martes, 16 de octubre de 2012

Carta al Ratoncito Pérez

Ratoncito Pérez,
Soy Hugo.
He perdido mi diente en el patio del liceo. Seguro que lo encuentras. ?Me traes un regalo por favor? Por favor
Besos,
Hugo

domingo, 14 de octubre de 2012

Sonrisas y lágrimas: el musical y nuestra pequeña actriz..


Entrada breve para presumir del éxito ajeno...
El miércoles pasado fuimos a ver el musical "Sonrisas y lágrimas".
A nosotros nos gustan mucho los musicales, algo que nos viene de los años en los que vivimos en Londres, donde hay una oferta y una calidad increíble. Corrían  por entonces los años 90 y la oferta de musicales en Madrid era inexistente y de teatro muy pobre.
Por esa razón, y el hecho de que el protagonisa, Carlos Hipólito nos gusta mucho, tanto en la tele como haciendo de voz del Carlos Alcántara adulto, como en el teatro, donde ya le hemos visto en otras dos ocasiones, parecía evidente que teníamos que ir a este espectáculo.

Nuestra entrada con el autógrafo de Andrea

 

Pero el verdadero motivo que nos llevó a ver este musical es que actuaba nada menos que la hija de mi amiga Vicky: Andrea Kielbas. ¿Qué os parece?

En Sonrisas y Lágrimas, Andrea es Marta,  la sexta hija del Capitán Von Trapp. Para quien no se acuerde de la peli, cosa que dudo, porque nos la ponían hasta en la sopa cuando éramos pequeños, el Capitán Von Trapp tenía 7 hijos: 2 chicos y 5 chicas. Pues Marta es la segunda más pequeña.

El musical es precioso, interpretado por grandes actores y actrices con increíbles voces...pero a nosotros lo que más nos emocionó fue ver a Andrea, encima de ese pedazo escenario, interpretando, bailando, cantando....y como dice su madre ¡sin que se le haya subido a la cabeza!

Por si acaso, os aclaro. Los papeles de los 3 hijos pequeños son interpretados por menores. Por esta razón, estos niños no actúan todos los días de la semana, sino que hay varios grupos y van rotando. Solo actúan durante unas semanas bien definidas...

Tanto si actúa nuestra pequeña estrella ese día como si no...¡no os lo perdais!




lunes, 8 de octubre de 2012

Sueños circunstanciales

Y hoy sueño un sueño circunstancial.
Un sueño que sueño por mis circunstancias...
Y no sé si tengo derecho a soñarlo.
Sueño con disponer de mi tiempo, sueño con dar vida a mis proyectos personales, sueño con buena salud, con una vida sana, con el día sin estrés ......
En definitiva, lo que sueño....es con liberarme del desasosiego, pérdida del propio tiempo que son inseparables del trabajo...


Y en los tiempos que corren, una se siente culpable hasta de soñar con dejar de trabajar.

viernes, 5 de octubre de 2012

Vaya Semanita

Llevo una semana laboral de espanto.
Un par de días he tenido que currar por la noche, con el consecuente cansancio al día siguiente.....y llego al viernes, 5 de la tarde en un estado mental y de estrés que no sentía desde hacía tiempo.

Estoy en la fase final del lanzamiento de una web de productos gourmet. Es un proyecto que estoy gestionando para la empresa para la que trabajo como freelance y me produce sentimientos encontrados. Quería hablar de ello en el blog antes, pero hasta este preciso momento no he encontrado las palabras.
Me está resultando difícil, porque toco temas como transporte y pagos online que no había tocado nunca y me he divertido mucho...pero hay otros, como encauzar el tema del diseño que me ha quitado literalmente la vida porque no es mi punto fuerte y ha habido muchos cambios a lo largo del proyecto.

Ahora que el día L de lanzamiento se va aproximando, me siento orgullosa de mucho de lo que he logrado hacer, nerviosa por temas que no sé si darán problemas, por si no logramos lanzar a tiempo...y muy contenta porque me estoy dedicando también a contratar el producto que se va a vender...y no ha sido fácil negociar con pequeños productores de Delicatessen en Francia.

