Para que la reunión familiar se haga leve, para decir otro año que sí, que soy una siesa, pero me da igual, probablemete sea lo que haga más divertidas ciertas partes de estas fiestas. Para pedir de todo corazón que el propósito de año nuevo de mi vecino sea dejar de fumar, al menos en el baño, porque el olor llega a mi baño a través de la ventilación. Para que me decida y en un arranque de valentía deje de currar y me tome unos meses sabáticos (no me lo creo ni yo) y para que el efecto de Aníbal Smith se cierne sobre mi chico y sobre mí y "Que todos los planes nos salgan bien".
Y feliz año nuevo a todos
lunes, 31 de diciembre de 2012
jueves, 27 de diciembre de 2012
Mi primera entrada en el Buscalibros
No es la primera vez que hablo de Fran Rodríguez en este blog, y los que os leeis los comentarios ajenos, seguro que os habeis topado con alguno de Fran, que comenta casi exclusivamente cuando escribo algún relato.
Fran y yo, a pesar de tener edades diferentes, ubicaciones diferentes y vidas diferentes somos grandes amigos virtuales y chateadores ocasionales en facebook.
Aún así, me sorprendió cuando me propuso participar en su proyecto: El Buscalibros.
El Buscalibros nace de la pasión de Fran por la escritura y la lectura. Ha reunido a un grupo de blogueros unidos por ese mismo amor y nos ha puesto a escribir sobre eso mismo: libros, libros, libros...
Con gran orgullo y esperando estar a la altura del resto de los compañeros de El Buscalibros, os presento mi primera entrada en dicho Blog: Claus y Lucas, de Agota Kristoff.
No me gusta ser pedigüeña, pero en estas fiestas me lo permito: por favor, pasaros por El Buscalibros y decidme cuánto os ha gustado. Porque es imposible que no os guste.
Y no os perdais la entrada de inaguración de este gran blog, con nada menos que el vídeo del cortometraje The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore que es simplemente maravilloso...
Fran y yo, a pesar de tener edades diferentes, ubicaciones diferentes y vidas diferentes somos grandes amigos virtuales y chateadores ocasionales en facebook.
Aún así, me sorprendió cuando me propuso participar en su proyecto: El Buscalibros.
El Buscalibros nace de la pasión de Fran por la escritura y la lectura. Ha reunido a un grupo de blogueros unidos por ese mismo amor y nos ha puesto a escribir sobre eso mismo: libros, libros, libros...
Con gran orgullo y esperando estar a la altura del resto de los compañeros de El Buscalibros, os presento mi primera entrada en dicho Blog: Claus y Lucas, de Agota Kristoff.
No me gusta ser pedigüeña, pero en estas fiestas me lo permito: por favor, pasaros por El Buscalibros y decidme cuánto os ha gustado. Porque es imposible que no os guste.
Y no os perdais la entrada de inaguración de este gran blog, con nada menos que el vídeo del cortometraje The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore que es simplemente maravilloso...
lunes, 24 de diciembre de 2012
Relato: Vivir en una Pompa de Jabón
Amigos. Hoy es Nochebuena y os regalo un cuento escrito por mí. Particularmente me encanta. Espero que lo disfruteis. Felices Fiestas.
*******************************************************************************
Al segundo gin-tonic me habló de una chica con la salió en
su adolescencia y a la que tuvo que dejar porque tenía la mala costumbre de
hurgarse la nariz con el dedo. Al tercero, me describió cuánto odiaba su primer
trabajo. Y al cuarto, me contó como pasó 15 días enteros sin salir de casa y
sin ver a casi nadie, tan sólo a los ocasionales repartidores que le traían la
comida a domicilio.
Cristóbal y cuatro amigos más habían planeado pasar por fin
unas vacaciones juntos. Se trataba de amigos con los que había estudiado en la
universidad, ahora todos treintañeros. Habían alquilado un piso en Fuengirola,
y querían revivir su adolescencia de nuevo. Un mes antes, uno de los amigos
tuvo que cancelar porque su mujer le amenazó con divorciarse si la dejaba sola
durante las vacaciones. A partir de allí, todo el plan se vino abajo como un
castillo de naipes. A otro amigo le surgió un viaje de negocios al que no pudo
negarse y al tercero le salió por fin un trabajo. Cristóbal y el cuarto amigo
decidieron no irse solos.
Como no podía cambiar sus fechas de vacaciones, no sabía muy
bien qué hacer con esos días libres. Se planteó irse a Inglaterra unos días a
mejorar su inglés o gastarse el dinero reservado para su viaje en redecorar su
piso. Me contó que tras pensarlo un poco, hizo creer a su familia, amigos y compañeros de trabajo que se iba de
vacaciones. Sin embargo, decidió encerrarse en casa durante esos 15 días y no
poner ni un pie fuera. No le preocupaba la soledad, ni tampoco el aburrimiento.
