y yo de casa. Primero yo con el carrito y un bebé de un mes y luego mi marido. El abre la puerta con la llave que estaba en la cerradura. Deja la llave dentro de la cerradura, cierra la puerta y ¡ta chán! Estamos encerrados fuera de casa...hay que llamar a un cerrajero.
Veredicto: Yo soy culpable porque durante la noche, como todas las noches, dejé la llave puesta en la cerradura. No es culpable la persona que se ha olvidado de sacar las llaves de la cerradura al abrir la puerta y luego al cerrarla. No os digo, la que se formó. Y como yo estaba en el máximo nivel hormonal, lo que lloré.
Año 2011. Mi marido se lleva un día mi coche al trabajo. Al día siguiente, volvemos a la rutina y se lleva el suyo. Cuando a las 4 de la tarde voy a buscar a los niños (cole inalcanzable sin coche), mis llaves no están colgadas del mueblecito de llaves. No panic. Llamo a mi marido. Oye, ¿te has llevado mis llaves? Contesta: Uy, si, perdona. No pasa nada, dime donde están las de repuesto. Me contesta: uy, están en mi bolso. Vaya, se ha llevado los dos pares de llaves en el bolso.
Bueno, pues le propongo que salga del trabajo y haga la recogida. Me contesta: tengo una reunión importantísima.
Vale, pues me cogeré un taxi.
Para quién me conozca, esto le parecerá increíble, pero yo tenía un día zen y ni me enfadé ni le culpé de nada. Oye, shit happens. Pero entonces, me dice...
"Es que de verdad, que cosas tienes, la culpa es tuya. Como se te ocurre no asegurarte de que las llaves están en su sito"
Veredicto: Yo soy culpable. Por no registrar el bolso de mi marido cada noche.
Han leído bien. Después de esto, sí que hubo un grito de mi parte, más bien una frase entera gritada, con algún taco seguido de mi dedo apretando la tecla roja del teléfono.
Hay que joderse.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Buscando vuestra empatía
A veces me cuesta muuucho contar lo que siento en el blog. Y sé que es una buena terapia escribir como te sientes, y sobre todo sabiendo que otra gente te lee. Pero aún así....
Pero hoy, mientras me comía una deliciosa ciapatta de brie con sobrasada....me he dado cuenta de que necesitaba desahogarme. Y es que no se puede estar rallando continuamente a los que nos rodean con los mismos temas.
Pues no estoy pasando un buen momento laboral. Y lo peor es que me está afectando en el terreno personal, lo que es inaceptable. Lanzamos un nuevo proyecto en la empresa con la que colaboro. El lanzamiento fue largo y extenuante. Pero ahora sacarlo adelante, es un desafío que yo me estoy tomando como una carrera de obstáculos. A pesar de que disfruto con casi todo el día a día del trabajo, me obsesiono con los resultados y con lo que no me ha dado tiempo a hacer y lo peor: sueño con el trabajo. Me despierto varias veces por la noche sobresaltada con pesadillas laborales y estoy agotada y con un careto.....
Sé que el 70% de mi malestar es culpa mía y está en mi solucionarlo. Y que haber dejado de hacer deporte no me ayuda. Pero no sé como hacerlo. Y hacía tiempo que no me sentía así. De hecho, una de las gracias que tenía lo de ser autónoma y trabajar de casa, era la flexibilidad, la libertad, la tranquilidad....Pero ya no.
El otro 30% de mi malestar es ajeno a mí, pero bueno, como trabajadores todos sabemos que el juego del tira y afloja de tener recursos o no y tiempo para completar tu trabajo es inevitable.
Pues ya está. Intento no perder la paciencia, dejar de pensar en el trabajo, pero no puedo, está omnipresente en mi mente.
Y ya está. Disculpad el chorro de lamentos. Solo soy una bloguera más buscando vuestra empatía
Pero hoy, mientras me comía una deliciosa ciapatta de brie con sobrasada....me he dado cuenta de que necesitaba desahogarme. Y es que no se puede estar rallando continuamente a los que nos rodean con los mismos temas.
Pues no estoy pasando un buen momento laboral. Y lo peor es que me está afectando en el terreno personal, lo que es inaceptable. Lanzamos un nuevo proyecto en la empresa con la que colaboro. El lanzamiento fue largo y extenuante. Pero ahora sacarlo adelante, es un desafío que yo me estoy tomando como una carrera de obstáculos. A pesar de que disfruto con casi todo el día a día del trabajo, me obsesiono con los resultados y con lo que no me ha dado tiempo a hacer y lo peor: sueño con el trabajo. Me despierto varias veces por la noche sobresaltada con pesadillas laborales y estoy agotada y con un careto.....
Sé que el 70% de mi malestar es culpa mía y está en mi solucionarlo. Y que haber dejado de hacer deporte no me ayuda. Pero no sé como hacerlo. Y hacía tiempo que no me sentía así. De hecho, una de las gracias que tenía lo de ser autónoma y trabajar de casa, era la flexibilidad, la libertad, la tranquilidad....Pero ya no.
El otro 30% de mi malestar es ajeno a mí, pero bueno, como trabajadores todos sabemos que el juego del tira y afloja de tener recursos o no y tiempo para completar tu trabajo es inevitable.
Pues ya está. Intento no perder la paciencia, dejar de pensar en el trabajo, pero no puedo, está omnipresente en mi mente.
Y ya está. Disculpad el chorro de lamentos. Solo soy una bloguera más buscando vuestra empatía
SE ACEPTAN CONSEJOS Y REPROCHES
martes, 20 de noviembre de 2012
Ahora entiendo ciertas cosas
Vuelvo de la Ciudad Condal en un vuelo de Vueling. Ojeo la revista Ling y caigo sobre esta imagen. Con la aplicación escáner de mi iPhone la escaneo pensando en el blog.
La comparto con vosotros. Ahora entiendo muchas cosas.
La comparto con vosotros. Ahora entiendo muchas cosas.
domingo, 18 de noviembre de 2012
Desaparecida en Combate I
Pues sí, ando desparecida, pero esta vez ha sido en combate...
Llevo una semana en modo pesadilla laboral. De esto que duermes y sueñas con el trabajo, y que te despiertas angustiada dos o tres veces durante la noche. Resumo: una situación que una a esta edad no se puede permitir. No os digo nada...
Llevo una semana en modo pesadilla laboral. De esto que duermes y sueñas con el trabajo, y que te despiertas angustiada dos o tres veces durante la noche. Resumo: una situación que una a esta edad no se puede permitir. No os digo nada...
miércoles, 31 de octubre de 2012
¡Por fin lanzamos!
Breve entrada para deciros que tras mucho esfuerzo, trabajo y estrés en las últimas semanas por mi parte , ayer lanzamos la nueva web: 1001Gourmet
Cuando veo la página web, me parece mentira que haya llevado tanto trabajo...y lo que nos queda.
1001Gourmet es una página web especializada en la venta de productos gourmet en Francia. Acabamos de lanzar y ya hemos vendido algunos jamones. Por cierto, la foto del señor tan atractivo que recomienda el producto de la semana...¡es nada menos que mi padre!
Así que, si teneis amigos en Francia, no dudeis en recomendar esta web. La pena es no poder comerme todo el producto gourmet que estoy contratando...dan unas ganas.
Ahora que ya me he quitado este peso de encima, vuelvo a respirar, ¡parece mentira! Ahora el reto es vender, contratar el producto adecuado y hacer bien el marketing. Total, nada, pero después de este lanzamiento tan largo, ya me siento capaz de todo.
Y seguro que no acabaré tan cansada al final del día laboral y podré poner más al día el blog, que os tengo que contar mi viaje a Bélgica en plan Meet the Fockers (Los Padres de ella - Los Padres de él, ¿os acordais?)
Cuando veo la página web, me parece mentira que haya llevado tanto trabajo...y lo que nos queda.
1001Gourmet es una página web especializada en la venta de productos gourmet en Francia. Acabamos de lanzar y ya hemos vendido algunos jamones. Por cierto, la foto del señor tan atractivo que recomienda el producto de la semana...¡es nada menos que mi padre!
Así que, si teneis amigos en Francia, no dudeis en recomendar esta web. La pena es no poder comerme todo el producto gourmet que estoy contratando...dan unas ganas.
Ahora que ya me he quitado este peso de encima, vuelvo a respirar, ¡parece mentira! Ahora el reto es vender, contratar el producto adecuado y hacer bien el marketing. Total, nada, pero después de este lanzamiento tan largo, ya me siento capaz de todo.
Y seguro que no acabaré tan cansada al final del día laboral y podré poner más al día el blog, que os tengo que contar mi viaje a Bélgica en plan Meet the Fockers (Los Padres de ella - Los Padres de él, ¿os acordais?)
martes, 16 de octubre de 2012
Carta al Ratoncito Pérez
Ratoncito Pérez,
Soy Hugo.
He perdido mi diente en el patio del liceo. Seguro que lo encuentras. ?Me traes un regalo por favor? Por favor
Besos,
Hugo
Soy Hugo.
He perdido mi diente en el patio del liceo. Seguro que lo encuentras. ?Me traes un regalo por favor? Por favor
Besos,
Hugo
domingo, 14 de octubre de 2012
Sonrisas y lágrimas: el musical y nuestra pequeña actriz..
Entrada breve para presumir del éxito ajeno...
El miércoles pasado fuimos a ver el musical "Sonrisas y lágrimas".
A nosotros nos gustan mucho los musicales, algo que nos viene de los años en los que vivimos en Londres, donde hay una oferta y una calidad increíble. Corrían por entonces los años 90 y la oferta de musicales en Madrid era inexistente y de teatro muy pobre.