Por todo ello, mis sentimientos de amor / odio hacia el proyecto son de lo más confuso.
Termino la semana mirando hacia atrás,  a como iba el proyecto al 1 de septiembre y a como va hoy, y solo puedo alegrarme. Miro hacia adelante a la semana que nos queda para lanzar y solo puedo estresarme.
Y ahí lo dejo....una entrada de autoterapia porque esto me estaba impidiendo hablar sobre mí y sobre mi vida en el blog....

miércoles, 3 de octubre de 2012

Flashback: Aquella noche que me pasé casi en vela ...

Hace un par de años viví una situación que me hizo sentir como una víctima de cámara oculta pero sin cámara. ¿Os acordais de la peli de Manuel Summers "To el mudo e güeno"? ¿Esa en la que se demostraba que la gente, aún en la situación más absurda está dispuesta a ayudar?

Pues en una tesitura de esas me encontré yo una noche trabajando, apunto de cerrar de una vez mi portátil.
Antes os comento que yo ahora soy de skype, pero en aquella época era de messenger y por algún error identificativo llevaba un tiempo conectada a un tipo francés que tomé en un principio por un colega de otra oficina y con el que de vez en cuando nos preguntábamos cosas de traducciones.

Retomando el hilo de la historia, cuando iba a desconectarme del cyberespacio me contacta este tipo y me pregunta qué tal y nos ponemos a chatear. "Pues aquí trabajando de noche". "Pues aquí ayudando a una amiga". "Pues que majo". "Pues tú eres española, ¿no?"....y unos minutos después me veo aceptando prestar ayuda no a este tipo, sino a su amiga, a la que me conecta en una conversación de 3 y que me cuenta que está desesperada. Que al día siguiente presenta su proyecto fin de estudios en español tras haber hecho unas prácticas en una empresa española y que no tiene quién le verifique que el texto está bien escrito.

Y yo, que a veces de buena parezco imbécil, es aceptar y arrepentirme casi de forma simultánea al abrir el documento y enfrentarme a un tostón intragable de 50 páginas describiendo un trabajo de asistente comercial (trabajo que yo hice durante un año cuando aún se pagaba en pesetas)

La madrugada me sorprendió con nocturnidad, alevosía y un aburrimiento mortal corrigiendo el trabajo a una perfecta desconocida, intentando que quedara bien y a la vez con algún error para que no creyeran que lo había escrito otro y luchando con palabras que no sé de donde se había sacado esta mujer y que como no eran de ningún idioma, pues no entendía y "adapté".

Conclusión: Bueno, pues una es buena gente y se acuerda de otras veces en las que una mano desconocida ha llegado a sacarle del arroyo,...como aquella vez en Londres que iba llorando en el metro de depresión absoluta y una desconocida vino a consolarme, o aquella vez que un conductor de autobús no me dejaba subir porque no tenía cambio para el billete con el que yo quería pagar y un generoso desconocido me pagó el viaje o la vez que en la cola de Faunia una señora me dio un ticket de descuento que me ahorró un pastón, o una vez también en Londres que en la cola del cine una mujer española me regaló una entrada que le sobraba. Lo que no me moló es que me dormí a las 3 de la mañana y al día siguiente estaba destrozada. Y la chica se portó. Aprobó su proyecto y me escribió para comunicármelo y darme otra vez las gracias. Lo mínimo, direis, pues no, hay gente que ni eso....

jueves, 27 de septiembre de 2012

Vida Otoñal

Por suerte, vivir en un barrio residencial súper tranquilo tiene algo muy positivo: que esta tranquilidad se pega y entra en tu espíritu.
Y digo por suerte, porque yo me fui de vacaciones con el corazón desbocado de estrés producto de "trabajar desde casa cuando los niños están de vacaciones". Y el corazón ahora late normalmente.
Lo reconozco, la vuelta a la normalidad, ha sido buenísima.
- El cole está más cerca de casa (por eso nos mudamos), así que todos podemos dormir más
-Hay parques enormes por doquier también cerca de casa
- Hay muchos más niños en la comunidad de vecinos. En la anterior los había, pero eran bebés...
- Una comunidad con menos peligros que la anterior, en la que los niños no se pueden caer al garaje al asomarse por una barandilla, por lo que los niños pueden bajar de vez en cuando solos. Aunque, inciso, la primera vez que dejé bajar al Hugo solo al parecer se cayó de cabeza de una altura de más de un metro.