“Lo que de verdad me daba miedo”, me dijo, “era caer en la desidia y dejar de
asearme y que se acumulara demasiada basura dentro de casa”.
Solucionó el reto de mantenerse limpio y arreglado con
grandes dosis de fuerza de voluntad y el problema de la basura lo solventó dando
una propina exageradamente alta a cada uno de los repartidores que venían a
traerle la compra para que le tiraran la basura al bajar. “Tengo un problema
con el tobillo”, les mentía, “y apenas puedo andar”.
Cada mañana, se despertaba sin despertador, sencillamente
cuando se lo pedía el cuerpo. Se preparaba un café y se lo bebía en la cama
mientras leía alguna de las novelas de las que se había surtido antes de
encerrarse en casa. Después se duchaba y se vestía como si fuera a salir a
trabajar, siempre conjuntado y con la ropa planchada. “A veces, incluso me puse
la corbata”, me decía con asombro.
Los primeros días pasaba horas delante del ordenador,
inventándose sus vacaciones y colgando fotos de playas en las que no había
estado y de paisajes que nunca había visto en las redes sociales. Comentaba en
blogs, leía las noticias, y buscaba
recetas nuevas para su almuerzo. Cada día se cocinaba algo distinto: spaghetti
con salsas que jamás había probado, postres que no lograba comerse solo, y
platos de todos los estilos.Arroz chino, sopa japonesa, couscous …lo que no
logró fue que le saliera bien el sushi.
El sexto día, su rutina de lectura, ordenador y cocina no
era suficiente para entretenerle, así que la emprendió con su casa y ordenó
todos y cada uno de sus armarios, cajones y estanterías. Al abrir un cajón de
su escritorio, descubrió un fajo de cartas que recibió de diferentes amigos y
novias años atrás. Las releyó todas. Se sintió como si estuviese leyendo la
correspondencia de otra persona. Por su cabeza desfilaron personajes de su
pasado que ya casi había olvidado. Leyendo las cartas, no se reconoció en su yo
de antes. Tan superficial, tan impaciente por agradar a los demás.
Al séptimo día descubrió dos cosas:
-En su afán de ordenar había tirado tanta ropa, que casi no le quedaba qué ponerse en el
armario.
-Había dado tantas propinas a los repartidores para que se deshicieran
de las docenas de bolsas de basura que había acumulado con la limpieza, que se
estaba quedando sin dinero en metálico.
Pasó toda la tarde comprándose ropa nueva en los outlets de
la red. También compró una papelera de capacidad de 50 litros para poder
aguantar hasta el final de sus vacaciones sin tirar la basura.
El octavo día descubrió que hacía mucho tiempo que no se
sentía tan feliz y ese pensamiento le hizo sentirse inquieto.
El noveno día tuvo que esconderse en el armario de su
habitación durante una hora porque vino su hermana a regarle las plantas.
El décimo día, el pensamiento de saber que en breve tendría
que salir de nuevo a la calle, y enfrentarse al mundo empezó a acecharle. Para
mantener su mente ocupada preparó un complicado
plato de hojas de viña rellenas de arroz y carne picada. El relleno era
simple de hacer, pero poner la cantidad justa dentro de cada hoja y enrollarla
sin que se rompieran resultaba todo un reto. El resultado fue un plato
exquisito. Le sobró mucha comida y no se
sintió mal por no poder compartirla con nadie. Se dio cuenta de algo. Se dio
cuenta de que su mundo
era redondo. Redondo y frágil como una burbuja de jabón.
Los últimos cinco días, transcurrieron a una velocidad
vertiginosa, escurriéndose como agua entre los dedos. Sus libros, su cocina, su
ordenador, su tele, su colchoneta azul donde hacía los estiramientos matinales,
constituían un mundo perfecto que no quería cambiar. Se quería más que
nunca, adoraba estar consigo mismo y
mantener diálogos mentalmente. Sin embargo, pensar en su yo laboral, en su yo
como amigo, hermano, hijo y tío no le producía placer alguno. Al pensar en su
vida normal, en su vida anterior a la burbuja, le parecía estar visionando
escenas de la vida de otro…y no siempre le gustaba lo que veía.
Y aquí Cristóbal acabo su cuarto gin-tonic y también paró de
hablar.
“¿Y qué pasó luego?”, le pregunté
“Nada”, me dijo, “tuve que volver a trabajar, a mi vida
cotidiana, a mi día a día”
“Entonces, ¿sufriste simplemente algo así como un síndrome
postvacacional?”, intenté resumir.
“No”, me contestó, “fue como despedirse de un buen amigo.
