Queridísmos y queridísmas
Son las 10 de la noche y me doy cuenta de que mi gran viernes va tocando a su fin. Que poco dura lo bueno.
Me encuentro con un nuevo look y sin canas, con mi coche impoluto y estrés cero.
He ido a la pelu, y luego al centro comercial, donde he dejado mi coche en el parking en un sitio donde lo lavan a mano. La mierda que dejan mis hijos por el coche no se quita con un aspirador cualquiera. Mientras tanto, me he dedicadoa dejarme llevar por el lujo y ¡me he tomado un té con un muffin en el Starbucks mientra leía un libro!
Mi intención era mirar un poco los restos de las rebajas, pero ha sido muy frustrante. Lo que me gustaba solo quedaba en talla xs, en el mini Mango del centro comercial no había más que babas y en Zara he vivido la humillación de probarme unos pantalones talla 40 en los que no me entraba ni la pierna. Lo juro. Casi toda mi ropa es de talla 40 y alguna cosilla de la 38. Parece ser que el tallaje está tomando otros rumbos o que el objetivo de la moda es que nos pongamos los pantalones con calzador. Así que he terminado por gastarme la pasta en 3 sujetadores y 2 bragas. No me lo verá casi nadie pero me "subirá" la moral (y va con segundas)
Encima, me ha dado tiempo a irme a un Decathlon de Castro Culo con atasco en la M40 incluido a comprar el regalo de cumple para Olga: un patinete. El que tiene se le ha quedado pequeño y cuando lo saca tiene que ir tan encorbada que parece el Jorobado de Notre Dame. Ay, lo que hace el estirón.
Por la tarde hasta he llevado a mis hijos a la biblioteca, donde todo ha ido muy bien, hasta que Hugo ha tirado a Olga al suelo de un empujón, ella se ha puesto a llorar a voz en grito y Hugo se ha puesto a dar pisotones a la abuela por regañarle y a ponerme orejas de burro mientras yo consolaba a la niña. Se me fue la situación de las manos. Hace 30 años cualquier padre o madre habría solucionado el tema con un par de hostias.
Amig@s, el futuro es claro: no hay nada más divertido y relajado que ser una Desperate Housewife, porque a mí me ha dado tiempo hasta a hacer la casa...sin pestañear.
Y que no se me olvide. He publicado mi post mensual en el Buscalibros.
En el País de la Nube Blanca, de Sara Lark
http://www.el-buscalibros.com/2013/01/en-el-pais-de-la-nube-blanca-de-sarah.html
El que se lo pierda, pilla colleja fiijo.
El tallaje es el que les da la gana, por eso no compro en estas tiendas, paso de la frustración. Son ellos, no eres tú, ni te preocupes.
ResponderEliminarOlé, pelu y Starbucks, esto es vida, ja,ja.
Besos
Pásate por mi blog, estoy haciendo un experimento, a ver qué pasa.
Yo ya no compro en Zara pero aún así sigo intentando probarme su mini ropa
EliminarUf, nunca he comprado en Zara, ni cuando tenía talla mini. Ni me gusta el estilo ni el género, además, me gusta ir distinta, no como todo el mundo, soy una rebelde.
EliminarBesazos
Me encantó la descripción de tu Viernes soñado... Tendrás que repetirlo más a menudo, por tu propia sanidad mental! ;)
ResponderEliminarUn abrazo!
Ya ves es necesario
EliminarOhhhhh qué maravilla, yo necesito unos de esos!
ResponderEliminarBesos
El próximo nos vamos juntas y en vez de leer, charlamos bla bla bla
EliminarAlgo comentó Eva acerca de que habían cambiado el tallaje del Zara así que no te preocupes que no eres tú la que creces... Enhorabuena por ese día libre aunque haya tenido sus momentos de estrés. Jajaja. Otro día leo lo del libro. Voy pilladísima. Besotes!!!
ResponderEliminarTallaje cambiado o los cuerpos ya no son como antes se desproporcionaron
EliminarMe ha encantado leer tu viernes.... que alegria para el cuerpo...
ResponderEliminarA mi las tallas de zara me vuelven loca perdía y las peleas de los niños también :-S
YA me pasé a leer tu post del libro !
Un beso y energía para mañana!!
Ya te vi ya te vi... Que pereza mañana
EliminarViernes perfecto.
ResponderEliminarYo he pasado de que la chica de Zara me dijera que no tenían una talla menos para mí, a que se parta de risa cuando le digo ahora si tiene algo para mí. :D
Hay que repetir esos dias perfectos para el ánimo.
Besazo