Y la tranquilidad ha llamado a mi puerta de la forma más inesperada. Lo malo de trabajar desde casa es que parece que llevas el curro a cuestas a todas horas. Si tienes que irte a buscar a los niños al cole te sientes mal por si te entra una llamada o por si no respondes a un mail. Y te ves andando por la calle con la merienda en una mano y el iPhone en la otra tecleando con furor. Y no sé por qué, ahora no me pasa. ¿Será el barrio? ¿Qué es? ¿Cómo he llegado a este deseado estado de tranquilidad, sin tan siquiera planteármelo?
Por dios, qué dure


Y es que trabajar de casa es como vivir en una montaña rusa emocional. Es fácil motivarse y desmotivarse tres veces en el mismo día, hay actitudes de compañeros que no comprendes porque están lejos, y también hay sentimientos que crees que tienes solo tú y te sientes mal y luego resulta que los tiene toda la empresa...Puedes cogerle asco y amor a un proyecto en la misma semana, ....Y luego hay periodos más largos de emociones planas.....
Pero lo que siempre es horrible es trabajar cuando los niños están en casa. No lo entienden. Se enfandan al ver que mamá está en casa y no se dedica a ellos, y que de hecho, no se le debe molestar.
Y como decían en el 123...¡hasta aquí puedo leer!

martes, 18 de septiembre de 2012

Relato Corto: Apretón en Gatwick

Prólogo: esta es la primera parte de un relato corto que escribí para mi clase de escritura creativa. Fue muy frustrante cuando lo leí en clase. La primera parte del relato (esta) pretendía ser graciosa, pero cuando lo leí, solo me reí yo, lo que además de frustrante es patético. La segunda parte, en la que explica el malentendido por el que a la protagonista le pasa esta desagradable aventura en Gatwick, no lo entendió nadie, por lo que lo he eliminado temporalmente.
Para quitarme el mal gustillo que me dejó el relato, lo he arreglado un poco y lo dejo más bien como una escena. Me cuesta mucho escribir escenas y son parte esencial del relato. Así que allá va. Si la crítica es mala renuncio a arreglar la segunda parte, a veces uno escribe cosas intragables y hay que admitirlo

Ah, y como bien dice el título va de un apretón....Es escatológico.
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El despertador sonó a las 6 de la mañana. Mientras lo apagaba, Ana se arrepintió de haber reservado un vuelo de vuelta a casa tan temprano. Con gusto se quedaría en la cama un ratito más. El dolor de estómago no la dejó remolonear entre las sábanas. Mientras se arreglaba y terminaba de meter su ropa en la maleta, sonó el teléfono. Era la recepcionista del hotel avisándole de que ya había llegado el taxi que le llevaría a la estación de tren. Acabó de vestirse a toda prisa, bajó a recepción, dejó su llave y se metió en el taxi sin haber ni siquiera desayunado. No sabía si eso era bueno o malo para su dolor de estómago.