Aunque seguro que pronto nos volveremos a encontrar”
domingo, 23 de diciembre de 2012
El día que el mundo tuvo que acabarse no se acabó
Decían que el viernes se iba a acabar el mundo. Y eso lo dijeron nada menos que los mayas, que eran muy listos y propietarios de una cultura muy avanzada.
El viernes no se acabó el mundo, pero a mí me cayó un marronazo laboral, que con mis añitos y mi experiencia, supe solventar muy bien, pero cuando por fin pude cerrar el chiringuito, me dolía la cabeza y el estómago de lo vacío que estaba. Lo peor, es que como todo marrón que se precie, me seguirá salpicando el resto de esta semana.
Y es que esta semana pasada, ha sido muy dura, con mi marido de viaje y yo ejerciendo de chófer, madre, ama de casa, cocinera y trabajadora a la vez...Y es que el jueves ya no sentía ni las piernas. En un arranque de súper héroe, el miércoles aproveché que estaba mi madre en casa cuidando de mis hijos y cogí la bolsa de la compra y me fui a comprar la comida para la cena de Nochebuena. Y creo que hice bien, porque estos días hace falta mucha paciencia para hacer cola en la pescadería y en la caja. Así que hoy, en vez de estar en el Hipercor me puedo dedicar a escribir a este post, a contestar a un mail de mamá de una monita que tenía ya 10 días de antigüedad y hacer un puré para mañana.....
Y aprovechando el momento, para las pocas bloguers que leeis mi blog...¡en mayo, con ocasión de la visita de Mami de una Monita a Madrid, hay desvirtualización! Tenemos que organizarle una bienvenida inolvidable. Por fin vamos a verle la cara. Como sabeis, Mami de una Monita, es una gran fotógrafa, pero no practica el autorretrato y estamos deseando verle la cara.
Mientras tanto, iré preparando mi primer post para el Buscalibros, blog del que paso a formar parte por invitación del primer bloguer que siguió mi blog y la primera persona que me dio un premio bloguero, Fran Rodríguez.
El viernes no se acabó el mundo, pero a mí me cayó un marronazo laboral, que con mis añitos y mi experiencia, supe solventar muy bien, pero cuando por fin pude cerrar el chiringuito, me dolía la cabeza y el estómago de lo vacío que estaba. Lo peor, es que como todo marrón que se precie, me seguirá salpicando el resto de esta semana.
Y es que esta semana pasada, ha sido muy dura, con mi marido de viaje y yo ejerciendo de chófer, madre, ama de casa, cocinera y trabajadora a la vez...Y es que el jueves ya no sentía ni las piernas. En un arranque de súper héroe, el miércoles aproveché que estaba mi madre en casa cuidando de mis hijos y cogí la bolsa de la compra y me fui a comprar la comida para la cena de Nochebuena. Y creo que hice bien, porque estos días hace falta mucha paciencia para hacer cola en la pescadería y en la caja. Así que hoy, en vez de estar en el Hipercor me puedo dedicar a escribir a este post, a contestar a un mail de mamá de una monita que tenía ya 10 días de antigüedad y hacer un puré para mañana.....
Y aprovechando el momento, para las pocas bloguers que leeis mi blog...¡en mayo, con ocasión de la visita de Mami de una Monita a Madrid, hay desvirtualización! Tenemos que organizarle una bienvenida inolvidable. Por fin vamos a verle la cara. Como sabeis, Mami de una Monita, es una gran fotógrafa, pero no practica el autorretrato y estamos deseando verle la cara.
Mientras tanto, iré preparando mi primer post para el Buscalibros, blog del que paso a formar parte por invitación del primer bloguer que siguió mi blog y la primera persona que me dio un premio bloguero, Fran Rodríguez.
miércoles, 12 de diciembre de 2012
Día parisino
Llego a París - Orly con media hora para llegar a la reunión. La cola llega de los taxis es inmensa y se comenta que hay atascos. Así que decido tomar un moto taxi. Me ponen un casco, unos guantes XL y una mega chupa encima del abrigo. Cuando subo a la moto me ponen una manta motera y París, allá voy... Sorteando el atascazo y viviendo la aventura. Alucinante. A ver la cara de mi jefe cuando vea la hoja de gastos.
Después de la reunión me pateo París, sobre todo la zona Place de la Madeleine para empaparme del espíritu gourmet francés. Es mi trabajo. Cuaderno en mano, voy tomando notas en Fauchon, Maille, Hediard, Lafayette Gourmet... Fauchon me encanta pero cuando empiezo a tomar notas me empieza a perseguir un señor con un pinganillo y me voy a escribir fuera. Vuelvo más tarde a Fauchon y se me acelera el corazón, se nubla la vista y tengo que comprar. El monstruo consumista se apodera de mi. En nochebuena cae foie fijo. Ahora estoy en el aeropuerto y me duelen los muslos. Me acorde de los seguidores del blog y os envio un saludo por video.