Por esa razón, y el hecho de que el protagonisa, Carlos Hipólito nos gusta mucho, tanto en la tele como haciendo de voz del Carlos Alcántara adulto, como en el teatro, donde ya le hemos visto en otras dos ocasiones, parecía evidente que teníamos que ir a este espectáculo.
Nuestra entrada con el autógrafo de Andrea
Pero el verdadero motivo que nos llevó a ver este musical es que actuaba nada menos que la hija de mi amiga Vicky: Andrea Kielbas. ¿Qué os parece?
En Sonrisas y Lágrimas, Andrea es Marta, la sexta hija del Capitán Von Trapp. Para quien no se acuerde de la peli, cosa que dudo, porque nos la ponían hasta en la sopa cuando éramos pequeños, el Capitán Von Trapp tenía 7 hijos: 2 chicos y 5 chicas. Pues Marta es la segunda más pequeña.
El musical es precioso, interpretado por grandes actores y actrices con increíbles voces...pero a nosotros lo que más nos emocionó fue ver a Andrea, encima de ese pedazo escenario, interpretando, bailando, cantando....y como dice su madre ¡sin que se le haya subido a la cabeza!
Por si acaso, os aclaro. Los papeles de los 3 hijos pequeños son interpretados por menores. Por esta razón, estos niños no actúan todos los días de la semana, sino que hay varios grupos y van rotando. Solo actúan durante unas semanas bien definidas...
Tanto si actúa nuestra pequeña estrella ese día como si no...¡no os lo perdais!
lunes, 8 de octubre de 2012
Sueños circunstanciales
Y hoy sueño un sueño circunstancial.
Un sueño que sueño por mis circunstancias...
Y no sé si tengo derecho a soñarlo.
Sueño con disponer de mi tiempo, sueño con dar vida a mis proyectos personales, sueño con buena salud, con una vida sana, con el día sin estrés ......
En definitiva, lo que sueño....es con liberarme del desasosiego, pérdida del propio tiempo que son inseparables del trabajo...
Y en los tiempos que corren, una se siente culpable hasta de soñar con dejar de trabajar.
Un sueño que sueño por mis circunstancias...
Y no sé si tengo derecho a soñarlo.
Sueño con disponer de mi tiempo, sueño con dar vida a mis proyectos personales, sueño con buena salud, con una vida sana, con el día sin estrés ......
En definitiva, lo que sueño....es con liberarme del desasosiego, pérdida del propio tiempo que son inseparables del trabajo...
viernes, 5 de octubre de 2012
Vaya Semanita
Llevo una semana laboral de espanto.
Un par de días he tenido que currar por la noche, con el consecuente cansancio al día siguiente.....y llego al viernes, 5 de la tarde en un estado mental y de estrés que no sentía desde hacía tiempo.
Estoy en la fase final del lanzamiento de una web de productos gourmet. Es un proyecto que estoy gestionando para la empresa para la que trabajo como freelance y me produce sentimientos encontrados. Quería hablar de ello en el blog antes, pero hasta este preciso momento no he encontrado las palabras.
Me está resultando difícil, porque toco temas como transporte y pagos online que no había tocado nunca y me he divertido mucho...pero hay otros, como encauzar el tema del diseño que me ha quitado literalmente la vida porque no es mi punto fuerte y ha habido muchos cambios a lo largo del proyecto.
Ahora que el día L de lanzamiento se va aproximando, me siento orgullosa de mucho de lo que he logrado hacer, nerviosa por temas que no sé si darán problemas, por si no logramos lanzar a tiempo...y muy contenta porque me estoy dedicando también a contratar el producto que se va a vender...y no ha sido fácil negociar con pequeños productores de Delicatessen en Francia.
Por todo ello, mis sentimientos de amor / odio hacia el proyecto son de lo más confuso.
Termino la semana mirando hacia atrás, a como iba el proyecto al 1 de septiembre y a como va hoy, y solo puedo alegrarme. Miro hacia adelante a la semana que nos queda para lanzar y solo puedo estresarme.
Y ahí lo dejo....una entrada de autoterapia porque esto me estaba impidiendo hablar sobre mí y sobre mi vida en el blog....
Un par de días he tenido que currar por la noche, con el consecuente cansancio al día siguiente.....y llego al viernes, 5 de la tarde en un estado mental y de estrés que no sentía desde hacía tiempo.
Estoy en la fase final del lanzamiento de una web de productos gourmet. Es un proyecto que estoy gestionando para la empresa para la que trabajo como freelance y me produce sentimientos encontrados. Quería hablar de ello en el blog antes, pero hasta este preciso momento no he encontrado las palabras.
Me está resultando difícil, porque toco temas como transporte y pagos online que no había tocado nunca y me he divertido mucho...pero hay otros, como encauzar el tema del diseño que me ha quitado literalmente la vida porque no es mi punto fuerte y ha habido muchos cambios a lo largo del proyecto.
Ahora que el día L de lanzamiento se va aproximando, me siento orgullosa de mucho de lo que he logrado hacer, nerviosa por temas que no sé si darán problemas, por si no logramos lanzar a tiempo...y muy contenta porque me estoy dedicando también a contratar el producto que se va a vender...y no ha sido fácil negociar con pequeños productores de Delicatessen en Francia.
Por todo ello, mis sentimientos de amor / odio hacia el proyecto son de lo más confuso.
Termino la semana mirando hacia atrás, a como iba el proyecto al 1 de septiembre y a como va hoy, y solo puedo alegrarme. Miro hacia adelante a la semana que nos queda para lanzar y solo puedo estresarme.
Y ahí lo dejo....una entrada de autoterapia porque esto me estaba impidiendo hablar sobre mí y sobre mi vida en el blog....
miércoles, 3 de octubre de 2012
Flashback: Aquella noche que me pasé casi en vela ...
Hace un par de años viví una situación que me hizo sentir como una víctima de cámara oculta pero sin cámara. ¿Os acordais de la peli de Manuel Summers "To el mudo e güeno"? ¿Esa en la que se demostraba que la gente, aún en la situación más absurda está dispuesta a ayudar?
Pues en una tesitura de esas me encontré yo una noche trabajando, apunto de cerrar de una vez mi portátil.
Antes os comento que yo ahora soy de skype, pero en aquella época era de messenger y por algún error identificativo llevaba un tiempo conectada a un tipo francés que tomé en un principio por un colega de otra oficina y con el que de vez en cuando nos preguntábamos cosas de traducciones.
Retomando el hilo de la historia, cuando iba a desconectarme del cyberespacio me contacta este tipo y me pregunta qué tal y nos ponemos a chatear. "Pues aquí trabajando de noche". "Pues aquí ayudando a una amiga". "Pues que majo". "Pues tú eres española, ¿no?"....y unos minutos después me veo aceptando prestar ayuda no a este tipo, sino a su amiga, a la que me conecta en una conversación de 3 y que me cuenta que está desesperada. Que al día siguiente presenta su proyecto fin de estudios en español tras haber hecho unas prácticas en una empresa española y que no tiene quién le verifique que el texto está bien escrito.
Y yo, que a veces de buena parezco imbécil, es aceptar y arrepentirme casi de forma simultánea al abrir el documento y enfrentarme a un tostón intragable de 50 páginas describiendo un trabajo de asistente comercial (trabajo que yo hice durante un año cuando aún se pagaba en pesetas)
La madrugada me sorprendió con nocturnidad, alevosía y un aburrimiento mortal corrigiendo el trabajo a una perfecta desconocida, intentando que quedara bien y a la vez con algún error para que no creyeran que lo había escrito otro y luchando con palabras que no sé de donde se había sacado esta mujer y que como no eran de ningún idioma, pues no entendía y "adapté".
Conclusión: Bueno, pues una es buena gente y se acuerda de otras veces en las que una mano desconocida ha llegado a sacarle del arroyo,...como aquella vez en Londres que iba llorando en el metro de depresión absoluta y una desconocida vino a consolarme, o aquella vez que un conductor de autobús no me dejaba subir porque no tenía cambio para el billete con el que yo quería pagar y un generoso desconocido me pagó el viaje o la vez que en la cola de Faunia una señora me dio un ticket de descuento que me ahorró un pastón, o una vez también en Londres que en la cola del cine una mujer española me regaló una entrada que le sobraba. Lo que no me moló es que me dormí a las 3 de la mañana y al día siguiente estaba destrozada. Y la chica se portó. Aprobó su proyecto y me escribió para comunicármelo y darme otra vez las gracias. Lo mínimo, direis, pues no, hay gente que ni eso....
Pues en una tesitura de esas me encontré yo una noche trabajando, apunto de cerrar de una vez mi portátil.
Antes os comento que yo ahora soy de skype, pero en aquella época era de messenger y por algún error identificativo llevaba un tiempo conectada a un tipo francés que tomé en un principio por un colega de otra oficina y con el que de vez en cuando nos preguntábamos cosas de traducciones.
Retomando el hilo de la historia, cuando iba a desconectarme del cyberespacio me contacta este tipo y me pregunta qué tal y nos ponemos a chatear. "Pues aquí trabajando de noche". "Pues aquí ayudando a una amiga". "Pues que majo". "Pues tú eres española, ¿no?"....y unos minutos después me veo aceptando prestar ayuda no a este tipo, sino a su amiga, a la que me conecta en una conversación de 3 y que me cuenta que está desesperada. Que al día siguiente presenta su proyecto fin de estudios en español tras haber hecho unas prácticas en una empresa española y que no tiene quién le verifique que el texto está bien escrito.
Y yo, que a veces de buena parezco imbécil, es aceptar y arrepentirme casi de forma simultánea al abrir el documento y enfrentarme a un tostón intragable de 50 páginas describiendo un trabajo de asistente comercial (trabajo que yo hice durante un año cuando aún se pagaba en pesetas)
La madrugada me sorprendió con nocturnidad, alevosía y un aburrimiento mortal corrigiendo el trabajo a una perfecta desconocida, intentando que quedara bien y a la vez con algún error para que no creyeran que lo había escrito otro y luchando con palabras que no sé de donde se había sacado esta mujer y que como no eran de ningún idioma, pues no entendía y "adapté".