Una vez en la estación de Victoria, cogió el Gatwick Express por los pelos, por lo que tampoco pudo desayunar. En Gatwick, se topó con el follón habitual. Colas para facturar el equipaje, colas en las máquinas de auto check-in y sobre todo colas para pasar la seguridad. Menos mal que había llegado con tiempo de sobra. Ana se encontraba cada vez peor. Su estómago parecía haberse quedado colgado en el programa de centrifugado de la lavadora. La fila avanzaba despacio. Los pasajeros pasaban una y otra vez bajo los arcos detectores de metal. Ahora sin reloj, ahora sin zapatos, ahora sin cinturón, vacíese los bolsillos. Vale, es por nuestra seguridad, pero menuda pérdida de tiempo. Ana se agarraba el estómago mientras observaba como una señora ofendidísima gritaba a un policía porque no le dejaba pasar un bote de perfume en el equipaje de mano . Otra que hace años que no viaja, pensó Ana. Cuando le llegó su turno, Ana ya se había preparado: no llevaba reloj, había sacado el ordenador de su mochila y estaba depositando su cinturón en la bandeja con una mano mientras con la otra se sujetaba los pantalones, que le iban un poco grandes. Al pasar bajo el arco le dio un retortijón insoportable, y como no sonó ningún pitido, se abalanzó hacia su equipaje de mano. Metió como pudo todo en la mochila y corriendo, sin zapatos y agarrándose bien la cintura de los pantalones, dio una carrera hacia el baño. Le daba igual saber desde que puerta saldría su vuelo o si llegaría a tiempo o no. Le acababa de dar un apretón histórico, y no podía aguantar ni un minuto más. Ana, castaña, 1 metro 70, delgada, alegre, joven, agraciada, siempre a la moda, entre sudores fríos y ruidos dignos de un volcán en erupción puso solución a su grave problema en el cuarto de baño. Pero lo dejó en tal estado que no se atrevió a salir de su cubículo hasta que dejó de oír ruidos provenientes del lavabo. Agazapada detrás de la puerta y sudando ya no sentía dolor ni vergüenza, solo alivio y compasión por la persona que tuviera que limpiar todo aquello.

Una vez en el hall comprobó que todavía le quedaba tiempo de sobra para tomar su vuelo. Se acercó a su puerta de embarque, se desmoronó en un sofá y se sumió en un profundo sueño, justo después de preguntarse qué es lo que había comido que tan mal le había sentado.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Flashback: Las cucharillas del Hilton

Cuando viajo en coche y los niños se duermen y se me acaba la conversación con mi marido, mi mente comienza a divagar. Y como supondréis, mi mente divaga poco, porque en un viaje en coche con niños tienen que alinearse los astros para que se produzcan todas estas circunstancias. Pues este año, viajando hacia Isla Canela, se produjo esta situación. Y dejando que la mente navegara sola, empezó a encadenar opiniones y pensamientos, hasta llegar a los recuerdos…y trasladarme en un plis a la época en que yo vivía en Londres y trabajaba de camarera en un hotel Hilton. Y fue pensar en el Hilton y saltar al tema de las cucharillas del Hilton y decidir,…cuánto me gustaría contar esto en el blog,…

Hace como década y media trabajé en un hotel Hilton de Londres. Primero como camarera, luego como telefonista y finalmente como recepcionista. De donde me quedan más y mejores recuerdos y aún amigos, es de mi época de camarera.

Para los que hayais trabajado en hostelería sabréis que el número de material ideal se calcula así: Si hay sitio en un restaurante para 100 comensales lo ideal sería tener 300 unidades de cada pieza necesitada. Es decir: 300 platos, 300 tenedores, 300 tazas….Porque se supone que 100 están en las mesas, 100 pueden estar lavándose y 100 preparados para ser usados cuando los comensales se retiren de la mesa. Eso en un mundo ideal. Si hay material, se trabaja bien, y si no hay material, se sufre. El sufrimiento es inversamente proporcional al número de material disponible: cuanto menos material, más sufrimiento para el trabajador.

Pues en el Hilton, el número de cucharillas de café era inferior al número de comensales. Tendríamos capacidad para 300 personas y no había ni 200 cucharillas. Imaginaros como eran los desayunos para nosotros, los camareros. En busca de la cucharilla perdida. En principio, lo que se intentaba es que el cliente no reclamara su cucharilla, que moviera su café con el mango del tenedor. Pero como esta iniciativa la tenían pocos, pues teníamos que recurrir al ingenio. En principio nos guardábamos las cucharillas y solo se las dábamos a los que las reclamaran. Y cuando ya no nos quedaban, que era casi inmediatamente después de abrir el restaurante…..¡comenzaba la carrera! Que se iba el cliente, corriendo tres camareros en plan olimpiada a por la cucharilla que había dejado. Como esto era estresante y creaba mal rollo, decidimos trabajar en equipo, y ser unos cerdos. Pusimos una jarra de agua hirviendo en el aparador de los camareros y cada vez que un cliente se iba, ¡chof! Metíamos la cucharilla dentro para que se lavara…y se la dábamos al siguiente comensal. Al cabo de media hora, el agua caliente estaba fría y con un color cola-cao de espanto, pero no había tiempo para cambiarla así que con un trapito, se le daba un toque, y al cliente.