Inmaysumundo en París
martes, 11 de diciembre de 2012
Aeropuerto
Aquí estoy en la T2 rumbo a París. Ida y vuelta en el día. Reunión con presentación y luego investigación sobre el terreno de lo que hace la compe. y todo a 3 grados. Llevo más ropa que Heidi cuando fue a casa de su abuelo con todo su armario puesto. El madrugón no me lo quito de encima hasta el fin de semana. C'est la vie. Mis hijos, súper envidiosos. Noooo, vas a París sola. Joooo vas a ver la Tour Eiffel. Que bonito creer que en un viaje de trabajo te da tiempo a hacer turismo. Y mientras, me llega un text diciendo que la peque se ha hecho pis en la cama ... !
Si es que una no puede faltar!!
Si es que una no puede faltar!!
lunes, 3 de diciembre de 2012
Este Puente es todo mío
Avanzo una pequeña tragedia laboral. Durante 1 mes me quedo sin becario. Así que seré como Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Como la parte operativa la llevamos entre las dos, pues está cantado que tomarse unos días en Navidad es imposible, no me lo tienen ni que decir.
Por eso, me tomo el puente que lleva mi nombre.
Tengo grandes planes durante este puente que consisten en:
- No pensar en el trabajo. Está prohibido.
- Mobilidad geográfica reducida. Es decir, que toda distancia en coche superior a 15 minutos estará estrictamente prohibida.
- Actividades varias: patinaje sobre hielo, parque, elaboración de bizcochos, brownies, galletas caseras, parque, urbanización, televisión, parque, deberes, ¿biblioteca?....
- La compra solo se podrá efectuar por internet o a través de mi marido, que hace mucho que no va
Y eso, que estos tres días de planificación 2013, estrategia y power point, no van a ser facilillos, pero.......¡oye! Que ya me estoy relamiendo pensando en 4 días en casa con mis fieras.
Por eso, me tomo el puente que lleva mi nombre.
Tengo grandes planes durante este puente que consisten en:
- No pensar en el trabajo. Está prohibido.
- Mobilidad geográfica reducida. Es decir, que toda distancia en coche superior a 15 minutos estará estrictamente prohibida.
- Actividades varias: patinaje sobre hielo, parque, elaboración de bizcochos, brownies, galletas caseras, parque, urbanización, televisión, parque, deberes, ¿biblioteca?....
- La compra solo se podrá efectuar por internet o a través de mi marido, que hace mucho que no va
Y eso, que estos tres días de planificación 2013, estrategia y power point, no van a ser facilillos, pero.......¡oye! Que ya me estoy relamiendo pensando en 4 días en casa con mis fieras.
jueves, 29 de noviembre de 2012
Como ser kutre en Halloween...y que no esté tan mal
No soy anti-Halloween, pero vamos, que es algo de lo que paso completamente. Ni me va ni me viene. Veo como año tras año vecinos y amigas me hablan de que han hecho fiestas de Halloween, veo sus fotos en Facebook, alguna vez mis hijos han podido ir disfrazados en el cole....pero nunca me ha llegado la vena participativa.
Hasta que este año, Halloween ha llamado a mi puerta. Tal cual. Volvíamos de nuestras vacaciones en Bélgica cuando encontramos un letrero en el portal citándonos a los vecinos a celebrar Halloween. En plan, a partir de las 21.00, a pedir chuches.
Para mí eso fue una encerrona. Además, en cuanto leyeron el cartel, los niños no dejaron de calcular en permanencia la cuenta atrás para el día de Halloween. Y además no teníamos disfraz. Como vivo en Nohaynadalandia, solo un Hipercor, voy dejando lo de los disfraces para el día siguiente. Hasta llegar a D-1. Entonces se me ilumina la bombilla y decido que mi hijo se va poner el disfraz de Diablo que le compré hace dos años y que aún le vale. Aunque más que diablo parece de John Travolta en los 80. Pero con unos cuertnos y un tridente que tengo de manualidad de otro disfraz...va que chuta. Y a mi hija, que le gusta ir de princesa, le propongo ir de híbrido princesa-bruja, es decir, traje de princesa y gorro de bruja y se pone súper féliz. Coste total: 3€ de gorro.
Día D. Cita a las 21.00. A las 19.00 vienen los primeros niños a pedir las chuches.
¿Queeeeee?
Pues eso, empieza a cundir el pánico, se disfrazan en 2 minutos y bajamos abajo para encontrarme que solo hay tres niños, los demás ya estaban por las casas, a los que les intento camelar para que se lleven a mis hijos a la ronda. Evidentemente, sin éxito. Así que yo, con los vaqueros y la chaqueta del chándal, sin pintar y sin peinar me veo recorriéndome las casas de los 6 portales de la urbanización. Quiso la casualidad que en el primer portal me encontrara con una cuidadora que estaba acompañando a dos niños a hacer la ronda. También ya le vale a los padres, encasquetarle el truco o trato a la cuidadora, menuda cara.