Conclusión: Bueno, pues una es buena gente y se acuerda de otras veces en las que una mano desconocida ha llegado a sacarle del arroyo,...como aquella vez en Londres que iba llorando en el metro de depresión absoluta y una desconocida vino a consolarme, o aquella vez que un conductor de autobús no me dejaba subir porque no tenía cambio para el billete con el que yo quería pagar y un generoso desconocido me pagó el viaje o la vez que en la cola de Faunia una señora me dio un ticket de descuento que me ahorró un pastón, o una vez también en Londres que en la cola del cine una mujer española me regaló una entrada que le sobraba. Lo que no me moló es que me dormí a las 3 de la mañana y al día siguiente estaba destrozada. Y la chica se portó. Aprobó su proyecto y me escribió para comunicármelo y darme otra vez las gracias. Lo mínimo, direis, pues no, hay gente que ni eso....
jueves, 27 de septiembre de 2012
Vida Otoñal
Por suerte, vivir en un barrio residencial súper tranquilo tiene algo muy positivo: que esta tranquilidad se pega y entra en tu espíritu.
Y digo por suerte, porque yo me fui de vacaciones con el corazón desbocado de estrés producto de "trabajar desde casa cuando los niños están de vacaciones". Y el corazón ahora late normalmente.
Lo reconozco, la vuelta a la normalidad, ha sido buenísima.
- El cole está más cerca de casa (por eso nos mudamos), así que todos podemos dormir más
-Hay parques enormes por doquier también cerca de casa
- Hay muchos más niños en la comunidad de vecinos. En la anterior los había, pero eran bebés...
- Una comunidad con menos peligros que la anterior, en la que los niños no se pueden caer al garaje al asomarse por una barandilla, por lo que los niños pueden bajar de vez en cuando solos. Aunque, inciso, la primera vez que dejé bajar al Hugo solo al parecer se cayó de cabeza de una altura de más de un metro.
Y la tranquilidad ha llamado a mi puerta de la forma más inesperada. Lo malo de trabajar desde casa es que parece que llevas el curro a cuestas a todas horas. Si tienes que irte a buscar a los niños al cole te sientes mal por si te entra una llamada o por si no respondes a un mail. Y te ves andando por la calle con la merienda en una mano y el iPhone en la otra tecleando con furor. Y no sé por qué, ahora no me pasa. ¿Será el barrio? ¿Qué es? ¿Cómo he llegado a este deseado estado de tranquilidad, sin tan siquiera planteármelo?
Por dios, qué dure
Y es que trabajar de casa es como vivir en una montaña rusa emocional. Es fácil motivarse y desmotivarse tres veces en el mismo día, hay actitudes de compañeros que no comprendes porque están lejos, y también hay sentimientos que crees que tienes solo tú y te sientes mal y luego resulta que los tiene toda la empresa...Puedes cogerle asco y amor a un proyecto en la misma semana, ....Y luego hay periodos más largos de emociones planas.....
Pero lo que siempre es horrible es trabajar cuando los niños están en casa. No lo entienden. Se enfandan al ver que mamá está en casa y no se dedica a ellos, y que de hecho, no se le debe molestar.
Y como decían en el 123...¡hasta aquí puedo leer!
Y digo por suerte, porque yo me fui de vacaciones con el corazón desbocado de estrés producto de "trabajar desde casa cuando los niños están de vacaciones". Y el corazón ahora late normalmente.
Lo reconozco, la vuelta a la normalidad, ha sido buenísima.
- El cole está más cerca de casa (por eso nos mudamos), así que todos podemos dormir más
-Hay parques enormes por doquier también cerca de casa
- Hay muchos más niños en la comunidad de vecinos. En la anterior los había, pero eran bebés...
- Una comunidad con menos peligros que la anterior, en la que los niños no se pueden caer al garaje al asomarse por una barandilla, por lo que los niños pueden bajar de vez en cuando solos. Aunque, inciso, la primera vez que dejé bajar al Hugo solo al parecer se cayó de cabeza de una altura de más de un metro.
Y la tranquilidad ha llamado a mi puerta de la forma más inesperada. Lo malo de trabajar desde casa es que parece que llevas el curro a cuestas a todas horas. Si tienes que irte a buscar a los niños al cole te sientes mal por si te entra una llamada o por si no respondes a un mail. Y te ves andando por la calle con la merienda en una mano y el iPhone en la otra tecleando con furor. Y no sé por qué, ahora no me pasa. ¿Será el barrio? ¿Qué es? ¿Cómo he llegado a este deseado estado de tranquilidad, sin tan siquiera planteármelo?
Por dios, qué dure
Y es que trabajar de casa es como vivir en una montaña rusa emocional. Es fácil motivarse y desmotivarse tres veces en el mismo día, hay actitudes de compañeros que no comprendes porque están lejos, y también hay sentimientos que crees que tienes solo tú y te sientes mal y luego resulta que los tiene toda la empresa...Puedes cogerle asco y amor a un proyecto en la misma semana, ....Y luego hay periodos más largos de emociones planas.....
Pero lo que siempre es horrible es trabajar cuando los niños están en casa. No lo entienden. Se enfandan al ver que mamá está en casa y no se dedica a ellos, y que de hecho, no se le debe molestar.
Y como decían en el 123...¡hasta aquí puedo leer!
martes, 18 de septiembre de 2012
Relato Corto: Apretón en Gatwick
Prólogo: esta es la primera parte de un relato corto que escribí para mi clase de escritura creativa. Fue muy frustrante cuando lo leí en clase. La primera parte del relato (esta) pretendía ser graciosa, pero cuando lo leí, solo me reí yo, lo que además de frustrante es patético. La segunda parte, en la que explica el malentendido por el que a la protagonista le pasa esta desagradable aventura en Gatwick, no lo entendió nadie, por lo que lo he eliminado temporalmente.
Para quitarme el mal gustillo que me dejó el relato, lo he arreglado un poco y lo dejo más bien como una escena. Me cuesta mucho escribir escenas y son parte esencial del relato. Así que allá va. Si la crítica es mala renuncio a arreglar la segunda parte, a veces uno escribe cosas intragables y hay que admitirlo
Ah, y como bien dice el título va de un apretón....Es escatológico.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
El despertador sonó a las 6 de la mañana. Mientras lo apagaba, Ana se arrepintió de haber reservado un vuelo de vuelta a casa tan temprano. Con gusto se quedaría en la cama un ratito más. El dolor de estómago no la dejó remolonear entre las sábanas. Mientras se arreglaba y terminaba de meter su ropa en la maleta, sonó el teléfono. Era la recepcionista del hotel avisándole de que ya había llegado el taxi que le llevaría a la estación de tren. Acabó de vestirse a toda prisa, bajó a recepción, dejó su llave y se metió en el taxi sin haber ni siquiera desayunado. No sabía si eso era bueno o malo para su dolor de estómago.
Una vez en la estación de Victoria, cogió el Gatwick Express por los pelos, por lo que tampoco pudo desayunar. En Gatwick, se topó con el follón habitual. Colas para facturar el equipaje, colas en las máquinas de auto check-in y sobre todo colas para pasar la seguridad. Menos mal que había llegado con tiempo de sobra. Ana se encontraba cada vez peor. Su estómago parecía haberse quedado colgado en el programa de centrifugado de la lavadora. La fila avanzaba despacio. Los pasajeros pasaban una y otra vez bajo los arcos detectores de metal. Ahora sin reloj, ahora sin zapatos, ahora sin cinturón, vacíese los bolsillos. Vale, es por nuestra seguridad, pero menuda pérdida de tiempo. Ana se agarraba el estómago mientras observaba como una señora ofendidísima gritaba a un policía porque no le dejaba pasar un bote de perfume en el equipaje de mano . Otra que hace años que no viaja, pensó Ana. Cuando le llegó su turno, Ana ya se había preparado: no llevaba reloj, había sacado el ordenador de su mochila y estaba depositando su cinturón en la bandeja con una mano mientras con la otra se sujetaba los pantalones, que le iban un poco grandes. Al pasar bajo el arco le dio un retortijón insoportable, y como no sonó ningún pitido, se abalanzó hacia su equipaje de mano. Metió como pudo todo en la mochila y corriendo, sin zapatos y agarrándose bien la cintura de los pantalones, dio una carrera hacia el baño. Le daba igual saber desde que puerta saldría su vuelo o si llegaría a tiempo o no. Le acababa de dar un apretón histórico, y no podía aguantar ni un minuto más. Ana, castaña, 1 metro 70, delgada, alegre, joven, agraciada, siempre a la moda, entre sudores fríos y ruidos dignos de un volcán en erupción puso solución a su grave problema en el cuarto de baño. Pero lo dejó en tal estado que no se atrevió a salir de su cubículo hasta que dejó de oír ruidos provenientes del lavabo. Agazapada detrás de la puerta y sudando ya no sentía dolor ni vergüenza, solo alivio y compasión por la persona que tuviera que limpiar todo aquello.
Una vez en el hall comprobó que todavía le quedaba tiempo de sobra para tomar su vuelo. Se acercó a su puerta de embarque, se desmoronó en un sofá y se sumió en un profundo sueño, justo después de preguntarse qué es lo que había comido que tan mal le había sentado.
Para quitarme el mal gustillo que me dejó el relato, lo he arreglado un poco y lo dejo más bien como una escena. Me cuesta mucho escribir escenas y son parte esencial del relato. Así que allá va. Si la crítica es mala renuncio a arreglar la segunda parte, a veces uno escribe cosas intragables y hay que admitirlo
Ah, y como bien dice el título va de un apretón....Es escatológico.