Esto parece un chiste, pero de verdad que era super estresante. No os imaginais la cantidad de clientes que nos gritaban, ¡quiero mi cucharilla ya!!! Y sí, la culpa no era nuestra, era del restaurante que no compraba cucharillas…y a pesar de nuestras quejas….pues como no había presupuesto, según los altos mandos, pues no se compraban. Esto se repetía, a menor escala con las tazas y con las teteras.

Hasta que un día sucedió lo inevitable. Una compañera, con dos cojones le dijo a un cliente histérico que reclamaba su té. "No le puedo traer su té porque no hay teteras suficientes. Tengo que esperar a que un cliente que esté tomando té, se vaya."

Este señor en cuestión se enfureció aún más y se quejó a un “manager” que pasaba por allí y esto fue el acabose. Nuestra compañera, santificada y admirada por nosotros, fue puesta como ejemplo del mal eterno y enemiga de la empresa, que es la que nos daba de comer y pagaba nuestra “rent” y creo que hubo represalias. Lo que pasa es que la memoria me falla y no me acuerdo bien de ella. Se nos encomendó de la forma más borde, no hacer nada igual en el futuro…¡por dios, Hilton sin teteras!!!

Meses después,  yo me fui a otro departamento (recepción) y el tema de las cucharas seguía vigente, casi que a uno le entraban ganas de traérselas de casa…. El agua de las jarras para limpiarlas seguía enfriándose y oscureciéndose y la búsqueda de cucharillas continuó.

Casi me dan ganas de ir a ese hotel un día a desayunar y pedir una cucharilla y un té y ver qué pasa….Lo de la cola para coger las tostadas os lo contaré otro día….

viernes, 7 de septiembre de 2012

Inma opina: El Parque Warner

En agosto, antes de irme de vacaciones fuimos al Parque Warner.
Tenía muchas ganas de llevar a mis hijos a un parque temático o de atracciones. Había esperado el momento en que los dos tuvieran edad para poder montarse en varias atracciones sin morirse de miedo. Me parecía frustrante que el mayor pudiera montarse en cosas y la peque se tuviera que quedar mirando como su hermano se divertía. Así que a la edad en la que la mayoría de los niños madrileños ya se saben de memoria el Parque Warner,o el Parque de Atracciones, los míos fueron por primera vez.

Para mis hijos fue un día especial. Disfrutaron y nos sorprendieron poniéndose poco nerviosos, aguantando alguna cola y sobre todo ¡montándose en atracciones de esas que dan mucho miedo!

Pero yo, que he trabajado allá por los años 90 en otro parque temático, en Disneyland Paris nada menos….no he podido evitar comparar. Y es que lo primero que me llamó la atención del parque fue el personal. En primer lugar, hay poco personal. No son suficientes. En la mayoría de las atracciones de pequeños, hay un solo empleado. Una misma persona se encarga de dejar entrar a la gente, seguir el procedimiento de seguridad, operar la atracción, hablar por el micro, luego asistir a la gente a salir de la atracción y despedirse. ¡Se necesitan por lo menos dos personas para hacer ese trabajo! De esa forma, se agiliza el proceso, se disminuyen las colas y ellos pueden hacer mejor su trabajo. Por otro lado, los empleados en general daban la impresión de estar en constante sufrimiento. Se les veía agotados, achicharrados y hartos. Y uno no va a un parque temático para ver gente esclavizada y sufriendo. Sus uniformes, un polo azul con el logo del parque en un lado y la publi de una empresa de zumos en otro y un pantalón marrón, tampoco ayudaba a que tuvieran mejor aspecto. Incluso algunos de ellos llevaban lamparones en el polo, lo que me parece inaceptable. Yo he decir que en Disney no estábamos bien pagados, ganábamos el salario mínimo y París es una ciudad muy cara. Pero había unas normas muy estrictas de higiene, de cambio diario de uniforme y de actitud positiva. Os podréis imaginar que no todo el mundo era feliz trabajando en Disneyland Paris (yo sí lo era), pero os juro que lo parecíamos. Había carteles que decían “Smile, you are now on stage” (sonríe, ahora estás en el plató). Y cuantos visitantes nos preguntaban cómo habíamos hecho para trabajar allí y decían que nos envidiaban. Y es que sonreir era obligatorio. Salvo en Phatom Manor, donde tenían que estar serios para dar miedo.

