Este año no tenemos confirmadas ni las fechas de vacaciones...aún. A pesar de que hemos postpuesto mucho las decisiones de lo que íbamos a hacer con los niños los 2 meses de vacaciones de verano, al final no nos ha salido mal la cosa. Olga se queda en julio en la guardería hasta las 13.00 y los primeros 15 días de julio Hugo irá a un campamento urbano en el Centro de Ocio del barrio (más conocido como piscina/parque de bolas) hasta las 16.00. Sí, sí habeís oído bien. Mis niños no tienen 3 o casi 3 meses de vacaciones, sino 2, unas de las ventajas de ir a un cole francés, que se empieza antes y se termina después. Eso sí, tenemos dos semanitas de vacaciones extra a lo largo del año, pero qué bien y qué barato sale irse de minivacaciones a destiempo.
Sé que lo de dejar a mi hijo hasta las 16.00 en el campamento, sobre todo cuando yo trabajo desde casa y cuento con ayuda materna (de mi madre), puede parecer un poco bestia, pero os aseguro que es una decisión bien estudiada y tomada por el bien de mi salud mental y el de mis hijos. Y es que desde el 31 de mayo, día de mi cumple y comienzo del largo y cálido verano, se portan fatal. En solitario, vale, pero en compañía...cuando están los dos juntos...es como tener a Zipi y Zape en casa. Se alían contra mí. Yo ya no tengo fuerzas para defenderme y seguir los métodos de Super Nanny.
Os voy a hacer partícipe de algunas gamberradas de mis niños, que contadas me hacen reir hasta a mi, pero vividas....no os digo nada.
- Muñecos en el váter. A mi princesita, modelo de comportamiento hasta ahora se le ocurrió meter el peluche de la Vaca Gorda dentro del váter, y como le hizo gracia, la volvió a meter dos días después junto a Buzz Lightyear. Cuando la regaño me dice "esta tarde meto a Woody". Woody está acojonado, y ha buscado refugio en mi habitación.
- Muñecos volantes. Menos mal que son casi todos blanditos porque vuelan por todos los lados. Cuando les castigo y les mando a su habitación, normalmente a uno de ellos, el que más me haya tocado...digamos la moral, el otro le sigue y se tronchan en sus guerras de peluches. Lo peor es cuando me tiraron unos cuantos a mí mientras estaba trabajando dándole al ordenador. Oye, que ya no respetan nada. Hoy me he encontrado 2 peluches, un adorno de Navidad y un calzoncillo sucio en el estante más alto de su habitación.
- La basura. "Olga, recoge la galleta del suelo y tírala a la basura". Orden cumplida. Increíble. A la media hora risitas sofocadas y la peque que confiesa "he tirado la galleta por la ventana".
- Mi hijo tenía el diente a punto de caerse. Llegan del cole, se ponen a comer unos gusanitos de un cucurucho maldito de un cumpleaños. Me ausento 2 minutos para encontrarme a mi vuelta con dos platos con restos de gusanitos y agua, y el suelo con restos de gusanitos y agua y mi hijo sin el diente. "¿Y dónde está el diente?" Me tocó jugar a CSI Madrid, sólo me faltaron los guantes de silicona, "arrebuscando" entre restos de gusanitos acuosos y pegagosos hasta encontrar el diente...que al día siguiente se llevaría el Ratón Pérez.
- Noche del Ratón Pérez. ¡Qué emoción! Tras una disertación y un test de 100 preguntas sobre cómo es el Ratón, qué tamaño tiene, qué lleva puesto, qué hace con los dientes, de qué color es, etc...llega la hora de acostarse y debajo de la almohada de Hugo hay una caja con un peque-diente, un dibujo para el Ratón y unos nervios increíbles. Olga, por su lado, se niega a dormir en su cama y se mete en la mía porque eso de que un Ratón se meta en su habitación durante la noche no le hace mucha gracia. 3 o 4 de la mañana. Me zarandean "mamá, mamá, el Ratoncito me ha traído un Bakugan". Así que la primera parte de la noche con una niña en la cama y la segunda con un niño y un Bakugan.
- "Hijo, ¿donde está el álbum de Spiderman?". Respuesta para no buscarlo: "Seguro que le gustó al Ratoncito Pérez y se lo llevó"
- Carreras por la casa, pasta de dientes pegada por todo el baño, objetos que son víctimas de desapariciones repentinas, carreras, peleas, gritos...es el hilo musical de esta casa desde hace 15 días.
Vale, lo del Ratoncito Pérez muy mono, pero el resto...El calor hace estragos, hagamos como tenemos que hacer a veces con nuestras parejas o nuestros mejores amigos. Qué corra un poco el aire...si el campamento de verano no está tan mal.
¿verdad?
miércoles, 15 de junio de 2011
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pues claro que no mejor! y fijo que el peque se porta y se lo pasa mejor en el campamento que en casa!! nada de culpas eh?? que el bienestar físico y mental de la mamá es también muy importante... menuda retaíla de trastadas, jjjjj, pero ¿no son para comérselos?
ResponderEliminarQué majicos, jiji! y lo que se entretienen juntos, qué?? aunque luego tú tengas que recoger los restos...
ResponderEliminarTe sigo yo también guapa, y prometo leer todo tu blog con tranquilidad!
Besos!!