He vuelto de vacaciones. Vacaciones con hijos más mayores, a los que puedes hacer andar por ciudades como París, Burdeos y Lyon y que tienen ya la capacidad de apreciar y descubrir nuevos sabores, olores y hasta algún paisaje.
Niños que cuando protestan no tienen piedad, y pueden romperte las orejas, hacer temblar tu paciencia y algún sentimiento más. Niños que indudablemente tienen una palabra favorita que pronuncian incansablemente miles de veces al día, en todos los tonos y volúmenes, como un disco rayado y en cualquier ocasión: "mamá". ¿Acaso papá se puso en las vacaciones el traje de hombre invisible ante los ojos infantiles?
Hay "mamá" en tono cariñoso y mimoso. "Mamás" intercalados en cada frase de su conversación para asegurarse de que les estás escuchando. "Mamá, mamá, mamá, mamá", cuando quieren que dejes todo lo que estás haciendo, por ellos. "Mamá" acompañado de irritantes golpecitos en el brazo para que dejes de lado cualquier pensamiento o distracción que te aleje durante un microsegundo de ellos. "Mamá" con grito para interrumpir cualquier conversación que puedas mantener con Papá.
Y sí, ese "mamá" que me hace tener que terminar este post prematuramente y que han interrumpido su redacción unas 23 veces ya.
Ay mamá¡¡¡ No, no, no, no yo no he publicado todavía un post con un niño cerca, es imposible, no me podría concentrar y saber lo que os cuento, nada, nada. Anda mira, nosotros también hemos estado en la Francia.
ResponderEliminarJajajaja. Si es que tres meses de ocio son demasiados meses (aunque, quién los pillara...) Un besote!!!
ResponderEliminarJajaja! La pena es que con el tiempo, seguro que lo echas de menos... somos así! Un besote!
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