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El despertador sonó a las 6 de la mañana. Mientras lo apagaba, Ana se arrepintió de haber reservado un vuelo de vuelta a casa tan temprano. Con gusto se quedaría en la cama un ratito más. El dolor de estómago no la dejó remolonear entre las sábanas. Mientras se arreglaba y terminaba de meter su ropa en la maleta, sonó el teléfono. Era la recepcionista del hotel avisándole de que ya había llegado el taxi que le llevaría a la estación de tren. Acabó de vestirse a toda prisa, bajó a recepción, dejó su llave y se metió en el taxi sin haber ni siquiera desayunado. No sabía si eso era bueno o malo para su dolor de estómago.
Una vez en la estación de Victoria, cogió el Gatwick Express por los pelos, por lo que tampoco pudo desayunar. En Gatwick, se topó con el follón habitual. Colas para facturar el equipaje, colas en las máquinas de auto check-in y sobre todo colas para pasar la seguridad. Menos mal que había llegado con tiempo de sobra. Ana se encontraba cada vez peor. Su estómago parecía haberse quedado colgado en el programa de centrifugado de la lavadora. La fila avanzaba despacio. Los pasajeros pasaban una y otra vez bajo los arcos detectores de metal. Ahora sin reloj, ahora sin zapatos, ahora sin cinturón, vacíese los bolsillos. Vale, es por nuestra seguridad, pero menuda pérdida de tiempo. Ana se agarraba el estómago mientras observaba como una señora ofendidísima gritaba a un policía porque no le dejaba pasar un bote de perfume en el equipaje de mano . Otra que hace años que no viaja, pensó Ana. Cuando le llegó su turno, Ana ya se había preparado: no llevaba reloj, había sacado el ordenador de su mochila y estaba depositando su cinturón en la bandeja con una mano mientras con la otra se sujetaba los pantalones, que le iban un poco grandes. Al pasar bajo el arco le dio un retortijón insoportable, y como no sonó ningún pitido, se abalanzó hacia su equipaje de mano. Metió como pudo todo en la mochila y corriendo, sin zapatos y agarrándose bien la cintura de los pantalones, dio una carrera hacia el baño. Le daba igual saber desde que puerta saldría su vuelo o si llegaría a tiempo o no. Le acababa de dar un apretón histórico, y no podía aguantar ni un minuto más. Ana, castaña, 1 metro 70, delgada, alegre, joven, agraciada, siempre a la moda, entre sudores fríos y ruidos dignos de un volcán en erupción puso solución a su grave problema en el cuarto de baño. Pero lo dejó en tal estado que no se atrevió a salir de su cubículo hasta que dejó de oír ruidos provenientes del lavabo. Agazapada detrás de la puerta y sudando ya no sentía dolor ni vergüenza, solo alivio y compasión por la persona que tuviera que limpiar todo aquello.
Una vez en el hall comprobó que todavía le quedaba tiempo de sobra para tomar su vuelo. Se acercó a su puerta de embarque, se desmoronó en un sofá y se sumió en un profundo sueño, justo después de preguntarse qué es lo que había comido que tan mal le había sentado.
viernes, 14 de septiembre de 2012
Flashback: Las cucharillas del Hilton
Cuando viajo en coche y los niños se duermen y se me acaba la conversación con mi marido, mi mente comienza a divagar. Y como supondréis, mi mente divaga poco, porque en un viaje en coche con niños tienen que alinearse los astros para que se produzcan todas estas circunstancias. Pues este año, viajando hacia Isla Canela, se produjo esta situación. Y dejando que la mente navegara sola, empezó a encadenar opiniones y pensamientos, hasta llegar a los recuerdos…y trasladarme en un plis a la época en que yo vivía en Londres y trabajaba de camarera en un hotel Hilton. Y fue pensar en el Hilton y saltar al tema de las cucharillas del Hilton y decidir,…cuánto me gustaría contar esto en el blog,…
Hace como década y media trabajé en un hotel Hilton de Londres. Primero como camarera, luego como telefonista y finalmente como recepcionista. De donde me quedan más y mejores recuerdos y aún amigos, es de mi época de camarera.
Para los que hayais trabajado en hostelería sabréis que el número de material ideal se calcula así: Si hay sitio en un restaurante para 100 comensales lo ideal sería tener 300 unidades de cada pieza necesitada. Es decir: 300 platos, 300 tenedores, 300 tazas….Porque se supone que 100 están en las mesas, 100 pueden estar lavándose y 100 preparados para ser usados cuando los comensales se retiren de la mesa. Eso en un mundo ideal. Si hay material, se trabaja bien, y si no hay material, se sufre. El sufrimiento es inversamente proporcional al número de material disponible: cuanto menos material, más sufrimiento para el trabajador.
Pues en el Hilton, el número de cucharillas de café era inferior al número de comensales. Tendríamos capacidad para 300 personas y no había ni 200 cucharillas. Imaginaros como eran los desayunos para nosotros, los camareros. En busca de la cucharilla perdida. En principio, lo que se intentaba es que el cliente no reclamara su cucharilla, que moviera su café con el mango del tenedor. Pero como esta iniciativa la tenían pocos, pues teníamos que recurrir al ingenio. En principio nos guardábamos las cucharillas y solo se las dábamos a los que las reclamaran. Y cuando ya no nos quedaban, que era casi inmediatamente después de abrir el restaurante…..¡comenzaba la carrera! Que se iba el cliente, corriendo tres camareros en plan olimpiada a por la cucharilla que había dejado. Como esto era estresante y creaba mal rollo, decidimos trabajar en equipo, y ser unos cerdos. Pusimos una jarra de agua hirviendo en el aparador de los camareros y cada vez que un cliente se iba, ¡chof! Metíamos la cucharilla dentro para que se lavara…y se la dábamos al siguiente comensal. Al cabo de media hora, el agua caliente estaba fría y con un color cola-cao de espanto, pero no había tiempo para cambiarla así que con un trapito, se le daba un toque, y al cliente.
Esto parece un chiste, pero de verdad que era super estresante. No os imaginais la cantidad de clientes que nos gritaban, ¡quiero mi cucharilla ya!!! Y sí, la culpa no era nuestra, era del restaurante que no compraba cucharillas…y a pesar de nuestras quejas….pues como no había presupuesto, según los altos mandos, pues no se compraban. Esto se repetía, a menor escala con las tazas y con las teteras.
Hasta que un día sucedió lo inevitable. Una compañera, con dos cojones le dijo a un cliente histérico que reclamaba su té. "No le puedo traer su té porque no hay teteras suficientes. Tengo que esperar a que un cliente que esté tomando té, se vaya."
Este señor en cuestión se enfureció aún más y se quejó a un “manager” que pasaba por allí y esto fue el acabose. Nuestra compañera, santificada y admirada por nosotros, fue puesta como ejemplo del mal eterno y enemiga de la empresa, que es la que nos daba de comer y pagaba nuestra “rent” y creo que hubo represalias. Lo que pasa es que la memoria me falla y no me acuerdo bien de ella. Se nos encomendó de la forma más borde, no hacer nada igual en el futuro…¡por dios, Hilton sin teteras!!!
Meses después, yo me fui a otro departamento (recepción) y el tema de las cucharas seguía vigente, casi que a uno le entraban ganas de traérselas de casa…. El agua de las jarras para limpiarlas seguía enfriándose y oscureciéndose y la búsqueda de cucharillas continuó.
Casi me dan ganas de ir a ese hotel un día a desayunar y pedir una cucharilla y un té y ver qué pasa….Lo de la cola para coger las tostadas os lo contaré otro día….
Hace como década y media trabajé en un hotel Hilton de Londres. Primero como camarera, luego como telefonista y finalmente como recepcionista. De donde me quedan más y mejores recuerdos y aún amigos, es de mi época de camarera.
Para los que hayais trabajado en hostelería sabréis que el número de material ideal se calcula así: Si hay sitio en un restaurante para 100 comensales lo ideal sería tener 300 unidades de cada pieza necesitada. Es decir: 300 platos, 300 tenedores, 300 tazas….Porque se supone que 100 están en las mesas, 100 pueden estar lavándose y 100 preparados para ser usados cuando los comensales se retiren de la mesa. Eso en un mundo ideal. Si hay material, se trabaja bien, y si no hay material, se sufre. El sufrimiento es inversamente proporcional al número de material disponible: cuanto menos material, más sufrimiento para el trabajador.
Pues en el Hilton, el número de cucharillas de café era inferior al número de comensales. Tendríamos capacidad para 300 personas y no había ni 200 cucharillas. Imaginaros como eran los desayunos para nosotros, los camareros. En busca de la cucharilla perdida. En principio, lo que se intentaba es que el cliente no reclamara su cucharilla, que moviera su café con el mango del tenedor. Pero como esta iniciativa la tenían pocos, pues teníamos que recurrir al ingenio. En principio nos guardábamos las cucharillas y solo se las dábamos a los que las reclamaran. Y cuando ya no nos quedaban, que era casi inmediatamente después de abrir el restaurante…..¡comenzaba la carrera! Que se iba el cliente, corriendo tres camareros en plan olimpiada a por la cucharilla que había dejado. Como esto era estresante y creaba mal rollo, decidimos trabajar en equipo, y ser unos cerdos. Pusimos una jarra de agua hirviendo en el aparador de los camareros y cada vez que un cliente se iba, ¡chof! Metíamos la cucharilla dentro para que se lavara…y se la dábamos al siguiente comensal. Al cabo de media hora, el agua caliente estaba fría y con un color cola-cao de espanto, pero no había tiempo para cambiarla así que con un trapito, se le daba un toque, y al cliente.