Y allí fuimos en comandita, recorriendo y llamando a TODAS y cada una de las puertas de las casas de los vecinos.
Conclusión:
Duración: 2 horas de truco-trato
Niños: felices, deseando que pase de nuevo
Yo: mareada pero muerta de risa, y es que hay cada vecino.....
Cuidadora: encantada de haberse encontrado conmigo y no haber ido sola. Se fue con el comentario " bueno, al final lo hemos pasado muy bien"
Padre de mis hijos: Escaqueado....
Chuches: Demasiados, la mitad de ellos fueron a parar a un escondite secreto conocido solo por mí
Testimonios gráficos:
Hasta que este año, Halloween ha llamado a mi puerta. Tal cual. Volvíamos de nuestras vacaciones en Bélgica cuando encontramos un letrero en el portal citándonos a los vecinos a celebrar Halloween. En plan, a partir de las 21.00, a pedir chuches.
Para mí eso fue una encerrona. Además, en cuanto leyeron el cartel, los niños no dejaron de calcular en permanencia la cuenta atrás para el día de Halloween. Y además no teníamos disfraz. Como vivo en Nohaynadalandia, solo un Hipercor, voy dejando lo de los disfraces para el día siguiente. Hasta llegar a D-1. Entonces se me ilumina la bombilla y decido que mi hijo se va poner el disfraz de Diablo que le compré hace dos años y que aún le vale. Aunque más que diablo parece de John Travolta en los 80. Pero con unos cuertnos y un tridente que tengo de manualidad de otro disfraz...va que chuta. Y a mi hija, que le gusta ir de princesa, le propongo ir de híbrido princesa-bruja, es decir, traje de princesa y gorro de bruja y se pone súper féliz. Coste total: 3€ de gorro.
Día D. Cita a las 21.00. A las 19.00 vienen los primeros niños a pedir las chuches.
¿Queeeeee?
Pues eso, empieza a cundir el pánico, se disfrazan en 2 minutos y bajamos abajo para encontrarme que solo hay tres niños, los demás ya estaban por las casas, a los que les intento camelar para que se lleven a mis hijos a la ronda. Evidentemente, sin éxito. Así que yo, con los vaqueros y la chaqueta del chándal, sin pintar y sin peinar me veo recorriéndome las casas de los 6 portales de la urbanización. Quiso la casualidad que en el primer portal me encontrara con una cuidadora que estaba acompañando a dos niños a hacer la ronda. También ya le vale a los padres, encasquetarle el truco o trato a la cuidadora, menuda cara.
Y allí fuimos en comandita, recorriendo y llamando a TODAS y cada una de las puertas de las casas de los vecinos.
Conclusión:
Duración: 2 horas de truco-trato
Niños: felices, deseando que pase de nuevo
Yo: mareada pero muerta de risa, y es que hay cada vecino.....
Cuidadora: encantada de haberse encontrado conmigo y no haber ido sola. Se fue con el comentario " bueno, al final lo hemos pasado muy bien"
Padre de mis hijos: Escaqueado....
Chuches: Demasiados, la mitad de ellos fueron a parar a un escondite secreto conocido solo por mí
Testimonios gráficos:
Chuches con tridente
Mis monstruos (el John Travolta es un disfraz de diablo)
lunes, 26 de noviembre de 2012
El fan número 99, 100, 101...
Increíble pero cierto.
Llevo casi un año con 98 fans en Facebook. Y de repente esta tarde, sin comerlo ni beberlo, estos 98 fans se han convertido en el mítico número 100.
Gracias a Teo desde Rumania y a Mercedes desde Extremadura (Plasencia) por apuntaros y dadme una alegría tras un agotador día de supervivencia con experiencias laborales gruñonas, principio de resfriado, niña que no quiere cenar, marido que ha perdido el ratón del ordenador, y por supuesto no es culpa suya, y un retrovisor del coche roto.
Y si alguien se quiere apuntar a mi grupo para que seamos los 101 Inma-Dálmatas sólo tiene que hacer click aquí
Y no me lo puedo creer. Esto es cierto...He ido a copiar el enlace del grupo a Facebook ...y me he encontrado con mi fan número 101: Laura Porcel. Laura y yo nos conocimos en el 95 cuando trabajábamos en Disneyland Paris. Fuimos con una amiga común a ver el Show de Buffalo Bill. Años después, nos reencontramos trabajando en la misma empresa en Madrid y tardamos un mes en reconocernos. Y no me extraña que el número 101 sea el de Laura. 101 es un número mítico en Disney. Por los Dálmatas. El código "secreto" que se usa cuando se rompe una atracción es el 101 (one o one)...porque todo se torció cuando los Dálmatas fueron 101.