¿Y por qué en un parque ese sentimiento de positividad, de limpieza y de bienestar es posible y en otro no? Es muy simple: management, la dirección. Un aspecto es el económico y otro es el motivador. Y todos sabemos que el Parque Warner no tiene pasta. Por otro lado, los empleados de la Warner están todo menos motivados. Dan una imagen de españoles explotados que da lástima. Y si la empresa que gestiona la Warner quiere empezar a tener resultados económicos en positivo tal vez debería empezar dando ganas a los clientes de repetir la experiencia. ¡Queremos una experiencia positiva! ¡Motiven a sus empleados, enséñenles que parte de su trabajo es sonreir y acoger a sus visitantes! Así todos, clientes y trabajadores, estaremos más contentos.

Además, la limpieza tampoco es lo más. Con esto no quiero decir que el parque estaba sucio, pero de un parque con el logo de la Warner esperas mucho más. Apenas vi gente barriendo por las calles, y el suelo estaba lleno de restos negruzcos de chicles pegados que le quita mucho encanto.

Una pena, porque tienen atracciones espléndidas y las de agua son muy originales. ¡De muchas de ellas sales empapado totalmente, hasta los calcetines! Sino, miradnos a Olga y a mí. Y hay algunas para mayores, a las que no pudimos acceder al ir con los niños que tenían pinta de ser una fábrica de adrenalina.


No os digo más, que a pesar de todo os lo recomiendo porque lo pasamos muy bien y para mis hijos ha sido algo inolvidable. Pero quedémonos todos con el cuento. Las empresas a medias no bastan. Si no se motiva a los empleados, ya vendas adsl o diversión, el cliente lo percibe. Aprendamos de los que lo hacen bien. Copiar solo es malo en el cole. Y si no me creeis, mirad los japoneses.





lunes, 27 de agosto de 2012

Toboganes piscineros

Molan los toboganes de las piscis, eh? Os acordáis de cuando hacíamos colas
en los aquapark de Benidorm o de Villanueva de la Canada?
En nuestro hotel hay dos toboganes muy divertidos . Los niños vivirían allí, solo se les puede sacar bajo amenaza de no volver jamás . Por eso declaro que yo a un hotel con toboganes intentare no volver a ir. Porque encima que yo también baje para mis hijos es lo mas ...

jueves, 23 de agosto de 2012

Praia Verde

Hoy hemos ido a Praia Verde. Mi hija se ha quedado decepcionadisima, porque !el mar no era verde, era azul!
Mi hijo sigue buscando un cangrejo para traérselo a casa. Menos mal que no ha encontrado ninguno... En Praia verde lo de la recogida de coquinas toma promociones desmesuradas... Ya no es cosa de jubilados, allí es para todos los públicos... En fin, que de tanto verlos, cierro los ojos y veo ante mi un plato de chirlas,
coquinas, almejas, lo que sea, humeante y rebosante de ajitos,...

miércoles, 22 de agosto de 2012

Recolección

Aquí estoy en Isla Canela. Entre la construir castillos de arena decorados con conchas, esquivar algas marinas y sujetar tablas de surf, tengo tiempo justo de observar a la gente. Trozos de frases, tetas caídas al aire, gritos y enfados de parejas, berrinches de niños ajenos.... Pero lo que mas me asombra es que durante las vacaciones  muchos veraneantes son víctimas del instinto casi primario de la recolección. Recolectar Conchas , piedrecitas, pececitos esta a la orden del día ... En esta playa en la que abundan las conchas, la gente se dedica a recoger chirlas... Las orillas están llenas de persona eyscarbando en la arena a la búsqueda del aperitivo de la tarde. Los del todo incluido se libran de esta moda, pero el resto de los playeros dejan sus sombrillas y esterillas para dedicarse a la chirla manía . Sobre todo los jubilados. Los dolores de espalda, lumbagos y artritis desaparecen ante la imagen de marisco gratis. Impresionados andamos y yo, con ganas de compartirlo. Que bonito estar de vacaciones, no preocuparse de nada y ver a mis hijos sorprendiendome y mucho porque se están portando muy bien!!

jueves, 16 de agosto de 2012

Si estás leyendo esto...