Esto parece un chiste, pero de verdad que era super estresante. No os imaginais la cantidad de clientes que nos gritaban, ¡quiero mi cucharilla ya!!! Y sí, la culpa no era nuestra, era del restaurante que no compraba cucharillas…y a pesar de nuestras quejas….pues como no había presupuesto, según los altos mandos, pues no se compraban. Esto se repetía, a menor escala con las tazas y con las teteras.
Hasta que un día sucedió lo inevitable. Una compañera, con dos cojones le dijo a un cliente histérico que reclamaba su té. "No le puedo traer su té porque no hay teteras suficientes. Tengo que esperar a que un cliente que esté tomando té, se vaya."
Este señor en cuestión se enfureció aún más y se quejó a un “manager” que pasaba por allí y esto fue el acabose. Nuestra compañera, santificada y admirada por nosotros, fue puesta como ejemplo del mal eterno y enemiga de la empresa, que es la que nos daba de comer y pagaba nuestra “rent” y creo que hubo represalias. Lo que pasa es que la memoria me falla y no me acuerdo bien de ella. Se nos encomendó de la forma más borde, no hacer nada igual en el futuro…¡por dios, Hilton sin teteras!!!
Meses después, yo me fui a otro departamento (recepción) y el tema de las cucharas seguía vigente, casi que a uno le entraban ganas de traérselas de casa…. El agua de las jarras para limpiarlas seguía enfriándose y oscureciéndose y la búsqueda de cucharillas continuó.
Casi me dan ganas de ir a ese hotel un día a desayunar y pedir una cucharilla y un té y ver qué pasa….Lo de la cola para coger las tostadas os lo contaré otro día….
viernes, 7 de septiembre de 2012
Inma opina: El Parque Warner
En agosto, antes de irme de vacaciones fuimos al Parque Warner.
Tenía muchas ganas de llevar a mis hijos a un parque temático o de atracciones. Había esperado el momento en que los dos tuvieran edad para poder montarse en varias atracciones sin morirse de miedo. Me parecía frustrante que el mayor pudiera montarse en cosas y la peque se tuviera que quedar mirando como su hermano se divertía. Así que a la edad en la que la mayoría de los niños madrileños ya se saben de memoria el Parque Warner,o el Parque de Atracciones, los míos fueron por primera vez.
Para mis hijos fue un día especial. Disfrutaron y nos sorprendieron poniéndose poco nerviosos, aguantando alguna cola y sobre todo ¡montándose en atracciones de esas que dan mucho miedo!
Pero yo, que he trabajado allá por los años 90 en otro parque temático, en Disneyland Paris nada menos….no he podido evitar comparar. Y es que lo primero que me llamó la atención del parque fue el personal. En primer lugar, hay poco personal. No son suficientes. En la mayoría de las atracciones de pequeños, hay un solo empleado. Una misma persona se encarga de dejar entrar a la gente, seguir el procedimiento de seguridad, operar la atracción, hablar por el micro, luego asistir a la gente a salir de la atracción y despedirse. ¡Se necesitan por lo menos dos personas para hacer ese trabajo! De esa forma, se agiliza el proceso, se disminuyen las colas y ellos pueden hacer mejor su trabajo. Por otro lado, los empleados en general daban la impresión de estar en constante sufrimiento. Se les veía agotados, achicharrados y hartos. Y uno no va a un parque temático para ver gente esclavizada y sufriendo. Sus uniformes, un polo azul con el logo del parque en un lado y la publi de una empresa de zumos en otro y un pantalón marrón, tampoco ayudaba a que tuvieran mejor aspecto. Incluso algunos de ellos llevaban lamparones en el polo, lo que me parece inaceptable. Yo he decir que en Disney no estábamos bien pagados, ganábamos el salario mínimo y París es una ciudad muy cara. Pero había unas normas muy estrictas de higiene, de cambio diario de uniforme y de actitud positiva. Os podréis imaginar que no todo el mundo era feliz trabajando en Disneyland Paris (yo sí lo era), pero os juro que lo parecíamos. Había carteles que decían “Smile, you are now on stage” (sonríe, ahora estás en el plató). Y cuantos visitantes nos preguntaban cómo habíamos hecho para trabajar allí y decían que nos envidiaban. Y es que sonreir era obligatorio. Salvo en Phatom Manor, donde tenían que estar serios para dar miedo.
¿Y por qué en un parque ese sentimiento de positividad, de limpieza y de bienestar es posible y en otro no? Es muy simple: management, la dirección. Un aspecto es el económico y otro es el motivador. Y todos sabemos que el Parque Warner no tiene pasta. Por otro lado, los empleados de la Warner están todo menos motivados. Dan una imagen de españoles explotados que da lástima. Y si la empresa que gestiona la Warner quiere empezar a tener resultados económicos en positivo tal vez debería empezar dando ganas a los clientes de repetir la experiencia. ¡Queremos una experiencia positiva! ¡Motiven a sus empleados, enséñenles que parte de su trabajo es sonreir y acoger a sus visitantes! Así todos, clientes y trabajadores, estaremos más contentos.
Además, la limpieza tampoco es lo más. Con esto no quiero decir que el parque estaba sucio, pero de un parque con el logo de la Warner esperas mucho más. Apenas vi gente barriendo por las calles, y el suelo estaba lleno de restos negruzcos de chicles pegados que le quita mucho encanto.
Una pena, porque tienen atracciones espléndidas y las de agua son muy originales. ¡De muchas de ellas sales empapado totalmente, hasta los calcetines! Sino, miradnos a Olga y a mí. Y hay algunas para mayores, a las que no pudimos acceder al ir con los niños que tenían pinta de ser una fábrica de adrenalina.
No os digo más, que a pesar de todo os lo recomiendo porque lo pasamos muy bien y para mis hijos ha sido algo inolvidable. Pero quedémonos todos con el cuento. Las empresas a medias no bastan. Si no se motiva a los empleados, ya vendas adsl o diversión, el cliente lo percibe. Aprendamos de los que lo hacen bien. Copiar solo es malo en el cole. Y si no me creeis, mirad los japoneses.
Tenía muchas ganas de llevar a mis hijos a un parque temático o de atracciones. Había esperado el momento en que los dos tuvieran edad para poder montarse en varias atracciones sin morirse de miedo. Me parecía frustrante que el mayor pudiera montarse en cosas y la peque se tuviera que quedar mirando como su hermano se divertía. Así que a la edad en la que la mayoría de los niños madrileños ya se saben de memoria el Parque Warner,o el Parque de Atracciones, los míos fueron por primera vez.
Para mis hijos fue un día especial. Disfrutaron y nos sorprendieron poniéndose poco nerviosos, aguantando alguna cola y sobre todo ¡montándose en atracciones de esas que dan mucho miedo!
Pero yo, que he trabajado allá por los años 90 en otro parque temático, en Disneyland Paris nada menos….no he podido evitar comparar. Y es que lo primero que me llamó la atención del parque fue el personal. En primer lugar, hay poco personal. No son suficientes. En la mayoría de las atracciones de pequeños, hay un solo empleado. Una misma persona se encarga de dejar entrar a la gente, seguir el procedimiento de seguridad, operar la atracción, hablar por el micro, luego asistir a la gente a salir de la atracción y despedirse. ¡Se necesitan por lo menos dos personas para hacer ese trabajo! De esa forma, se agiliza el proceso, se disminuyen las colas y ellos pueden hacer mejor su trabajo. Por otro lado, los empleados en general daban la impresión de estar en constante sufrimiento. Se les veía agotados, achicharrados y hartos. Y uno no va a un parque temático para ver gente esclavizada y sufriendo. Sus uniformes, un polo azul con el logo del parque en un lado y la publi de una empresa de zumos en otro y un pantalón marrón, tampoco ayudaba a que tuvieran mejor aspecto. Incluso algunos de ellos llevaban lamparones en el polo, lo que me parece inaceptable. Yo he decir que en Disney no estábamos bien pagados, ganábamos el salario mínimo y París es una ciudad muy cara. Pero había unas normas muy estrictas de higiene, de cambio diario de uniforme y de actitud positiva. Os podréis imaginar que no todo el mundo era feliz trabajando en Disneyland Paris (yo sí lo era), pero os juro que lo parecíamos. Había carteles que decían “Smile, you are now on stage” (sonríe, ahora estás en el plató). Y cuantos visitantes nos preguntaban cómo habíamos hecho para trabajar allí y decían que nos envidiaban. Y es que sonreir era obligatorio. Salvo en Phatom Manor, donde tenían que estar serios para dar miedo.
¿Y por qué en un parque ese sentimiento de positividad, de limpieza y de bienestar es posible y en otro no? Es muy simple: management, la dirección. Un aspecto es el económico y otro es el motivador. Y todos sabemos que el Parque Warner no tiene pasta. Por otro lado, los empleados de la Warner están todo menos motivados. Dan una imagen de españoles explotados que da lástima. Y si la empresa que gestiona la Warner quiere empezar a tener resultados económicos en positivo tal vez debería empezar dando ganas a los clientes de repetir la experiencia. ¡Queremos una experiencia positiva! ¡Motiven a sus empleados, enséñenles que parte de su trabajo es sonreir y acoger a sus visitantes! Así todos, clientes y trabajadores, estaremos más contentos.
Además, la limpieza tampoco es lo más. Con esto no quiero decir que el parque estaba sucio, pero de un parque con el logo de la Warner esperas mucho más. Apenas vi gente barriendo por las calles, y el suelo estaba lleno de restos negruzcos de chicles pegados que le quita mucho encanto.
Una pena, porque tienen atracciones espléndidas y las de agua son muy originales. ¡De muchas de ellas sales empapado totalmente, hasta los calcetines! Sino, miradnos a Olga y a mí. Y hay algunas para mayores, a las que no pudimos acceder al ir con los niños que tenían pinta de ser una fábrica de adrenalina.