Gracias a todos
Llevo casi un año con 98 fans en Facebook. Y de repente esta tarde, sin comerlo ni beberlo, estos 98 fans se han convertido en el mítico número 100.
Gracias a Teo desde Rumania y a Mercedes desde Extremadura (Plasencia) por apuntaros y dadme una alegría tras un agotador día de supervivencia con experiencias laborales gruñonas, principio de resfriado, niña que no quiere cenar, marido que ha perdido el ratón del ordenador, y por supuesto no es culpa suya, y un retrovisor del coche roto.
Y si alguien se quiere apuntar a mi grupo para que seamos los 101 Inma-Dálmatas sólo tiene que hacer click aquí
Y no me lo puedo creer. Esto es cierto...He ido a copiar el enlace del grupo a Facebook ...y me he encontrado con mi fan número 101: Laura Porcel. Laura y yo nos conocimos en el 95 cuando trabajábamos en Disneyland Paris. Fuimos con una amiga común a ver el Show de Buffalo Bill. Años después, nos reencontramos trabajando en la misma empresa en Madrid y tardamos un mes en reconocernos. Y no me extraña que el número 101 sea el de Laura. 101 es un número mítico en Disney. Por los Dálmatas. El código "secreto" que se usa cuando se rompe una atracción es el 101 (one o one)...porque todo se torció cuando los Dálmatas fueron 101.
Gracias a todos
viernes, 23 de noviembre de 2012
Flash back: Los Hombres nunca tienen la culpa
Desde bien pequeña, observando a los adultos que me rodeaban me di cuenta de una cosa: Los hombres tienen una terrible tendencia a culpar de todo a sus mujeres
En serio.
Se las apañan para dar la vuelta a todo lo que pasa para echar la culpa a una mujer, sobre todo si es su novia, mujer o madre. Lo he visto hacer a mis tíos, a mi padre, a familiares, a vecinos...Y ahora lo sufro en carne propia. Y es que mi marido, a veces, con tal de no aceptar su culpabilidad es capaz de cualquier cosa.
Os voy a contar dos ejemplos, que no son recientes, porque de lo contrario aún tendría desenterrada el hacha de guerra
Las llaves
Año 2005. Yo, todas las noches echaba la llave en la puerta principal y la dejaba puesta. Todos los días.
Un día por la mañana, domingo, salimos marido, bebé en carrito y yo de casa. Primero yo con el carrito y un bebé de un mes y luego mi marido. El abre la puerta con la llave que estaba en la cerradura. Deja la llave dentro de la cerradura, cierra la puerta y ¡ta chán! Estamos encerrados fuera de casa...hay que llamar a un cerrajero.
Veredicto: Yo soy culpable porque durante la noche, como todas las noches, dejé la llave puesta en la cerradura. No es culpable la persona que se ha olvidado de sacar las llaves de la cerradura al abrir la puerta y luego al cerrarla. No os digo, la que se formó. Y como yo estaba en el máximo nivel hormonal, lo que lloré.
Año 2011. Mi marido se lleva un día mi coche al trabajo. Al día siguiente, volvemos a la rutina y se lleva el suyo. Cuando a las 4 de la tarde voy a buscar a los niños (cole inalcanzable sin coche), mis llaves no están colgadas del mueblecito de llaves. No panic. Llamo a mi marido. Oye, ¿te has llevado mis llaves? Contesta: Uy, si, perdona. No pasa nada, dime donde están las de repuesto. Me contesta: uy, están en mi bolso. Vaya, se ha llevado los dos pares de llaves en el bolso.
Bueno, pues le propongo que salga del trabajo y haga la recogida. Me contesta: tengo una reunión importantísima.
Vale, pues me cogeré un taxi.
Para quién me conozca, esto le parecerá increíble, pero yo tenía un día zen y ni me enfadé ni le culpé de nada. Oye, shit happens. Pero entonces, me dice...
"Es que de verdad, que cosas tienes, la culpa es tuya. Como se te ocurre no asegurarte de que las llaves están en su sito"
Veredicto: Yo soy culpable. Por no registrar el bolso de mi marido cada noche.
Han leído bien. Después de esto, sí que hubo un grito de mi parte, más bien una frase entera gritada, con algún taco seguido de mi dedo apretando la tecla roja del teléfono.
Hay que joderse.
En serio.
Se las apañan para dar la vuelta a todo lo que pasa para echar la culpa a una mujer, sobre todo si es su novia, mujer o madre. Lo he visto hacer a mis tíos, a mi padre, a familiares, a vecinos...Y ahora lo sufro en carne propia. Y es que mi marido, a veces, con tal de no aceptar su culpabilidad es capaz de cualquier cosa.