Puedes adivinar mi ansia por enviar el último email a mi compañera, por hacerla última llamada del día, por apagar el ordenador y por sonreir con alivio. Porque sí sí sí....en menos de dos horas comienzan mis vacaciones y ya no puedo más. No soporto esta tarde, quiero que pase el tiempo... . Si me parece llevar media hora escribiendo este post y llevo solo unos minutos...esto no puede ser.


Amigos,  creo que esta semana se ha hecho soportable solo porque ayer fue festivo. De lo contrario habría explotado.

¡Y con lo que me gustaba a mí antes trabajar en agosto!!!. Muy pocas veces me he ido en vacaciones en agosto, pero teniendo hijos eso cambia. Desde el año pasado pinta que seguiremos yéndonos en agosto muchos años más,sobre todo porque no sabemos sino qué hacer con los niños...si en julio les ponemos en campamento de verano... En agosto molaba trabajar porque había menos volumen de trabajo y te daba tiempo a ordenar tus ficheros, tus listas de contactos y hacer esas tareas ingratas de las que no podías escapar. Las oficinas estaban medio desiertas y se creaba cierta camadería especial entre los colegas que quedaban. Además el jefe o jefa, fijo que se iba en algún momento de agosto. Y por si fuera poco, ir de vacaciones otros meses es más barato y hay menos gente.

Pero ahora soy madre, tengo calor y encima trabajo desde casa. Y he llegado a estas fórmula friki-matemáticas:
Profesionalmente: Trabajo + agosto = tortuga
Personalmente:  Trabajo desde casa + verano = caca

 He sufrido profesionalmente porque coño, es que no hay nadie, ....cuando vuelve uno de vacaciones, se va otro, para que te den una respuesta, un presupuesto, una aprobación....tienes que esperar quince días más...Cuando empieza a volver la gente me voy yo, cuando a uno se le ocurre una idea el otro no lo puede poner en práctica porque no está....y así hasta el infinito y más allá, como diría aquel. He sufrido también personalmente porque hace mucho calor, algunos días te asfixias, me ha costado trabajar desde casa y mis hijos no entienden que yo esté en casa encerrada en una habitación y pasando de ellos....¡cómo he echado de menos el campamento de verano en el mes de agosto!!

¿Veis mi ordenador? ¡No le voy a echar nada de menos!
(por cierto lo del cableado lo estamos arreglando, nos acabamos de mudar y nos faltan unos retoques!!



Me ha llegado un mail, así que....¡a trabajar que va quedando menos!!!!
...
El mail no era nada, pero tengo que poner mi out of office y me voy a hacer una copia de seguridad, nunca se sabe....
....
Una llamada de 20 minutos...
¡ya queda menos!!

miércoles, 15 de agosto de 2012

La frase que más odio por el momento

- Mamá, ¿puedo ver la tele?

Sin comentarios....

martes, 14 de agosto de 2012

Mis hijos y el piso nuevo

- Mamá, quiero dormir en tu cama, tengo miedo
- No quiero bañarme en esta bañera, porque se ha bañado otra gente antes
- Bueno, vale me ducho pero contigo
- Quiero hacer pis...tengo miedo, ¿me acompañas?
- Me gustaba más el otro piso.
- Quiero una habitación para mí solo
- ¿Hay monstruos?
- Quiero hacer caca. No sola no, que me da miedo
- Mamá...
- Mamá....
- Mamá ven,...¡que vengas! No, yo no voy que vengas tú. ¡joooo! ¡Veeeen!


¿Veis que llamen a papá? ¿tengo que dividirme? ¿comprarme una cama de dos metros de ancho? ¿me pongo el despacho en el váter y así les acompaño mientras hacen sus necesidades y de paso libero una habitación para que tengan una cada uno? ¿me jubilo? ¿me mudo a chalet en la sierra y opto por educarles desde casa?