No os digo más, que a pesar de todo os lo recomiendo porque lo pasamos muy bien y para mis hijos ha sido algo inolvidable. Pero quedémonos todos con el cuento. Las empresas a medias no bastan. Si no se motiva a los empleados, ya vendas adsl o diversión, el cliente lo percibe. Aprendamos de los que lo hacen bien. Copiar solo es malo en el cole. Y si no me creeis, mirad los japoneses.
lunes, 27 de agosto de 2012
Toboganes piscineros
Molan los toboganes de las piscis, eh? Os acordáis de cuando hacíamos colas
en los aquapark de Benidorm o de Villanueva de la Canada?
En nuestro hotel hay dos toboganes muy divertidos . Los niños vivirían allí, solo se les puede sacar bajo amenaza de no volver jamás . Por eso declaro que yo a un hotel con toboganes intentare no volver a ir. Porque encima que yo también baje para mis hijos es lo mas ...
en los aquapark de Benidorm o de Villanueva de la Canada?
En nuestro hotel hay dos toboganes muy divertidos . Los niños vivirían allí, solo se les puede sacar bajo amenaza de no volver jamás . Por eso declaro que yo a un hotel con toboganes intentare no volver a ir. Porque encima que yo también baje para mis hijos es lo mas ...
jueves, 23 de agosto de 2012
Praia Verde
Hoy hemos ido a Praia Verde. Mi hija se ha quedado decepcionadisima, porque !el mar no era verde, era azul!
Mi hijo sigue buscando un cangrejo para traérselo a casa. Menos mal que no ha encontrado ninguno... En Praia verde lo de la recogida de coquinas toma promociones desmesuradas... Ya no es cosa de jubilados, allí es para todos los públicos... En fin, que de tanto verlos, cierro los ojos y veo ante mi un plato de chirlas,
coquinas, almejas, lo que sea, humeante y rebosante de ajitos,...
Mi hijo sigue buscando un cangrejo para traérselo a casa. Menos mal que no ha encontrado ninguno... En Praia verde lo de la recogida de coquinas toma promociones desmesuradas... Ya no es cosa de jubilados, allí es para todos los públicos... En fin, que de tanto verlos, cierro los ojos y veo ante mi un plato de chirlas,
coquinas, almejas, lo que sea, humeante y rebosante de ajitos,...
miércoles, 22 de agosto de 2012
Recolección
Aquí estoy en Isla Canela. Entre la construir castillos de arena decorados con conchas, esquivar algas marinas y sujetar tablas de surf, tengo tiempo justo de observar a la gente. Trozos de frases, tetas caídas al aire, gritos y enfados de parejas, berrinches de niños ajenos.... Pero lo que mas me asombra es que durante las vacaciones muchos veraneantes son víctimas del instinto casi primario de la recolección. Recolectar Conchas , piedrecitas, pececitos esta a la orden del día ... En esta playa en la que abundan las conchas, la gente se dedica a recoger chirlas... Las orillas están llenas de persona eyscarbando en la arena a la búsqueda del aperitivo de la tarde. Los del todo incluido se libran de esta moda, pero el resto de los playeros dejan sus sombrillas y esterillas para dedicarse a la chirla manía . Sobre todo los jubilados. Los dolores de espalda, lumbagos y artritis desaparecen ante la imagen de marisco gratis. Impresionados andamos y yo, con ganas de compartirlo. Que bonito estar de vacaciones, no preocuparse de nada y ver a mis hijos sorprendiendome y mucho porque se están portando muy bien!!
jueves, 16 de agosto de 2012
Si estás leyendo esto...
Puedes adivinar mi ansia por enviar el último email a mi compañera, por hacerla última llamada del día, por apagar el ordenador y por sonreir con alivio. Porque sí sí sí....en menos de dos horas comienzan mis vacaciones y ya no puedo más. No soporto esta tarde, quiero que pase el tiempo... . Si me parece llevar media hora escribiendo este post y llevo solo unos minutos...esto no puede ser.
¡Y con lo que me gustaba a mí antes trabajar en agosto!!!. Muy pocas veces me he ido en vacaciones en agosto, pero teniendo hijos eso cambia. Desde el año pasado pinta que seguiremos yéndonos en agosto muchos años más,sobre todo porque no sabemos sino qué hacer con los niños...si en julio les ponemos en campamento de verano... En agosto molaba trabajar porque había menos volumen de trabajo y te daba tiempo a ordenar tus ficheros, tus listas de contactos y hacer esas tareas ingratas de las que no podías escapar. Las oficinas estaban medio desiertas y se creaba cierta camadería especial entre los colegas que quedaban. Además el jefe o jefa, fijo que se iba en algún momento de agosto. Y por si fuera poco, ir de vacaciones otros meses es más barato y hay menos gente.
Pero ahora soy madre, tengo calor y encima trabajo desde casa. Y he llegado a estas fórmula friki-matemáticas:
Profesionalmente: Trabajo + agosto = tortuga
Personalmente: Trabajo desde casa + verano = caca
He sufrido profesionalmente porque coño, es que no hay nadie, ....cuando vuelve uno de vacaciones, se va otro, para que te den una respuesta, un presupuesto, una aprobación....tienes que esperar quince días más...Cuando empieza a volver la gente me voy yo, cuando a uno se le ocurre una idea el otro no lo puede poner en práctica porque no está....y así hasta el infinito y más allá, como diría aquel. He sufrido también personalmente porque hace mucho calor, algunos días te asfixias, me ha costado trabajar desde casa y mis hijos no entienden que yo esté en casa encerrada en una habitación y pasando de ellos....¡cómo he echado de menos el campamento de verano en el mes de agosto!!
¿Veis mi ordenador? ¡No le voy a echar nada de menos!
(por cierto lo del cableado lo estamos arreglando, nos acabamos de mudar y nos faltan unos retoques!!
Amigos, creo que esta semana se ha hecho soportable solo porque ayer fue festivo. De lo contrario habría explotado.
¡Y con lo que me gustaba a mí antes trabajar en agosto!!!. Muy pocas veces me he ido en vacaciones en agosto, pero teniendo hijos eso cambia. Desde el año pasado pinta que seguiremos yéndonos en agosto muchos años más,sobre todo porque no sabemos sino qué hacer con los niños...si en julio les ponemos en campamento de verano... En agosto molaba trabajar porque había menos volumen de trabajo y te daba tiempo a ordenar tus ficheros, tus listas de contactos y hacer esas tareas ingratas de las que no podías escapar. Las oficinas estaban medio desiertas y se creaba cierta camadería especial entre los colegas que quedaban. Además el jefe o jefa, fijo que se iba en algún momento de agosto. Y por si fuera poco, ir de vacaciones otros meses es más barato y hay menos gente.
Pero ahora soy madre, tengo calor y encima trabajo desde casa. Y he llegado a estas fórmula friki-matemáticas:
Profesionalmente: Trabajo + agosto = tortuga
Personalmente: Trabajo desde casa + verano = caca
He sufrido profesionalmente porque coño, es que no hay nadie, ....cuando vuelve uno de vacaciones, se va otro, para que te den una respuesta, un presupuesto, una aprobación....tienes que esperar quince días más...Cuando empieza a volver la gente me voy yo, cuando a uno se le ocurre una idea el otro no lo puede poner en práctica porque no está....y así hasta el infinito y más allá, como diría aquel. He sufrido también personalmente porque hace mucho calor, algunos días te asfixias, me ha costado trabajar desde casa y mis hijos no entienden que yo esté en casa encerrada en una habitación y pasando de ellos....¡cómo he echado de menos el campamento de verano en el mes de agosto!!
¿Veis mi ordenador? ¡No le voy a echar nada de menos!
(por cierto lo del cableado lo estamos arreglando, nos acabamos de mudar y nos faltan unos retoques!!
Me ha llegado un mail, así que....¡a trabajar que va quedando menos!!!!
...
El mail no era nada, pero tengo que poner mi out of office y me voy a hacer una copia de seguridad, nunca se sabe....
....
Una llamada de 20 minutos...
¡ya queda menos!!
miércoles, 15 de agosto de 2012
martes, 14 de agosto de 2012
Mis hijos y el piso nuevo
- Mamá, quiero dormir en tu cama, tengo miedo
- No quiero bañarme en esta bañera, porque se ha bañado otra gente antes
- Bueno, vale me ducho pero contigo
- Quiero hacer pis...tengo miedo, ¿me acompañas?
- Me gustaba más el otro piso.
- Quiero una habitación para mí solo
- ¿Hay monstruos?
- Quiero hacer caca. No sola no, que me da miedo
- Mamá...
- Mamá....
- Mamá ven,...¡que vengas! No, yo no voy que vengas tú. ¡joooo! ¡Veeeen!
¿Veis que llamen a papá? ¿tengo que dividirme? ¿comprarme una cama de dos metros de ancho? ¿me pongo el despacho en el váter y así les acompaño mientras hacen sus necesidades y de paso libero una habitación para que tengan una cada uno? ¿me jubilo? ¿me mudo a chalet en la sierra y opto por educarles desde casa?
- No quiero bañarme en esta bañera, porque se ha bañado otra gente antes
- Bueno, vale me ducho pero contigo
- Quiero hacer pis...tengo miedo, ¿me acompañas?
- Me gustaba más el otro piso.
- Quiero una habitación para mí solo
- ¿Hay monstruos?
- Quiero hacer caca. No sola no, que me da miedo
- Mamá...
- Mamá....
- Mamá ven,...¡que vengas! No, yo no voy que vengas tú. ¡joooo! ¡Veeeen!