Os voy a contar dos ejemplos, que no son recientes, porque de lo contrario aún tendría desenterrada el hacha de guerra
Las llaves
Año 2005. Yo, todas las noches echaba la llave en la puerta principal y la dejaba puesta. Todos los días.
Un día por la mañana, domingo, salimos marido, bebé en carrito y yo de casa. Primero yo con el carrito y un bebé de un mes y luego mi marido. El abre la puerta con la llave que estaba en la cerradura. Deja la llave dentro de la cerradura, cierra la puerta y ¡ta chán! Estamos encerrados fuera de casa...hay que llamar a un cerrajero.
Veredicto: Yo soy culpable porque durante la noche, como todas las noches, dejé la llave puesta en la cerradura. No es culpable la persona que se ha olvidado de sacar las llaves de la cerradura al abrir la puerta y luego al cerrarla. No os digo, la que se formó. Y como yo estaba en el máximo nivel hormonal, lo que lloré.
Año 2011. Mi marido se lleva un día mi coche al trabajo. Al día siguiente, volvemos a la rutina y se lleva el suyo. Cuando a las 4 de la tarde voy a buscar a los niños (cole inalcanzable sin coche), mis llaves no están colgadas del mueblecito de llaves. No panic. Llamo a mi marido. Oye, ¿te has llevado mis llaves? Contesta: Uy, si, perdona. No pasa nada, dime donde están las de repuesto. Me contesta: uy, están en mi bolso. Vaya, se ha llevado los dos pares de llaves en el bolso.
Bueno, pues le propongo que salga del trabajo y haga la recogida. Me contesta: tengo una reunión importantísima.
Vale, pues me cogeré un taxi.
Para quién me conozca, esto le parecerá increíble, pero yo tenía un día zen y ni me enfadé ni le culpé de nada. Oye, shit happens. Pero entonces, me dice...
"Es que de verdad, que cosas tienes, la culpa es tuya. Como se te ocurre no asegurarte de que las llaves están en su sito"
Veredicto: Yo soy culpable. Por no registrar el bolso de mi marido cada noche.
Han leído bien. Después de esto, sí que hubo un grito de mi parte, más bien una frase entera gritada, con algún taco seguido de mi dedo apretando la tecla roja del teléfono.
Hay que joderse.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Buscando vuestra empatía
A veces me cuesta muuucho contar lo que siento en el blog. Y sé que es una buena terapia escribir como te sientes, y sobre todo sabiendo que otra gente te lee. Pero aún así....
Pero hoy, mientras me comía una deliciosa ciapatta de brie con sobrasada....me he dado cuenta de que necesitaba desahogarme. Y es que no se puede estar rallando continuamente a los que nos rodean con los mismos temas.
Pues no estoy pasando un buen momento laboral. Y lo peor es que me está afectando en el terreno personal, lo que es inaceptable. Lanzamos un nuevo proyecto en la empresa con la que colaboro. El lanzamiento fue largo y extenuante. Pero ahora sacarlo adelante, es un desafío que yo me estoy tomando como una carrera de obstáculos. A pesar de que disfruto con casi todo el día a día del trabajo, me obsesiono con los resultados y con lo que no me ha dado tiempo a hacer y lo peor: sueño con el trabajo. Me despierto varias veces por la noche sobresaltada con pesadillas laborales y estoy agotada y con un careto.....
Sé que el 70% de mi malestar es culpa mía y está en mi solucionarlo. Y que haber dejado de hacer deporte no me ayuda. Pero no sé como hacerlo. Y hacía tiempo que no me sentía así. De hecho, una de las gracias que tenía lo de ser autónoma y trabajar de casa, era la flexibilidad, la libertad, la tranquilidad....Pero ya no.
El otro 30% de mi malestar es ajeno a mí, pero bueno, como trabajadores todos sabemos que el juego del tira y afloja de tener recursos o no y tiempo para completar tu trabajo es inevitable.
Pues ya está. Intento no perder la paciencia, dejar de pensar en el trabajo, pero no puedo, está omnipresente en mi mente.
Y ya está. Disculpad el chorro de lamentos. Solo soy una bloguera más buscando vuestra empatía
Pero hoy, mientras me comía una deliciosa ciapatta de brie con sobrasada....me he dado cuenta de que necesitaba desahogarme. Y es que no se puede estar rallando continuamente a los que nos rodean con los mismos temas.
Pues no estoy pasando un buen momento laboral. Y lo peor es que me está afectando en el terreno personal, lo que es inaceptable. Lanzamos un nuevo proyecto en la empresa con la que colaboro. El lanzamiento fue largo y extenuante. Pero ahora sacarlo adelante, es un desafío que yo me estoy tomando como una carrera de obstáculos. A pesar de que disfruto con casi todo el día a día del trabajo, me obsesiono con los resultados y con lo que no me ha dado tiempo a hacer y lo peor: sueño con el trabajo. Me despierto varias veces por la noche sobresaltada con pesadillas laborales y estoy agotada y con un careto.....
