
La semana pasada fue muy movidita: una clase de defensa personal, comida con mi amiga Carolina, viaje en avión a Barcelona (con la nube negra el AVE era prohibitivo), breve visita a urgencias, excursión a Ikea, y la muñeca Trudi.
Amigos, os presento a Trudi. Trudi, te presento a los santos que leen mi blog. El padrino de mi hija Olga es italiano, vive en Rimini y se llama Roberto. En febrero fuimos a visitarle a él, a su mujer Anna y a su hija Sara, a quién aún no conocíamos. Roberto nos esperaba con una gran sonrisa y con una muñeca Trudi para Olga y un coche teledirigido para Hugo. Olga y Trudi se hicieron amigas de inmediato y no se separaban más que lo necesario. Hasta que hace dos semanas, al volver del Hipercor, Trudi no volvía con nosotras. Me partía el corazón ver a mis hijos de la mano buscando a Trudi por toda la casa y preguntándome ¿dónde está Trudi? Tras tres días de búsqueda dimos a Trudi por desaparecida. Durante el fin de semana la busqué por internet pero sólo la encontré en Italia tanto en la casa Trudi Trudimia como en eBay y con unos gastos de envío de ataque cardíaco.
Resumiendo, logré dar con la dirección de la distribuidora de Trudi en Barcelona. Les llamé y fueron muy amables (creo que la parte de mis hijos de la mano buscando a Trudi les enterneció mucho). Tomaron mi teléfono y en menos de una hora me llamaron para darme la dirección y teléfono de Juguetes Pepe, en frente del Bernabeu, que es la única juguetería en Madrid que vende a Trudi. Gracias, amigos de Trudi. Juguetes Pepe, también enternecidos por la historia del padrino italiano me apartaron a Trudi; y al día siguiente con el corazón brincando de alegría fui a recogerla(y a pagarla).
He de decir que durante la semana que Trudi ha estado fuera de casa ha crecido un poco (como 5 centímetros) y no le vale la ropita que se dejó en casa antes de su escapada. Ver la cara de Olga al abrazar a Trudi me hizo saltar el corazón aún más alto y el de mi madre, que dijo "qué no se hará por un hijo". Y lo mejor fue el comentario de Hugo: "Ya te lo dije mamá, Trudi se cansó de Olga y se fue a dar un paseo. ¿Pero por qué lleva otra ropa?"."Hombre, no iba a pasar todo este tiempo en pijama, se ha comprado un vestido", le dije.
Moraleja: No quiero que se me vuelvan a perder más muñecas. Me he sentido muy mala madre.
El otro día conocí a la nueva Trudy y efectivamente es un poco más grande y está mejor vestida. Lo mejor era la enorme sonrisa de mi sobrina Olga, estaba radiante con su muñequita de la mano. En mis tiempos si perdías un juguete no volvía a casa, ni más grande ni con nuevo traje. Gracias Internet .... Por cierto, ¿qué os parece la salida de mi sobrino? Trudy necesitaba un paseo, ¡qué bueno!
ResponderEliminar