¿Veis que llamen a papá? ¿tengo que dividirme? ¿comprarme una cama de dos metros de ancho? ¿me pongo el despacho en el váter y así les acompaño mientras hacen sus necesidades y de paso libero una habitación para que tengan una cada uno? ¿me jubilo? ¿me mudo a chalet en la sierra y opto por educarles desde casa?
lunes, 13 de agosto de 2012
Pronto de vacaciones
Ya huelo las vacaciones, las siento....porque este viernes ya estaré de vacaciones y encima esta semana viene con bonus. ¡El miércoles es festivo!!
Así que ya quedan solo 3 días de trabajo y de pasar un horror de calor porque el ordenador portátil abrasa.
Este mes de agosto se está haciendo duro duro y he de decir que los mejores días fueron los de la mudanza donde estuve tan agotada físicamente que no tuve tiempo para pensar y darle vueltas a la cabeza....Y es que ando como una adolescente, replanteándome lo que hacer con mi vida.....
Además mis hijos, una vez acabaron el campamento de verano y empezaron a disponer del día completo para vaguear, jugar, piscinear, parquear y ver la tele...¡se han vuelto unos maleducados! Y es que siempre lo he dicho. A mis hijos eso de estar de vacaciones y ociosos les sienta fatal. Les veo yo más felices en el cole, en los campamentos, en la guardería (cuando les tocaba)....porque en casa en el momento en el que no se les está entreteniendo, se sientes perdidos y hay tres opciones. Quieren ver la tele. Les entretienes. Son insoportables. Y eso de verme a mí en casa, trabajando lo llevan fatal. No lo entienden. Y se enfandan porque me quedo frente al ordenador en vez de bajar a la pisci con ellos o llevarmelos al parque.
Los fines de semana, o por las tardes, cuando acabo de trabajar, me dedico 100% a ellos. Imaginaros que ayer a las 12.00 de la mañana me encontraba yo con ellos en un parque abrasador, sin sombra jugando al freezbee.
Y siempre lo dicho...las vacaciones son el mejor momento para remplantearse la vida, para hacer nuevos planes y proyectos...¡y por supuesto cumplirlos!!
Así que ya quedan solo 3 días de trabajo y de pasar un horror de calor porque el ordenador portátil abrasa.
Este mes de agosto se está haciendo duro duro y he de decir que los mejores días fueron los de la mudanza donde estuve tan agotada físicamente que no tuve tiempo para pensar y darle vueltas a la cabeza....Y es que ando como una adolescente, replanteándome lo que hacer con mi vida.....
Además mis hijos, una vez acabaron el campamento de verano y empezaron a disponer del día completo para vaguear, jugar, piscinear, parquear y ver la tele...¡se han vuelto unos maleducados! Y es que siempre lo he dicho. A mis hijos eso de estar de vacaciones y ociosos les sienta fatal. Les veo yo más felices en el cole, en los campamentos, en la guardería (cuando les tocaba)....porque en casa en el momento en el que no se les está entreteniendo, se sientes perdidos y hay tres opciones. Quieren ver la tele. Les entretienes. Son insoportables. Y eso de verme a mí en casa, trabajando lo llevan fatal. No lo entienden. Y se enfandan porque me quedo frente al ordenador en vez de bajar a la pisci con ellos o llevarmelos al parque.
Los fines de semana, o por las tardes, cuando acabo de trabajar, me dedico 100% a ellos. Imaginaros que ayer a las 12.00 de la mañana me encontraba yo con ellos en un parque abrasador, sin sombra jugando al freezbee.
Y siempre lo dicho...las vacaciones son el mejor momento para remplantearse la vida, para hacer nuevos planes y proyectos...¡y por supuesto cumplirlos!!
martes, 7 de agosto de 2012
Un piso con vistas
Amigos, misión cumplida. Tras 4 días de agotadora mudanza, desempaquetamiento, limpiezas, agotamiento físico y pesadillas con cajas y más cajas...declaro que oficialmente estoy instalada en mi nuevo hogar.
Confieso que mi habitación sigue siendo una pesadilla, pero es que no me llegan los muebles nuevos hasta finales de septiembre.
Como contar una mudanza solo es divertido para el protagonista, os omito la pesadilla de una narración.
Os dejo unas imágenes para que veais que bueno, creo que hemos ganado con el cambio.
Vistas desde el salón:
Antes
Y os dejo con un juego simple:
Quien tenga ganas de trabajar que levante la mano....
Confieso que mi habitación sigue siendo una pesadilla, pero es que no me llegan los muebles nuevos hasta finales de septiembre.
Como contar una mudanza solo es divertido para el protagonista, os omito la pesadilla de una narración.
Os dejo unas imágenes para que veais que bueno, creo que hemos ganado con el cambio.
Vistas desde el salón:
Antes
Ahora
Desde habitaciónes y cocina
Antes
Ahora
¡Ya no hay obras ni taladradoras!!!
Y os dejo con un juego simple:
Quien tenga ganas de trabajar que levante la mano....
martes, 31 de julio de 2012
Las 3 situaciones de más estrés en la vida
Dicen que las 3 situaciones que generan más estrés en la vida de una persona son:
La muerte de un familiar
Un nuevo trabajo
Una mudanza
Ayer empecé a sentir el estrés de la mudanza de este jueves, .....porque mañana vienen a embalar las cosas y seguro que esta noche será interminable.....de trabajo
La muerte de un familiar
Un nuevo trabajo
Una mudanza
Ayer empecé a sentir el estrés de la mudanza de este jueves, .....porque mañana vienen a embalar las cosas y seguro que esta noche será interminable.....de trabajo
viernes, 27 de julio de 2012
Extractos bancarios
Es lo que tiene la mudanza...que me emocioné con la limpieza hasta que abrí una caja con extractos bancarios que iban desde 2005 a 2011.
Os enseño mis extractos bancarios....que he ido transformando en papel triturado a lo largo de esta semana....hasta que la trituradora se ha declarado en huelga, porque aún me queda medio 2008 por triturar.
Feliz semana, amigos
Os enseño mis extractos bancarios....que he ido transformando en papel triturado a lo largo de esta semana....hasta que la trituradora se ha declarado en huelga, porque aún me queda medio 2008 por triturar.
Feliz semana, amigos
martes, 24 de julio de 2012
Actividades: Vida Social
Y estas semanas están llegando con una intensa vida social. ¡en serio!
La semana pasada salí con mi amiga Nahimby, que vive en Barcelona y que de vez en cuando viene a Madrid por trabajo. Se nos unió su compañera y amiga Francesca, de Italia con quién hice buenas migas. No voy a contar la salida, porque a pesar de que hubo conversaciones ultra interesantes, desvaríos continuos y mucho más.....seguro que aburriría a más de uno. Pero ahí va un pedacito de diálogo.
Conversación con Nahimby, también madre de una niña de 4 años, durante la cena.
N: ¿cuándo fue la última vez que saliste?
I: La última vez que viniste. ¿Y tú?
N: jajajaa, también.
Esa es mi vida social. No me quejo. ¿Quién se siente identificado?
Y esta semana, redoble de tambores....también salgo. ¡En serio!
Mañana voy a cenar con mi amiga Carolina, de quién sería capaz no de escribir un post, sino un blog entero. Y pasado mañana, mi amiga Rita me ha invitado al cumple de su hijo Rodrigo, que también es amigo de Hugo...¡en Hoyo de Manzanares! Con piscina y barbacoa. Vale, conduzco, no me podré tomar ni una cerveza y por supuesto voy con mis dos hijos...¡pero cuenta como salida!
Y así entre reciclaje, limpieza de objetos inutiles en la casa y alguna noche no loca....el día de la mudanza se va acercando. Y no sé que es lo que más deseo, si mudarme o estar 4 días sin trabajar, sin acercarme al ordenador y ser una Desperate Housewife por unos días.
La semana pasada salí con mi amiga Nahimby, que vive en Barcelona y que de vez en cuando viene a Madrid por trabajo. Se nos unió su compañera y amiga Francesca, de Italia con quién hice buenas migas. No voy a contar la salida, porque a pesar de que hubo conversaciones ultra interesantes, desvaríos continuos y mucho más.....seguro que aburriría a más de uno. Pero ahí va un pedacito de diálogo.
Conversación con Nahimby, también madre de una niña de 4 años, durante la cena.
N: ¿cuándo fue la última vez que saliste?
I: La última vez que viniste. ¿Y tú?
N: jajajaa, también.
Esa es mi vida social. No me quejo. ¿Quién se siente identificado?
Y esta semana, redoble de tambores....también salgo. ¡En serio!
Mañana voy a cenar con mi amiga Carolina, de quién sería capaz no de escribir un post, sino un blog entero. Y pasado mañana, mi amiga Rita me ha invitado al cumple de su hijo Rodrigo, que también es amigo de Hugo...¡en Hoyo de Manzanares! Con piscina y barbacoa. Vale, conduzco, no me podré tomar ni una cerveza y por supuesto voy con mis dos hijos...¡pero cuenta como salida!
Y así entre reciclaje, limpieza de objetos inutiles en la casa y alguna noche no loca....el día de la mudanza se va acercando. Y no sé que es lo que más deseo, si mudarme o estar 4 días sin trabajar, sin acercarme al ordenador y ser una Desperate Housewife por unos días.
jueves, 19 de julio de 2012
Manualidades
Me encantan las manualidades de mis hijos...Hasta tal punto que tenemos la casa literalmente invadida, la nevera, plagada de dibujos, los estantes, llenos...y es que a ellos les encanta tener sus obras de arte en display...
Yo voy quitando y poniendo, más bien renovando...pero de verdad, ya no sé ni donde poner tanta creación, y tengo un par de cajas con sus manualidades, porque quiero conservarlas....
¡Pero esto es una verdadera invasión!