Sé que el 70% de mi malestar es culpa mía y está en mi solucionarlo. Y que haber dejado de hacer deporte no me ayuda. Pero no sé como hacerlo. Y hacía tiempo que no me sentía así. De hecho, una de las gracias que tenía lo de ser autónoma y trabajar de casa, era la flexibilidad, la libertad, la tranquilidad....Pero ya no.
El otro 30% de mi malestar es ajeno a mí, pero bueno, como trabajadores todos sabemos que el juego del tira y afloja de tener recursos o no y tiempo para completar tu trabajo es inevitable.
Pues ya está. Intento no perder la paciencia, dejar de pensar en el trabajo, pero no puedo, está omnipresente en mi mente.
Y ya está. Disculpad el chorro de lamentos. Solo soy una bloguera más buscando vuestra empatía
SE ACEPTAN CONSEJOS Y REPROCHES
martes, 20 de noviembre de 2012
Ahora entiendo ciertas cosas
Vuelvo de la Ciudad Condal en un vuelo de Vueling. Ojeo la revista Ling y caigo sobre esta imagen. Con la aplicación escáner de mi iPhone la escaneo pensando en el blog.
La comparto con vosotros. Ahora entiendo muchas cosas.
La comparto con vosotros. Ahora entiendo muchas cosas.
domingo, 18 de noviembre de 2012
Desaparecida en Combate I
Pues sí, ando desparecida, pero esta vez ha sido en combate...
Llevo una semana en modo pesadilla laboral. De esto que duermes y sueñas con el trabajo, y que te despiertas angustiada dos o tres veces durante la noche. Resumo: una situación que una a esta edad no se puede permitir. No os digo nada...
Llevo una semana en modo pesadilla laboral. De esto que duermes y sueñas con el trabajo, y que te despiertas angustiada dos o tres veces durante la noche. Resumo: una situación que una a esta edad no se puede permitir. No os digo nada...
miércoles, 31 de octubre de 2012
¡Por fin lanzamos!
Breve entrada para deciros que tras mucho esfuerzo, trabajo y estrés en las últimas semanas por mi parte , ayer lanzamos la nueva web: 1001Gourmet
Cuando veo la página web, me parece mentira que haya llevado tanto trabajo...y lo que nos queda.
1001Gourmet es una página web especializada en la venta de productos gourmet en Francia. Acabamos de lanzar y ya hemos vendido algunos jamones. Por cierto, la foto del señor tan atractivo que recomienda el producto de la semana...¡es nada menos que mi padre!
Así que, si teneis amigos en Francia, no dudeis en recomendar esta web. La pena es no poder comerme todo el producto gourmet que estoy contratando...dan unas ganas.
Ahora que ya me he quitado este peso de encima, vuelvo a respirar, ¡parece mentira! Ahora el reto es vender, contratar el producto adecuado y hacer bien el marketing. Total, nada, pero después de este lanzamiento tan largo, ya me siento capaz de todo.
Y seguro que no acabaré tan cansada al final del día laboral y podré poner más al día el blog, que os tengo que contar mi viaje a Bélgica en plan Meet the Fockers (Los Padres de ella - Los Padres de él, ¿os acordais?)
Cuando veo la página web, me parece mentira que haya llevado tanto trabajo...y lo que nos queda.
1001Gourmet es una página web especializada en la venta de productos gourmet en Francia. Acabamos de lanzar y ya hemos vendido algunos jamones. Por cierto, la foto del señor tan atractivo que recomienda el producto de la semana...¡es nada menos que mi padre!
Así que, si teneis amigos en Francia, no dudeis en recomendar esta web. La pena es no poder comerme todo el producto gourmet que estoy contratando...dan unas ganas.
Ahora que ya me he quitado este peso de encima, vuelvo a respirar, ¡parece mentira! Ahora el reto es vender, contratar el producto adecuado y hacer bien el marketing. Total, nada, pero después de este lanzamiento tan largo, ya me siento capaz de todo.
Y seguro que no acabaré tan cansada al final del día laboral y podré poner más al día el blog, que os tengo que contar mi viaje a Bélgica en plan Meet the Fockers (Los Padres de ella - Los Padres de él, ¿os acordais?)
martes, 16 de octubre de 2012
Carta al Ratoncito Pérez
Ratoncito Pérez,
Soy Hugo.
He perdido mi diente en el patio del liceo. Seguro que lo encuentras. ?Me traes un regalo por favor? Por favor
Besos,
Hugo
Soy Hugo.
He perdido mi diente en el patio del liceo. Seguro que lo encuentras. ?Me traes un regalo por favor? Por favor
Besos,
Hugo
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