Os quiero contar la triste experiencia que tuvimos hace 4 años cuando comenzamos el proceso de escolarización de mi hijo. Pero antes, unos datos sobre la Comunidad de Madrid:
Habitantes de España 47 millones de personas
Habitantes de Madrid 6,5 millones de personas
% de habitantes de España en C Madrid : 13%
% de colegios privados de España situados en Madrid: 35%
Con esto quiero decir, que es evidente que coles públicos para todos no hay y para el que quiera leer entre líneas pues se pueden sacar muchas conclusiones más.
Cuando tuvimos que escolarizar a Hugo, mi marido, que es belga, quiso solicitar el liceo Francés para nuestro hijo, por lo del idioma.
Yo siempre he estado a favor de la educación pública. Yo he ido cole, instituto y estudios superiores en instituciones públicas, y además he tenido la suerte de obtener becas de estudios todos los años. Y lo del Liceo no me hacía gracia porque está lejos de casa.
Así que mi marido solicitó el Liceo, por si acaso y yo el cole del barrio que me más me gustaba, el Tirso de Molina. Cuando salieron las listas de admisiones nos encontramos con:
- Lista de espera en el liceo, no somos franceses, menos puntos. No nos sorprendió
- Comité de escolarización en los coles públicos. ¿Quéeee? Esto significa que mientras los padres de niños admitidos en los colegios solicitados como primera opción pueden respirar tranquilos, los otros, tenemos que esperar unos meses de mal de mal rollo e intranquilidad hasta que nos digan en que colegio los han metido.
Esto no es justo, estresa mucho porque hay ciertos coles del barrio a los que NO quieres que metan a tus hijos. La espera se hace interminable y te sientes como el apestado del pueblo.
Dicho esto, finalmente nos encontramos con que habían metido a mi hijo en un cole del que no habíamos oído hablar en la vida, al que no podiamos ir a pie y en el que la zona de parking es distinta de la nuestra, y tienes que poner moneditas en el parquímetro cada vez que vas buscar a tu retoño.
A mí ese cole, por el hecho de que no era el que yo quería no me gustó. La mala leche la llevaba incorporada el día de la reunión de padres. Pero tuve que aceptarlo. He de decir que a mi hijo le gustó ese colegio, la profe era buenísima y las mamás como Arantxa, Rita y Cristina muy divertidas. De hecho se leen este blog y aún somos amigas. Pero no era una educación católica la que yo estaba buscando.
Parece ser que poco a poco están cambiando los criterios de selección de colegios en la Comunidad, dadas las trampas que se hacen, como domiciliarse en casa de los abuelos o conseguir un certificado médico diciendo que tu hijo es celiaco. Me hablaron de un colegio en particular en el que un año 2/3 de los niños que entraron tenían el punto de celiaco. Esperemos que de verdad cambien los criterios y se cumplan. Es muy frustrante pagar impuestos para esto.
Para los que quieran saber el final de la historia os diré que al año siguiente Hugo entró en el colegio infantil Pomme d'Api. Los niños que van a este colegio tiene el ingreso al Liceo Francés asegurado. Ahora Hugo ya va al liceo y Olga a Pomme D'Api.
¿Estoy contenta? Sorprendentemente, sí, mucho, a pesar de la gran decepción del sistema madrileño a la hora de asignarte plaza.¡Mis hijos son bilingües y el mayor lee y escribe en los dos idiomas!
Pero sistema, cambia, me tienes muy dolida...y cada año algún amigo mío cae en el comité de escolarización.