Os dejo las últimas creaciones de mis hijos, hechas en el campamento urbano al que están yendo este mes
Yo voy quitando y poniendo, más bien renovando...pero de verdad, ya no sé ni donde poner tanta creación, y tengo un par de cajas con sus manualidades, porque quiero conservarlas....
¡Pero esto es una verdadera invasión!
Os dejo las últimas creaciones de mis hijos, hechas en el campamento urbano al que están yendo este mes
Las focas
La sal de colores...¡grandes recuerdos!
Los peces globo
La, la,la....¡micrófonos!
Y después de esto os admito, que en mi carrera como madre, alguna obra de arte de plastilina aplastada y medio desecha, sí que he tenido que tirar.
Hasta pronto
viernes, 13 de julio de 2012
Ole ole ole
Y terminamos esta semana semana laboral dentro de una hora y media con esta canción que cantaban los viernes en la guardería de mis hijos.
Ole, ole, ole
Mañana no hay cole
Happy weekend, everybody!!
Ole, ole, ole
Mañana no hay cole
Happy weekend, everybody!!
jueves, 12 de julio de 2012
Rodeada de Polvo
Y no piensen mal, amigos.....
Ya he dicho que me mudo en breve. La ilusión de la mudanza a medio plazo es que estaré cerca del cole de los niños. La ilusión de la mudanza a corto plazo es que me alejaré de las obras que me rodean actualmente.
Y es que piensen, amigos,...yo vivo y trabajo en casa. Es verano, hay que airear la casa, dejar que corra el aire....y solo entra el polvo.
Pero hay aún peor: entra el ruido. El de unos señores taladrando los cimientos de un nuevo bloque de pisos al lado del nuestro. A ver, si no hay construcción, si no se venden los pisos....Y los únicos que están construyendo en Madrid, ¿tienen que estar bajo mi ventana?
Y encima, ¿otra obra lejana de mi hogar tiene que venir a descargar su escombro al otro lado de mi casa?
Les ilustro:
Ya he dicho que me mudo en breve. La ilusión de la mudanza a medio plazo es que estaré cerca del cole de los niños. La ilusión de la mudanza a corto plazo es que me alejaré de las obras que me rodean actualmente.
Y es que piensen, amigos,...yo vivo y trabajo en casa. Es verano, hay que airear la casa, dejar que corra el aire....y solo entra el polvo.
Pero hay aún peor: entra el ruido. El de unos señores taladrando los cimientos de un nuevo bloque de pisos al lado del nuestro. A ver, si no hay construcción, si no se venden los pisos....Y los únicos que están construyendo en Madrid, ¿tienen que estar bajo mi ventana?
Y encima, ¿otra obra lejana de mi hogar tiene que venir a descargar su escombro al otro lado de mi casa?
Les ilustro:
Aquí se han puesto a descargar un escombro de alguna obra ajena. Mi vista desde el despacho, el salón y mi habitación.
Anoche dejé la ventana del despacho un pelín abierta. La mañana me ha sorpendido encontrándome los papeles que están encima de mi escritorio llenos de polvo
Estas dos fotos son de los pisos que están construyendo. Una pena no poder subir al blog el track track insistente de la taladradora de las 8am a las 9pm para daros más pena.
Estas vistas las tengo desde la cocina y la habitación de los niños. Prohibidísimo abrir las ventanas. Hay tormentas de polvo como las del desierto. Y lo peor es que es lo que vemos desde la piscina y lo que oímos desde la piscina y lo que mancha la piscina.
Positivo: cuenta atrás para dejar atrás el mundanal ruido
martes, 10 de julio de 2012
Mudanza a Babor
Lo mejor de una mudanza....¡hacer limpieza!
Tras pasar un día entero metido en el trastero y hacer 6 viajes con el coche al punto limpio, mi marido ha conseguido reducir el trastero al 50% de su ocupación. Me pregunto qué habrá tirado (además de unas bonitas alfombras que yo llevaba meses intentando localizar) y sobre todo, qué es lo que queda aún en el trastero, en esas misteriosas cajas de mudanzas con una sola palabra: Trastero. ¿Lo averiguaremos algún día?
Hay una caja en la entrada en la que voy metiendo todo aquello que me encuentro y que ya ha terminado su ciclo vital, tipo abrelatas rotos, mini electrodomésticos que no funcionan, y un montón de artilugios tipo cajas vacías que no sabes por qué no has tirado antes. Una vez se llena la caja, ¡al punto limpio con los niños! No veas como disfrutan los niños reciclando y yo rellenado la caja.
Hemos regalado juguetes al vecino y a los primos, tenemos una caja llena de zapatos para la prima (que aún no sabe andar pero sabrá algún día), hemos regalado albornoces, hemos regalado manguitos y flotadores porque ya sabemos nadar todos, he reciclado las guías telefónicas de este año, porque oye, que habiendo internet, quién usa eso.....
¡Y de verdad de verdad, que no se nota nada!, que salen bolsas de casa, no entra nada, pero no hay impacto visual!!!
Yo no me considero una gran consumista, pero oye,...¡lo que se acumula!!
Tras pasar un día entero metido en el trastero y hacer 6 viajes con el coche al punto limpio, mi marido ha conseguido reducir el trastero al 50% de su ocupación. Me pregunto qué habrá tirado (además de unas bonitas alfombras que yo llevaba meses intentando localizar) y sobre todo, qué es lo que queda aún en el trastero, en esas misteriosas cajas de mudanzas con una sola palabra: Trastero. ¿Lo averiguaremos algún día?
Hay una caja en la entrada en la que voy metiendo todo aquello que me encuentro y que ya ha terminado su ciclo vital, tipo abrelatas rotos, mini electrodomésticos que no funcionan, y un montón de artilugios tipo cajas vacías que no sabes por qué no has tirado antes. Una vez se llena la caja, ¡al punto limpio con los niños! No veas como disfrutan los niños reciclando y yo rellenado la caja.
Hemos regalado juguetes al vecino y a los primos, tenemos una caja llena de zapatos para la prima (que aún no sabe andar pero sabrá algún día), hemos regalado albornoces, hemos regalado manguitos y flotadores porque ya sabemos nadar todos, he reciclado las guías telefónicas de este año, porque oye, que habiendo internet, quién usa eso.....
¡Y de verdad de verdad, que no se nota nada!, que salen bolsas de casa, no entra nada, pero no hay impacto visual!!!
Yo no me considero una gran consumista, pero oye,...¡lo que se acumula!!
viernes, 6 de julio de 2012
Hoy es viernes
No soy de esas personas que viven deseando que llegue el viernes por la tarde para no trabajar. Sobre todo porque durante un tiempo lo fui y es una tristeza. Me parecía insoportable vivir de lunes a viernes pensando en la llegada del viernes por la tarde y pasar la tarde del domingo aterrorizada pensando en la llegada del lunes.
Así que hace más de una década solucioné ese problema aprendiendo a disfrutar de los días de diario (casi siempre). Creo que el secreto está en no odiar tu trabajo. Y si te gusta, mejor.
Pero esta semana, desde el martes, solo he deseado que llegara el viernes a las 15.00. Me ha costado concentrarme, me ha costado estar contenta y me ha costado no agobiarme. Los desafíos laborales me parecían problemas, empezar con un proyecto misión imposible y más y más....
Así que me receté una autoterapia:
Miércoles
Empezé mi autoterapia el miércoles escribiendo un post sobre que este verano me está resultando difícil. Leer los comentarios de los blog-amigos sube el ánimo
Llamé a mi marido y se lo conté. Sentí alivio.
Quedé con mis amigas Ana y Vicky y vinieron a la pisci. Allí hablamos todas a destiempo y a la vez, y como somos todas autónomas, trabajamos desde casa y tenemos que automotivarnos de vez en cuando, nos comprendemos. Eso sí, entre conversaciones inacabadas y chorros de pistolas de agua. Mirad que guapas estamos en esta foto. Yo soy la de naranja, Vicky la de rojo y Ana la de blanco.
Así que hace más de una década solucioné ese problema aprendiendo a disfrutar de los días de diario (casi siempre). Creo que el secreto está en no odiar tu trabajo. Y si te gusta, mejor.
Pero esta semana, desde el martes, solo he deseado que llegara el viernes a las 15.00. Me ha costado concentrarme, me ha costado estar contenta y me ha costado no agobiarme. Los desafíos laborales me parecían problemas, empezar con un proyecto misión imposible y más y más....
Así que me receté una autoterapia:
Miércoles
Empezé mi autoterapia el miércoles escribiendo un post sobre que este verano me está resultando difícil. Leer los comentarios de los blog-amigos sube el ánimo
Llamé a mi marido y se lo conté. Sentí alivio.
Quedé con mis amigas Ana y Vicky y vinieron a la pisci. Allí hablamos todas a destiempo y a la vez, y como somos todas autónomas, trabajamos desde casa y tenemos que automotivarnos de vez en cuando, nos comprendemos. Eso sí, entre conversaciones inacabadas y chorros de pistolas de agua. Mirad que guapas estamos en esta foto. Yo soy la de naranja, Vicky la de rojo y Ana la de blanco.
Jueves
Ya me sentía mejor, aún así arrancar la jornada laboral fue duro duro. Pero atención. Llegó un momento que tomé buen ritmo, me contenté con comer un sandwich a todo gas y estuve trabajando hasta las 20.00. Tuve que parar para que no me acusaran de nocturnidad y para poder aprovechar de un chapuzón en la piscina.
Viernes
Es hoy. Y estoy cansada. Y hoy acabamos un poco antes. Y hoy firmo el contrato de alquiler del nuevo piso. Y sí, me está costando, pero he decidido que la semana que viene no va a ser igual. Un par de días malos los tiene cualquiera, ¿verdad?
En cualquier caso, confieso que ....¡TGIF! Thanks God is Friday!!!
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