lunes, 14 de julio de 2014

Y nos dieron las 10 y las 11, las 12 y la 1, las 2 y las 3...

Pues anoche me dieron más de las 3, nada menos que las 4 de la mañana terminando un trabajo. No es que lo dejara para último minuto, es que tenía ansia por quitármelo de encima lo antes posible.


Hoy me he vestido de mamá zombie y me he puesto como objetivo llegar al final de día con dignidad. Sí, me he puesto el uniforme de madre, porque el de trabajadora, mujer y rockera lo tenía arrugado después de la noche en vela.  Y lo he conseguido. Lo de la dignidad, digo. Arrastrándome entre las paredes de mi casa, la M30 y el bar del pincho del tortilla, he  solventado este día. Sólo un baño en la piscina a las 6 de la tarde ha logrado traerme al mundo de los vivos.

Y así que a estas horas, con el horario cambiado y la música tronando en mis oídos, voy arrancando mis proyectos poco a poco, con la esperanza de que el mes de agosto me pille organizada y con tiempo para lanzar y terminar algunas cosas.

Y os dejo con una frase de una canción del próximo concierto al que quiero ir:

Siempre fuera de lugar.
Cerca de mis sueños, lejos de mí
más allá del horizonte.

3 comentarios :

  1. A mí cuando me dan las mil con algún trabajo me da dolor de espalda, my gosh!

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    Respuestas
    1. a mí antes también, ....no había dado cuenta de que ya no. ¡Qué bien!

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  2. Ayer pasé por enfrente de tu casa y estuve a puntito de llamarte. hubiéramos hecho buena pareja :P
    Besazo

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