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miércoles, 18 de marzo de 2015

Cosas que me joden 3: dejar de escribir en el blog

Pues sí, me jode, me fastidia y me estresa, llevar un mes sin poner al día el blog. Y también seguir los blogs que me gustan deprisa y corriendo, desde el móvil y sin poder comentar.
Lo siento. Siento que algunos me echeis de menos, siento que otros se olviden de mí,  y con razón.
Pero es así. Hay periodos en los que no hay tiempo para nada, en los que la vida parece que nos está echando una carrera que no tiene fin.
No me malinterpreteis, me encanta cuando esto sucede, cuando hay tantos proyectos laborales y personales que no puedo encontrar un hueco para escribir, cuando todos los momentos de mi vida están llenos de cosas que me gustan. Pero os echo de menos.

Por mi trabajo no paro de escribir en la red. He lanzado el blog de SeoWebb, tengo que escribir posts para algunos de mis clientes, las redes sociales...Me sorprende la noche con temas de lo más inverosímil, como raquetas de pádel, suelo radiante, chupetes de bebés, campamentos de verano y actualizaciones de WordPress.

De tanto documentarme sobre negocios ajenos, al final voy a ser un híbrido entre la Wikipedia y el Repelente Niño Vicente.

Prometo más posts, sobre mis clientes y sus catarsis, sobre mi viaje a Malta y sobre mis progresos en el mundo del ganchillo, porque vais a flipar.


viernes, 28 de noviembre de 2014

Cosas que me joden 2: No todo tiene un motivo


Otra de las cosas que me joden y mucho es que se intente buscar un motivo para todo.
Con el tiempo me doy cuenta de que actúo de una manera u otra muchas veces sin seguir un patrón. Un día que todo me ha salido como si me hubiera tomado el Felix Felicis de Harry Potter no voy a actuar ni a responder igual que un día en el que me ha atacado un Dementor.

Un día podemos perdonar ofensas que otro día nos harían jurar odio eterno. Unas veces hay comentarios que nos duelen y otras ese mismo comentario nos desata la risa floja.

Por eso, que me pregunten por qué lo hice, por qué no lo hice, por qué no fui más dura, por qué me pasé tanto...creo que a veces no tiene sentido.

¿Y qué es lo que me jode? Que me insistan, que me intenten convencer de que habría hecho mejor reaccionando de otra manera y particularmente ese "yo en tu lugar.."

Lo hecho, hecho está y punto. Y muchas veces las mejores frases se nos ocurren dos horas después. Y eso nos pasa a muchos. Que lo sepa la humanidad.

lunes, 15 de septiembre de 2014

No me llames "señora"

Cosas que me joden.....

Cosas que me fastidian, hay muchas, pero hay una que no me gusta nada. Que me llamen señora.

Está el ¡Señooooora!! del hombre que viene a revisar la caldera o a arreglar el lavavajillas y cuando necesita tu firma, o un barreño donde soltar el agua sucia, te grita : ¡Señoooora!!! Y ahí, en ese contexto, ese señora, no mola, pero sabes que de otra manera no te podría llamar.

Está el Señora educado tipo dependiente de El Corte Inglés. Ese señora envejece, y mucho. Pero es inevitable, porque seguro que está en el manual de instrucciones de todo el personal de todos los comercios.

Está el Señora de por la calle. "Señora, ¿tiene hora?", "Señora, ¿sabe dónde está la Calle 24?". Ese señora, además de envejecer, es perfectamente sustituible con un educado "Oiga" o un "Buenos días". Por favor, suprímanlo.

Está el Señora del entorno escolar. Ya provenga de un maestro, del vigilante de la puerta del cole, o de otro padre u otra madre, se trata de un señora totalmente prescindible. Llámenme "esa mamá" o "mamá de".

Está el señora de un entorno social cualquiera, en el que a unas les cae el chica y a otras un señora. "Me he sentado al lado de una chica, he comido con una señora, he hablado con una chica, he visto a una señora". Probablemente, este es el señora más jodido, más doloroso y el más evitable. Si te cruzas conmigo, por favor, di que te has cruzado con una chica....

Pues sí, ese señora que te persigue desde que cumples los 30 te seguirá acechando  a medida que vas subiendo pisos. En el cuarto piso, os advierto, sigue jodiendo. ¿Lo habré asumido en el quinto?

Y a ti, ¿te mola que te llamen señora?